Este pequeño relato es una carta de un lector en ABC. Creo que merece la pena reproducirla. Leela, seguro que te gustará tanto como a mí.
"Aquel invierno fue muy duro. Tanto, que varios de nosotros se quedaron quietos y blancos para siempre. Necesitábamos más pieles de oso y alce para abrigarnos. Preferíamos salir a cazar cuando el Sol estaba en lo alto, pero las presas no aparecían hasta el atardecer. Y la noche era mortal. Sobre todo para el regreso. No había forma de marcar el camino con tanta nieve y los animales eran muy pesados. Una pata de mamut pesaba como cinco de nosotros. Nos enterrábamos en la nieve y no podíamos caminar. Pero lo peor eran las jaurías de lobos. Ese invierno estaban muy hambrientos y aparecían por todos lados. Tuvimos que cruzar una montaña junto al río que estaba duro y uno de los nuestros resbaló cayendo por una pendiente. Varios lobos se le fueron encima. Todo ocurrió muy rápido y nuestros gritos no los ahuyentaron. No podíamos perder las lanzas. Nada más pudimos hacer. Continuamos hacia nuestra cueva con la carga cada vez más pesada. Estuvimos varios días afuera y queríamos calentarnos con el fuego que nuestros ancianos nos enseñaron a encender. Además, sabíamos que los lobos vendrían detrás de nosotros. Habrían probado nuestra carne y querrían más, pero estando juntos y cerca del fuego no nos atacarían. Por fin, al llegar vinieron nuestras mujeres y los críos a recibirnos y se produjo un gran alboroto. Enseguida noté que había algo que se movía en el fondo de la cueva. “¡Crías de lobo!” grité y enseguida tomé una piedra para matarlos. Las mujeres se pusieron delante de los cachorros para protegerlos. La loba había muerto al parir. Nos costó mucho soportar el deseo de matar a quienes habían comido a uno de nosotros. Los cachorros fueron creciendo con nuestra comida.
Recuerdo todo eso hoy en esta primavera llena de hierba junto al río mientras acaricio el hocico de mi animal. Ellos nos acompañan a cazar y rastrean a los venados y nos muestran donde están. Hacemos un gran equipo y todos los clanes tienen sus propios lobos, aunque ahora no aúllan como arriba de la montaña, sino que hacen un sonido tan especial que los propios lobos ya les temen más que a nosotros."
Julio Guerrieri - El tercer planeta
Julio Guerrieri - El tercer planeta
Julio Guerrieri - El Tercer Planeta