martes, 31 de mayo de 2016

“PERROS”, DE RIEN POORTVLIET


Rien Poortvliet, excelente pintor y más conocido por esos libros sobre gnomos publicados en los años 70, también cuenta con otros libros, como uno sobre caballos, otro sobre animales de granja o del bosque y el que nos ocupa, titulado en España con el sencillo “Perros”, aunque el original se titula “Braaf”, que significa “Buen Perro” y obliga a agacharse si te lo dice un holandés para evitar los perdigones de saliva. Este libro se puede calificar sin exageración de auténtica joya.

El ilustrador hace también de escritor en “Perros”. Ambas facetas se combinan mediante excelentes dibujos y textos que imitan la escritura manuscrita, por lo que los dos elementos se mezclan con armonía, no se encuentran separados. Poortvliet nos cuenta la historia de varios de sus perros, a los que convierte en personajes de los que se puede leer bien como una pequeña novela ilustrada, bien como un cómic maravilloso y especial. 




Los pointer Sep y Ezechiel, los salchicha Max y Gedeón, los terrier Jack Russell Timotheus y Manasse o los bóxer Urbano y Ambarino son los protagonistas de una narración salpicada de anécdotas sucedidas con otros perros y otros amos. Entre cada pequeña aventura o desventura, galerías de ilustraciones muestran las diversas razas. La vida de los hombres con sus perros, las costumbres de las mascotas, la responsabilidad del dueño hacia ella o el duelo tras su muerte están explicados con un sentido del humor constante y lleno de ternura, lo que convierte a este libro en una obra de enseñanza para niños excepcional, y en una maravilla para los adultos ya para siempre.




Este libro publicado en España por Ediciones Montena en 1984 es difícil de conseguir en español. No ha tenido reedición y sólo es posible gracias a un librero de viejo rastreador cherokee de los que son capaces de husmear el sendero por donde ha pasado la obra, que se nota en aquella ramita de fresno de Kentucky ligeramente doblada con respecto a un eje que sólo él puede ver, y eso en días de cuarto menguante siempre que el viento vaya para allá. “Perros” pide a gritos una reedición en castellano. Es una pena, ya que tiene un valor incalculable como libro educativo para fomentar el respeto a los animales en un país como España, donde atravesar a un toro con una espada se considera arte, a los galgos ahorcados frutos del árbol donde cuelgan, actividad de ocio al abandono de mascotas en las gasolineras o terapia contra el estrés al deslome de perros y gatos. En inglés y otros idiomas de infieles sí puede hallarse con facilidad en internet. Para casos como éste hay que utilizar una coletilla de vendedor charlatán: no se lo pierdan.














Perros termina con esta sencilla dedicatoria:

«Mis sinceras gracias a los perros y a quienes aman a los perros».

Toda persona que haya tenido la suerte de leer el libro añadirá: «Mis sinceras gracias, para siempre, a Rien Poortvliet».







Escrito por Alfredo Martin-Górriz en La Página Definitiva

¿QUÉ ES LA FISIOTERAPIA VETERINARIA?


La Medicina Veterinaria, al día de hoy, cuenta dentro de sus prácticas habituales la Fisioterapia, al igual que en la medicina para Humanos, con los mismos y excelentes resultados.

Lo que habitualmente se usa en personas también se utiliza en animales con cambios adaptados a sus características particulares, como las distintas técnicas de Kinesio y Fisioterapia; que rutinariamente son aplicadas en distintas afecciones y aún solo como mejorador del estado general, como son: masajes, ejercicios pasivos y activos, etc; también métodos que utilizan aparatología como Magnetoterapia, Laser, Electroestimulación, Calor superficial y profundo, Ultrasonido, Infrasonido, etc.

Hoy en día, se encuentra en plena práctica para el cuidado y tratamiento de nuestros queridos animales de compañía y de deporte como así también para todo tipo de animales en general. 


Siendo ya no solo una opción, sino el tratamiento de elección en variados tipos de procesos, dolorosos y/o crónicos.

¿En que casos está indicada la Fisioterapia?
  • Lesiones óseas y/o musculares traumáticas.
  • Lesiones de ligamentos y tendones.
  • Procesos inflamatorios musculares o articulares.
  • Procesos que afecten nervios.
  • Edemas, ulceraciones y heridas.
  • Coadyuvante de la calcificación en cachorros.
  • En animales seniles con procesos degenerativos en articulaciones, etc.
  • Como tratamiento del dolor de múltiples orígenes.
Lo expuesto es solo un pequeño número de posibles aplicaciones, siendo factible su utilización en multiplicidad de diferentes casos.

Cómo determinar si un animal necesita Fisioterapia

Ya sea en animales de compañía o de deporte, es el dueño o encargado del animal quien pasa la mayor parte del tiempo junto a ellos, por lo que la observación es bastante sencilla y se debe hacer hincapié en problemas mínimos como cambios de conducta habituales: ya no camina tanto, lo hace mas despacio, le cuesta levantarse y/o pararse, no puede subir escaleras, no salen a recibir cuando llegan los dueños; baja performance en animales deportivos, etc. 


Ante cualquiera de estos cambios, es importante tener en cuenta, que podemos tener un animalito que “NO SE QUEJA POR DOLOR”, lo que no significa que no estén doloridos siendo este el principal problema que lo aqueja, y no el hecho de que tenga determinada edad y “ESTÉ VIEJITO”, ya que de ninguna manera la edad, en el caso puntual de Pacientes Gerontológicos, es causa suficiente para no poder revertir o mejorar el cuadro.

En ese momento se debe aplicar la Fisioterapia correspondiente, de acuerdo a previo diagnóstico por el Médico Veterinario especialista.

¿Cómo es la Fisioterapia Veterinaria?

Es una terapia no agresiva, la cual no necesita el uso de tranquilizantes sino todo lo contrario creándose un clima de confort y confianza para los animales; trabajando en conjunto con los dueños, lo que hace que los tratamientos sean mas rápidos y duraderos. 


Es tal el clima de comodidad y mejora que sienten los animales, que luego de las primeras sesiones ya reciben al terapeuta con evidentes muestras de alegría, asociándolo con ese bienestar que presentan.

Debemos destacar que ésta terapia no requiere de ningún tipo de sedante previo, y que de ninguna manera debe ser agresiva para el paciente, por el contrario debemos lograr un clima agradable y de confianza para su bienestar, y así poder lograr nuestro objetivo.

Se busca calmar el dolor, disminuir la inflamación y la imposibilidad o disminución del movimiento, mejorar la circulación sanguínea, permitir o mejorar el caminar, aumentar el tono muscular, etc. 


El número de sesiones de Fisioterapia, como así también los métodos manuales y/o mecánicos, y el tipo de los mismos se determinan en base al diagnóstico de la dolencia, y se implementa un plan de trabajo, gradual y completo para lograr un éxito lo mas rápido, integral y duradero posible.



Dr. Jorge Omar Rodríguez
Médico Veterinario

lunes, 30 de mayo de 2016

HERMANO LOBO; POR FÉLIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE



Internet es una gran máquina donde la información gira y gira. En esos giros y quiebros a veces se nos bendice con la fortuna de encontrar relatos personales de grandes colosos. Relatos de grandes hombres, hombres de bien y con un peso aplastante, hombres por encima del devenir de los tiempos, hombres como Félix Rodriguez de la Fuente. Recogido de este enlace, os presento este relato de amistad y camaderia…”Hermano lobo”




Estaba yo completamente convencido de que los lobos, aquella pareja de lobeznos con los que jugábamos al escondite, que me iban enseñando muchas cosas de su vida y su comportamiento, que formaban ya parte de nuestra vida, que escondían palos para que los encontráramos y que siempre pretendían quitarme unas hipotéticas pulgas que, por lo visto, tenía yo en la nuca, metiendo sus dientecillos entre mi pelambre, nunca nos atacarían. ¿Cómo aquellas dos criaturas, Sibila y Remo, nos iban a traicionar?

El tiempo pasa deprisa, y en el mes de febrero Sibila y Remo eran dos hermosos lobos. Una mañana, atravesando la Casa de Campo de Madrid para llegar hasta la parcela donde estaban los lobos, percibí algo en el ambiente que podía presagiar un drama. Y el drama lo encontré escrito en la cara de mi ayudante, que me dijo:
―Buena la hemos hecho, doctor, ¡nos han matado todos los faisanes! No han dejado ni uno… 


Llegué y lo primero que me encontré fue a Remo que me miraba extasiado. Cuando abrí la puerta de su parcela y entré, se puso a dar saltos a mi alrededor, haciendo toda una exhibición de fuerza, de energía, de belleza. Contemplando aquella criatura hermosa me di cuenta que era ya un animal temible, de treinta kilos de peso, con dientes blancos como la nieve y punzantes como el acero, capaz de saltar como un resorte; un animal que podría correr a más de cincuenta kilómetros por hora, que podría matar a un hombre de una sola dentellada.

El lobo dio saltos y más saltos, me fue llevando por la parcela, pero a quien no veía era a Sibila, mi favorita. ¿Dónde está la loba? Y al mismo tiempo que miraba buscando restos de algún faisán, sin encontrar más que alguna pluma que otra esparcida por el suelo, descubrí a Sibila en un rincón. Me miraba tendida, yo diría que con una infinita coquetería, con un fantástico orgullo femenino, moviendo suavemente, como si fuera una serpiente, el extremo de la cola peluda; cuando avance hacia ella, vino hacia mí, me recibió con mucha más seriedad que de costumbre, me olisqueó las manos, me miró con sus ojos oblicuos, vi sus poderosos maxilares y su nariz negra, fresca, rutilante; entonces se fue, como secretamente, hacia un rincón, se puso a cavar rápidamente con sus patas, quitó más o menos una cuarta de arena y, metiendo el hocico en aquel agujero que acababa de excavar, sacó un hermoso faisán macho, sin el menor destrozo y perfectamente conservado. 


La buena de Sibila acababa de descubrirme la despensa donde habían ocultado su matanza. Entonces, con el faisán en las fauces, vino hacia a mí, se paró a uno o dos metros y me miró a los ojos. Por primera vez en mi vida con los lobos, vi delante de mí a la matadora, a una criatura que había nacido para matar, una criatura que podría saltar a mi garganta en una décima de segundo y dejarme allí muerto, una criatura que había aterrorizado al hombre seguramente desde hacía medio millón de años, que me estaba mirando con su presa sangrante entre las fauces.

¿Cuáles eran los impulsos que cruzaban en aquel momento por la mente de la loba: era mi loba o era una loba, la loba enemiga perseguida por el montero y el pastor? Y mientras estaba yo sumido en estas meditaciones, y cuando empezaban a temblarme las piernas y se me ponía la carne de gallina, la loba, con un gesto de suprema elegancia que nunca olvidaré, lanzó el faisán desde sus fauces hacia mí. Estaba tan concentrado y atónito, que ni siquiera tuve tiempo de coger el regalo, el primer regalo que me había hecho mi loba. Y, entonces, en sus ojos leí un mensaje:
―Toma, mi primera presa. Cuando te he visto entrar y perseguir a los faisanes, he descubierto que eres un lobo viejo, que no tienes buenos dientes. Yo voy a matar para ti. Toma esta carne, es un regalo para ti. 


Y después, ingrávida, como una bailarina de ballet, dando maravillosos saltos en el aire, la loba vino hacia mí y me puso las manos en el pecho; luego desapareció de pronto, me saltó por la espalda, me rodeó con toda la gracia infinita de la madre naturaleza, de los bosques, de los páramos, de las estepas, y contemplándome, sumida otra vez en su infinita coquetería, en su dulzura, mirándome a los ojos, me dijo:
―Hermano lobo. 





Autor: Archivo personal de Félix Rodriguez de la Fuente


 
Publicado en Axena
 



UNA CAMA PARA MI PERRO



El perro y su descanso

Elegir una buena cama para nuestro perro es esencial para su buen descanso. Los que tenemos perro sabemos que pasan mucho tiempo durmiendo y tumbados. Se estima que un perro pasa de media unas 16 horas diarias tumbado de las cuales 12 las pasa durmiendo. Con estas cifras podemos entender mejor lo importante que es una buena cama para él.

¿Dónde descansan los perros?


El lugar favorito de cada perro para descansar cambia mucho dependiendo del perro. Hay muchos factores a tener en cuenta como por ejemplo si lo tenemos viviendo en el jardín de casa o dentro de casa, si estamos nosotros en casa o si esta sólo… ¿Cuántas veces le hemos dicho a nuestro perro que no se suba el sofá? Millones, y puede que mientras estemos en casa nos haga caso y no intente ni acercarse al sofá pero, en el momento que esté solo, ¿dónde piensas que va a dormir? Efectivamente, en el sofá! Por eso a la hora de elegir una cama adecuada para nuestro perro debemos fijarnos en que sea lo más cómoda posible. Así el preferirá su estupenda cama antes que nuestro caro y delicado sofá. 




Consejos de cómo elegir una buena cama para nuestro perro.


En primer lugar la cama que elijamos tiene que ser de un tamaño adecuado a nuestra mascota. Si, ya sé que de cachorros son pequeñitos pero que después crecen. Lo ideal sería una cama pequeña para cuando es cachorro y otra grande para cuando ya es adulto. Si no nos queremos gastar dinero en dos camas diferentes una solución sería la de poner cojines o mantas dentro de la cama grande para que nuestro cachorro se sienta protegido y le sea más fácil mantenerse calentito. Una vez que crezca le retiramos los cojines adicionales y ya está.

Otro factor a tener en cuenta es que sea lo más mullida posible y que ese interior que la mantiene así de esponjosa sea de calidad. Esto lo veremos fácilmente al apretar con nuestras manos, nos fijaremos que sea de una consistencia media (que no sea muy blanda ni muy dura). Que el tiempo y la capacidad de recuperación, del material interior, a su forma original antes de apretarla con nuestras manos sea rápida. 



La cama de nuestro perro tiene que ser fácil de limpiar. Para eso, casi todas las camas de hoy en día las fabrican ya desenfundables. Si son de un buen material, como el algodón, además de proporcionar un tacto suave y agradable a nuestro perro podremos meter la funda de la cama en la lavadora sin ningún problema y así mantener la cama de nuestra mascota limpia, fresca y desinfectada
La forma de la cama es algo menos importante pero también a tener en cuenta. Hay camas en forma de donuts, en forma de iglú, colchones y camas elevadas.
Las camas para perros que tienen forma de donuts o medialuna son perfectas para el invierno porque nuestro perro se puede acurrucar mejor y mantiene más fácilmente el calor. 



También las camas para perros en forma de iglú son prefectas para el invierno. Su forma de iglú con una pequeña entrada en un lateral hace que el calor se mantenga en su interior. Esta cama es la mejor para perros muy pequeños y frioleros.
Los colchones son mejores para el verano porque al ser abiertos completamente permiten mejor el paso del aire fresco.
Y otra variedad serian las camas elevadas. Simplemente constan de una plataforma que mantiene elevado del suelo a nuestro perro mientras duerme. Hay perros que prefieren dormir en alto porque les es más fácil ver lo que pasa a su alrededor. 




Muy importante, si elegimos una cama de buena calidad esta además de aportarle comodidad a nuestro perro ya viene preparada en su base para impedir que suba la humedad del suelo. Y esto sí que es determinante para la salud de nuestra mascota.




Publicado en La Opinión de Málaga 








LA VIDA EN LAS PRADERAS, POR CHARLES MARION RUSSELL


Estas impresionantes pinturas nos muestran como era la vida en las praderas por los indios nativos norteámericanos. Y pintadas por alguien que vivió en aquella época, y lo vió con sus propios ojos, para mi un dato muy importrante. Si las ves, seguro que no te defraudaran.


AQUÍ puedes ver otro post sobre el autor y sus pinturas del Far West.



















viernes, 27 de mayo de 2016

UN POCO DE HISTORIA; PERROS RECAUDADORES DE FONDOS EN LA GRAN GUERRA (SPANISH & ENGLISH)



La recaudación de fondos para una buena causa era apenas un concepto nuevo, cuando estalló la guerra en 1914, pero en cuestión de semanas, la población británica había ido a toda marcha hacia la benéficencia. Conciertos, rastrillos, días de la bandera, matinés de teatro, conciertos, exposiciones, ventas, subastas y bailes fueron organizados con el fin de recaudar dinero para una gran variedad de organizaciones benéficas desde las campañas nacionales, como el Fondo Nacional de Ayuda o la Cruz Roja, hasta las más pequeñas instituciones, como los hospitales locales, o casas para los soldados convalecientes. Cajas de recolección comenzaron a aparecer en las mesas de restaurantes, señoras de clase alta merodeaban por las calles del West End, vendiendo banderas a los transeúntes y postales patrióticas fueron producidas por millares con todos los beneficios para la caridad.


Algunas de las más exitosas recaudaciónes de fondos, sin embargo, llegaron por medio de los caninos, en lugar de la forma humana. Una vez más, el uso de perros para recaudar dinero para buenas causas no era una idea original. El cuidado del perro como propiedad había florecido durante la época victoriana, un tiempo en el que también hubo un aumento en la actividad filantrópica. ¿Qué mejor manera de llevar al público a participar con sus centavos ganados con mucho esfuerzo y que por el entrañable, ya veces irresistible, sorteo del mejor amigo del hombre? Algunos de los perros para recaudar fondos se convirtieron en celebridades, como Jack London que recaudó cientos de libras para el London and South West Railway Servants' Orphanage (su sucesor, llamado en un derroche de imaginación Jack London II continuó las buenas obras del primero después de su fallecimiento).


Inevitablemente, la Gran Guerra vio más perros que nunca para la recogida de fondos que aportaron su granito de arena para el Rey y el país. En las zonas ocupadas, sobre todo en estaciones de tren, eran una vista familiar, a menudo con arneses llevando cajas de recolección en sus espaldas. Podemos ver unos cuantos aqui, desde un pequeño galgo italiano tirando de un carrito ambulancia de la Cruz Roja, hasta en la que se puede ver a Toby, que ha sido vestido amablemente de camillera, todo en la ayuda del Woolwich and District War Memorial Hospital. 'Southville Beau', es un orgulloso Yorkshire terrier, que había recogido tres mil monedas de un centavo para el Wool Fund para confeccionar calcetines y pasamontañas de lana para los chicos en las trincheras y luego está Laddie, la compañera de los 'Tommies', que tenía, en la fecha de esta fotografía, una recaudación de £ 130 para los heridos de la localidad.


Aquellos que están familiarizados con Mary Evans Picture Library sabrán que María, la fundadora de la biblioteca, era un gran amante de los perros y no habrá ninguna duda de que ofrece muchas más historias de la Primera Guerra Mundial relacionadas con los perros como este blog. Mientras tanto, haga clic aquí para ver los recaudadores más caninos.




Publicado en Picturing the Great War 





Fundraising for good causes was hardly a new concept when war broke out in 1914, but within weeks, the British population had gone into charitable overdrive. Concerts, bazaars, flag days, theatrical matinees, concerts, exhibitions, sales, auctions and dances were all organised in order to raise money for a myriad of worthy charities, from national campaigns such as the National Relief Fund or the Red Cross, to smaller concerns like local hospitals, or homes for convalescent soldiers. Collection boxes began to appear on restaurant tables, upper class ladies prowled the streets of the West End selling flags to passer-bys and patriotic postcards were produced in their thousands with all profits going to charity.

Some of the most successful fundraisers however, came in canine, rather than human form. Again, using dogs to collect money for good causes was not an original idea. Dog care and ownership had flourished during the Victorian era, a time in which there was also an upsurge in philanthropic activity. What better way to get the public to part with their hard-earned pennies and shillings than by utlising the endearing, and sometimes irresistible, draw of man's best friend? Some doggy fundraisers became celebrities, such as London Jack who raised hundreds of pounds for the London and South West Railway Servants' Orphanage (his successor, unimaginatively named London Jack II carried on #1's good works after his demise).

Inevitably, the Great War saw more dogs than ever collecting for charity and doing their bit for King and Country. In busy areas, particularly at rail stations, they were a familiar sight often with harnesses carrying collection boxes on their backs. We picture a number of them here, from a tiny Italian greyhound being taught to pull a toy Red Cross ambulance, to the biddable Toby, who has obligingly dressed in medical-themed drag, all in aid of the Woolwich and District War Memorial Hospital fund. 'Southville Beau', is a proud looking little Yorkshire Terrier, who had collected three thousand pennies for the Wool Fund to knit socks and balaclava helmets for the boys in the trenches and then there is Laddie, the 'Tommies' Pal,' who had, by the date of this photograph, raised £130 for local wounded.

Those of you who are familiar with Mary Evans Picture Library will know that Mary, the library's founder, was a great dog-lover and we will be no doubt featuring many more dog-related First World War stories as this blog progresses. In the meantime, click here for more canine collectors