viernes, 19 de junio de 2015

FILARIOSIS CANINA


La Filariosis o mejor llamada Dirofilariosis, es una enfermedad grave preferentemente de los perros, aunque también se encuentra en otros animales (gato, lobo, zorro, visón, otros animales salvajes y ocasionalmente el hombre) provocada por la infestación de una filaria adulta, que es un parásito redondo y alargado (entre 12-15 cm. los machos y 25-40 cm. las hembras) que viven en el corazón y arterias pulmonares de sus huéspedes. Pueden vivir unos pocos o varios cientos en un mismo animal. 
Es una enfermedad que se ha propagado rápidamente por todo el mundo y es típica de zonas templadas y húmedas, donde viven los mosquitos, que son los insectos que la propagan de un animal a otro a través de sus picaduras. Es una de las enfermedades más importantes que afectan a los animales de compañía en el mundo.
Esta dolencia está distribuida por todos los continentes y, dentro de la Península Ibérica, la zona de Huelva es la más afectada. Es una seria amenaza para los perros porque es enfermedad que cursa normalmente de forma crónica y que, después de varios años, puede causar la muerte si no se diagnostica adecuadamente. También puede tener un curso agudo, provocando la muerte en pocas horas.




 Ciclo de vida
Los parásitos cardíacos presentan un ciclo de vida indirecto, utilizando los mosquitos (unas 70 especies diferentes de mosquitos se han identificado que pueden propagar la enfermedad), como hospedadores intermediarios. Los parásitos adultos viven en el corazón y grandes vasos donde se alimentan y reproducen, liberando miles de microfilarias a la sangre. Estas microfilarias, características de esta enfermedad, pues existen muchas otras microfilarias de enfermedades diferentes, tienen entre 307 a 322 micrones de longitud y tienen pequeñas diferencias con otras microfilarias que no producen la filariosis.
Los mosquitos se infestan aspirando las microfilarias cuando se alimentan con la sangre de los perros afectados. Una vez las microfilarias están en el mosquito, éstas evolucionan durante 15-17 días, produciendo varias mudas hasta alcanzar el tamaño y la forma adecuada para inocularlas en otro perro cuando otra vez ingieren sangre para alimentarse.
Estas nuevas microfilarias, diferentes de las primeras que ingirió el mosquito del animal enfermo, evolucionan en el animal sano, permaneciendo en la piel durante unos 30 días y después, durante unos cinco ó seis meses migran por el cuerpo hasta llegar al corazón donde, después de madurar alcanzan el tamaño adulto y comienzan a reproducirse, produciendo otra vez microfilarias, que son aspiradas por un nuevo mosquito, completando el ciclo. Para que esta enfermedad se difunda, solamente es necesario algún animal enfermo y mosquitos, algo relativamente frecuente en Andalucía.



Los parásitos provocan grandes lesiones en órganos importantes como el corazón, arterias pulmonares, pulmones, hígado y riñones. Estos parásitos producen obstrucciones a nivel de los grandes vasos que salen del corazón e interfieren en el funcionamiento de las válvulas cardíacas, lo que hace que el corazón no sea eficiente y provoca un fallo cardíaco. El corazón se agranda y afecta a otros órganos.
Estas lesiones son las que provocan los síntomas clínicos, que no son inmediatos y que pueden oscilar entre un año y varios años hasta aparecer en el perro, mientras estos perros enfermos son asintomáticos. Estos síntomas pueden ser inapetencia, cansancio, enflaquecimiento, tos, síncopes, hemorragias nasales y, según avanza la enfermedad, puede complicarse con ascitis, edemas y en casos más severos, la muerte. En la forma aguda se produce un taponamiento de las venas que llegan al corazón llamado ‘síndrome de las venas cavas’ que produce la muerte de forma súbita.




Diagnóstico
Existen varios métodos para poder diagnosticar la enfermedad. Frecuentemente, tendremos que hacer una combinación de ellos y en casos difíciles, recurrir a expertos. Los principales métodos son:
Detectar las microfilarias en sangre y después identificar éstas, para saber si son microfilarias de Dirofilaria inmitis y no otras que no producen la filariosis cardiaca. Puede ocurrir que el perro no presente microfilarias en sangre, es lo que llamamos filariosis oculta, y no significa que no tenga la enfermedad, sino que puede tener adultos en corazón, pero las microfilarias o se han destruido o no se han producido. Actualmente mas del 35 % de los casos positivos no tienen microfilarias en sangre circulante.



Para detectar los parásitos adultos o, mejor dicho, el antígeno de estos parásitos adultos, se realizan diferentes test de antígenos que nos demuestran que existen parásitos aunque no existan microfilarias.
Cuando estos test son negativos o dudosos, debemos recurrir a otros métodos auxiliares como análisis sanguíneos, radiografías torácicas, electrocardiografía, angiografía pulmonar y ecocardiografía. La combinación de estos métodos llevada a cabo por personal experto, determinará si estamos ante un perro con Filariosis o no.




Tratamiento
Todos los casos de filariosis, pueden ser tratados con éxito, incluso los casos agudos con síndrome de la vena cava. La única limitación es la degeneración que existe en los diferentes órganos provocados por la cronicidad del proceso y el diagnóstico tardío. Lo más importante es el diagnóstico precoz y un buen seguimiento hasta conseguir eliminar los parásitos del corazón. 
El tratamiento los podemos dividir en 3 etapas:
1. La primera etapa es la evaluación del estado del perro por medio de un completo examen físico, de pruebas de laboratorio y de una radiografía torácica. Con estos datos evaluamos al paciente e instauramos el tratamiento necesario para dejar al animal en el mejor estado para eliminar las microfilarias y los parásitos adultos.
2 . La segunda etapa consiste en la eliminación de las microfilarias del torrente circulatorio, para lo cual utilizamos ivermectina por vía oral a dosis preventiva durante 2-3 meses.  Después de esta etapa, necesitamos evaluar otra vez al paciente para asegurarnos que continua en perfectas condiciones.
3. La tercera etapa o etapa final en algunos casos, consiste en eliminar los parásitos adultos del corazón. El tratamiento adulticida puede ser tiacetarsamida sódica (caparsolate, arsenolate o filaramide)  EL  tratamiento tienen sus riesgos, pero bien vigilados no deben ocasionar ningún problema.
 Posteriormente al tratamiento es necesario mantener al animal en reposo y hacer una evaluación a los 7 días y a los 21 días. Algunas veces antes, durante o después del tratamiento se puede originar el ‘síndrome vena cava’ y en estos casos el tratamiento también es posible y difiere totalmente del comentado. En estos casos el tratamiento solamente es quirúrgico y consiste en extraer los parásitos de las venas cavas y del corazón a través de la vena yugular, con medios adecuados. Es una técnica fácil y con solo un sedante ligero es posible extraer la mayor cantidad de parásitos adultos y, después de controlar al perro, se pueden hacer los tratamientos restantes si no se habían realizado antes. 
Una vez que hemos tratado al animal y lo tenemos en perfecto estado de salud hay que comenzar a prevenir la enfermedad para que no vuelva a infestarse.

Prevención
En la actualidad existen diferentes productos que previenen la enfermedad con una eficacia altísima. Estos productos están basados en derivados de abamectina y son ivermectina (cardotek plus), melbemicina (interceptor y program plus) y selamectina (bhold). Cada uno tiene una forma de aplicación y previene además de otros parásitos, tanto internos (áscaris) como externos (pulgas). Todos se administran una vez al mes, ya que actúan sobre las larvas que introducen los mosquitos debajo de la piel y permanece allí durante esos 30 días que es justo la forma de aplicación del preventivo cada 30 días.



 En zonas endémicas y con presencia de mosquitos todo el año, estos preventivos hay que darlos durante todo el año y en caso de otras zonas donde la presencia de mosquitos no existe en varios meses, podemos dejar de administrar el preventivo justo en estos meses, pero con mucho cuidado, ya que en días soleados y con temperaturas suaves, podemos tener presencia de mosquitos, pues algunas especies de mosquitos hibernan y salen con el aumento de la temperatura.
En todos los casos y aun cuando estemos dando el preventivo de forma continua durante todo el año, es conveniente tener la seguridad que durante ese año no han existido infestaciones nuevas. Para ello es muy aconsejable realizar un control mediante los test de antígenos que hemos comentado anteriormente. Si fuese negativo continuaríamos con la prevención y, si fuese positivo, tendríamos un diagnóstico muy precoz y realizaríamos un tratamiento completo que sería de bajo riesgo y totalmente eficaz.