Filariosis o enfermedad del gusano del corazón es un padecimiento que hay que tratar de controlar y evitar en nuestros perros y gatos
Podemos parecer cansinos; pero como en todas las enfermedades, la prevención es lo más importante. Para esta ocasión vamos a tratar un tema que aunque sin ser alarmante hay que estar muy pendiente para el bienestar de nuestros perros y gatos. Nos estamos refiriendo a la Filariosis.
Se trata de una enfermedad cardiopulmonar producida por un parásito llamado Dirofilaria immitis. Es una especie de gusano de color blancuzco, que puede llegar a medir más de 30 centímetros de longitud en edad adulta y que produce alteraciones en pulmones y corazón principalmente, aunque también puede afectar al hígado, riñón, piel, bazo, ojos y cerebro.
Veterinarios consultados aseguran que «el curso de la enfermedad es crónico, pero en infecciones masivas y en ejemplares jóvenes puede presentarse de una forma tan rápida como mortal». Como decimos se trata de una enfermedad parasitaria trasmitida por la picadura de un mosquito. Puede afectar a todas las especies de mascotas y ser transmitida durante todo el año.
Se transmite de un animal a otro por medio, como venimos diciendo de mosquitos (hay más de 70 especies diferentes capaces de transmitir la enfermedad). Al picar a un perro enfermo de filarias, ingieren las formas larvarias de los gusanos que se encuentran en la sangre. En el interior del mosquito se produce la maduración del gusano y, al picar de nuevo a otro animal sano, le transmite el parásito. Este penetra a través de la piel y gracias a su gran movilidad se desplaza hacia diversos órganos antes de situarse en la arteria pulmonar y corazón. Una vez allí, los parásitos crecen hasta alcanzar la madurez (esta fase suele durar unos tres meses).
Según las fuentes veterinarias consultadas estas subrayan que «no existe el contacto directo de un perro a otro; sino que siempre es necesario la ayuda de un vector que es el mosquito».
¿Qué produce? Después de pasar una serie de fases, el parásito adulto llega al corazón donde puede estar sin provocar síntomas bastante tiempo. Al ir aumentando el número de parásitos al final produce signos de insuficiencia cardíaca y respiratoria.
Ojo en las zonas húmedas
Los mosquitos transmisores necesitan un ambiente húmedo para el desarrollo de los gusanos y temperaturas medias de más de 15º para completar el llamado ciclo biológico. Necesitan zonas encharcadas para el desarrollo de los gusanos en su interior, por lo que es más frecuente en las cuencas de los ríos, zonas de abundante vegetación, cultivos de regadío, etc.
En España las zonas afectadas son Canarias, suroeste, cuenca del Ebro y el sur de la Comunidad Valenciana. Aunque también puede darse en cualquier zona de la península en aquellas épocas de más húmedad y temperatura. En el caso de los animales, la población canina de mayor riesgo son aquéllos perros de áreas rurales, los que viven en el jardín, los de caza, pastoreo o competición.
Los síntomas son bastante discretos y pasan desapercibidos, de ahí la importancia de las revisiones y del control. Esto se hace de una manera sencilla mediante un análisis de sangre que permita la identificación del gusano. Es muy importante realizarlo para poder hacer un tratamiento efectivo y para realizar una correcta prevención de la enfermedad.
La filariosis tiene una prevención cien por cien eficaz. Una vez que sabemos que la mascota está libre de filarias, debemos mantener la protección para que aunque pique el mosquito y transmita los parásitos su evolución sea imposible y nunca lleguen los gusanos al corazón. Según la mascota y sus hábitos de vida le aconsejamos que la mejor prevención para ella, pudiendo optar por un tratamiento único anual o por tratamientos mensuales.
Como decimos existen varios tratamientos preventivos bien en pastillas o pipetas que se aplican en la piel. También existe en inyectable que tiene una duración de un año. El veterinario, según en la zona en la que desarrolle su actividad el animal, le aconsejará la dosis o dosis adecuadas así como la frecuencia en que se debe administrar.
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Publicado en ABC