viernes, 9 de octubre de 2015

LA CABEZA DEL COCKER



Cuando nos ponemos a mirar a un perro, nuestros ojos miran primero a la forma y perfil general; si miramos más cerca y cuidadosamente podemos identificar un poco de la estructura del esqueleto. Cuando ponemos nuestras manos sobre él, descubrimos un poquito más. Cuando se mueve, descubrimos más todavía. ¿Pero cómo podemos interpretar lo que nos dicen nuestros sentidos?
¿Qué es una buena conformación? Cuando llegamos al punto del sistema músculo-esquelético de un perro, o de cualquier otro animal, es esencialmente una red de palancas compleja y sofisticada. Si quiere entender lo que constituye buena conformación, empiece por desempolvar su prueba de física del secundario. Cuando tenga claras las reglas de Newton, y ya sabe lo que significa la ventaja y eficiencia mecánica, va a estar en camino de saber como armar un perro.
Después, y esto tiene la misma importancia, considere el propósito en la vida de la raza investigada. El trabajo de un perro, cualquier cosa que sea, dicta los requerimientos estructurales básicos, y tiene sentido asumir que un perro debe estar hecho de algo específico para poder hacer bien su trabajo. La forma sigue a la función, entonces si está juzgando la conformación de un perro, esté seguro de saber entender y apreciar el trabajo para el que fue criado.



El tema de la conformación canina es muy fascinante. Libros enteros están dedicados a él, y todos los autores no siempre llegan a las mismas conclusiones, así que lo más que una explicación breve puede hacer es proveer una observación limitada. Para simplificar las cosas, asumamos que hay un perro de forma básica, el perro genérico hablando simplemente. Ya que la naturaleza busca el terreno medio, también vamos a asumir que el perro es de tamaño
mediano, un animal moderado. Vamos a empezar con eso y mencionar unas variaciones notables mientras hacemos el recorrido, empezando en la cabeza y siguiendo para atrás.

La forma de la cabeza
No siempre vamos a poder saber lo que pasa adentro, pero podemos hacer unas generalizaciones sobre su forma y estructura. Nuestro perro genérico es lo que conocemos como medio-líneo; en otras palabras, tiene un cráneo moderadamente largo y moderadamente ancho. Perros que tienen el cráneo largo y angosto tal como el Borzoi, son dolicocéfalos; los de cráneos cortos y anchos, como el Bullmastiff, son braquicéfalos.
Cuando observamos la cabeza genérica de arriba o de costado, vemos que el cráneo y el hocico tienen más o menos la misma longitud, una razón que es más o menos verdadera para las razas dolicocéfalas, pero no para las braquicéfalas, que tienen estándares que piden que el hocico tenga una longitud media de la del cráneo, o a veces hasta más cortos. Esto tiene un poco de sentido si es de un punto de vista funcional, ya que el grupo braquicéfalo incluye a los perros del tipo mastín, que tienen trabajo que requiere que posean maxilares poderosos. Los hocicos largos y estrechos no tienen mucha fuerza; los cortos y pesados sí la tienen. Por la misma razón, las razas de galgos, dolicocéfalos, en el otro extremo de la escala, hechos para la rapidez, requieren hocicos ni muy largos ni muy finos, ya que necesitan usarlos para agarrar a sus presas.




La cabeza genérica tiene una angulación moderada de stop, y tiene planos paralelos; eso quiere decir, que cuando la cabeza es vista de costado, la superficie plana del cráneo está paralela con la superficie superior del hocico. Este arreglo permite a las palancas formadas por las mandíbulas superiores e inferiores trabajar con eficiencia.
Esto no es tan importante, especialmente si la cosa más avanzada que puede hacer el perro con su mandíbula es comer pedacitos
de alimento, pero es apropiada para guardia y caza. También tiene una boca completa de 42 dientes (20 arriba, 22 abajo), que se
juntan en una mordida en tijera. Los perros de las razas braquicéfalas tienen comúnmente bocas con los dientes de abajo
muy para afuera, seguramente porque el proceso involuntario de encoger el cráneo y el hocico produjo el encogimiento de la
mandíbula, o maxilar inferior, sin que pasara lo mismo con el maxilar superior. Desde un punto de vista funcional, si el grupo de
incisivos superiores o inferiores está adelantado es probablemente no muy significativo, con tal que las desviaciones extremas en
cualquier dirección sean evitadas. Las razones de tener un número suficiente de dientes, y maxilares que se alinean entre sí parecerían bastante obvias.
La cabeza genérica es 'seca' la piel estirada tirante sobre el cráneo sin arrugas o piel suelta en los labios o garganta. Contrastan las capas de piel arrugada del Bloodhound o las cejas arrugadas del Basenjí.



La cabeza tiene mucho que ver con la identidad de la raza: la forma del cráneo; el tamaño, tipo y la ubicación de las orejas; la forma y la ubicación de los ojos, para dar unos ejemplos, se distancian mucho a la definición de la raza.
Desde luego cuando queremos identificar un perro, sea por raza o como un individuo, miramos normalmente a la cabeza primero.
Unos estándares de razas utilizan casi tanto espacio para describir la cabeza como todas las otras partes del cuerpo combinadas.

Las orejas
Las orejas tienen una parte significativa en la  identificación de las razas. El tipo de orejas ancestral es erecto o puntiagudo. Son muy móviles, como antenas direccionales, y le dan mucha resonancia al oído interno. Un perro de rastreo tiene orejas muy largas, las cuales le dan protección mientras trabaja nariz al suelo, en la maleza. Entre estas dos extremidades hay una gran variedad, en tamaño y en formas, desde las orejas semi-puntiagudas del Shetland Sheepdog hasta la oreja elevada del Italian Greyhound, hasta la oreja de botón del Pug.
Cambian las orejas, y en casi todos los casos también cambias las razas. No es solo la forma de la oreja que importa; la ubicación es muy importante también. Algunos estándares de razas piden por cráneos redondeados; otros que las cabezas sean chatas en la superficie. Es probable que no sea la forma del cráneo que hace la diferencia, sino la ubicación de las orejas.




Los ojos
Los ojos son tan importantescomo las orejas cuando intentamos la identificación de las razas. Los perros de cráneos anchos tienen sus ojos puestos más o menos en el frente de su cara, mientras los de cara angosta los tienen mucho más al costado de su cara. Los ojos de nuestro perro genérico están más o menos en el costado de su cabeza y son bastantes grandes, pero no son prominentes. Ojos
prominentes son típicos en las razas Toy porque el proceso de reducción a su forma miniatura tiende a ser desequilibrado. Los ojos se mantienen relativamente grandes en proporción con el cráneo mientras el cráneo reduce de tamaño. En el otro lado de la escala, con una cantidad excesiva de piel, como el Chow Chow o el Shar-Pei chino, tienen los ojos ubicados muy dentro de sus capas de piel y hacen parecer que sean pequeños, aunque la pequeñez sea probablemente una ilusión debida a la cantidad de tejido que los rodea.



Muchos estándares de razas piden ojos oscuros, aunque no hay evidencias sobre que los ojos oscuros sean una ventaja sobre los ojos claros. Los ojos azules son aceptados en algunas razas, pero en otras no, y de nuevo esto parece ser solo una preferencia estética.
La cabeza canina, más que cualquier otra parte del cuerpo, muestra los efectos de propensión del hombre a jugar con el original y natural más exitoso modelo de trabajo. Algunos de estos experimentos pueden haber funcionado mejor que otros, pero la atractiva diversidad es parte de lo que hace que el mundo de las razas puras sea tan divertido.



Robbie Pattison