El carlino es un perro pequeño, cuadrado, rechoncho y con
unas proporciones ideales. Además de esto, cuenta con una musculatura
compacta. Todo ello, lo convierte en una raza con unas características
exclusivas.
Oscila entre los seis y los nueve kilogramos de peso. Su
tórax es bastante amplio para el tamaño que tiene. En cuanto a su
cabeza, es grande, redonda, arrugada y contiene unos ojos globulares muy
oscuros. La cola es enroscada, mientras que su pelaje es apretado,
suave y brillante. Los colores que puede adoptar esta raza de perro son:
plata, albaricoque suave o negro.
La esperanza de vida del carlino se encuentra entre los 12 y
15 años de edad, por lo que es un perro bastante longevo. Su actitud
cariñosa, además de cálida y tranquila, es ideal para tratar tanto con
adultos como con niños. Aparte de esto, su tamaño reducido favorece su
compañía en hogares más pequeños.
HISTORIA
HISTORIA
Estás ante una de las razas más antiguas que se conocen. El
origen del carlino se remonta al siglo V a.C. en Asia. Varias son las
teorías que fijan a sus antepasados. Unas señalan que fueron los
pequineses de pelo corto. Algunas, sin embargo, piensan que el comienzo
de los carlinos se desarrolló con los cruces de pequeños bulldogs,
mientras que otras creen que la raza surgió con la miniaturización de
algún tipo de dogo.
También hay desacuerdo con la llegada de esta raza a Europa.
Una posible opción es que Holanda fue el primer país del continente en
contener un carlino en su territorio, aunque fue Portugal el primero en
conocerla, a principios del siglo XVI. Los carlinos se propagaron por el
continente europeo a partir del siglo XVII. Durante esta época,
múltiples eran las cortes europeas que contaban con uno, convirtiéndole
en un signo de alta sociedad.
CURIOSIDADES
Esta raza no se conoce de la misma forma en todos los
rincones del mundo. En sus inicios en China, la raza se denominaba FOO.
Más adelante, en Inglaterra, recibiría el nombre “pug” a principios del
siglo XVIII.
El uso del término carlino data de la segunda mitad de este
siglo. En esta época, Carlo Antonio Bartinazzi (Carlin) interpretó a
Arlequín con un antifaz negro en Francia. Dicha prenda guardaba parecido
con la máscara de pug, de ahí que se quedara con la denominación de
“carlino” en homenaje a este artista.
Otra curiosidad histórica de interés es que Josefina, la esposa
de Napoleón, tenía un carlino que empleaba para enviar mensajes
secretos. Esta raza también ha tenido un papel destacado en determinadas
obras artísticas importantes como en el cuadro de Francisco de Goya
titulado “La Marquesa de Pontejos”.
Haciendo click Aquí puedes saber más sobre el carlino de Josefina.
Publicado en Terránea
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