lunes, 19 de septiembre de 2016

¿ES MALO MIMAR DEMASIADO A NUESTROS PERROS?


Este lunes me pasaron un  teletipo de EFE que lo afirmaba. Mimar demasiado a nuestros perros no es conveniente y les despoja de su dignidad.
Titular llamativo  con un contenido elaborado entrevistando a la psicóloga Carmen Castro, especialista en terapia asistida con animales de la asociación Hydra, que me dejó bastante fría. Toca demasiados palos y hay afirmaciones que al despojarse de más explicaciones quedan en erróneas.
No sé si será la forma en la que EFE lo ha redactado, me temo que sí. Me da la impresión de que han querido condensar una charla extensa, con demasiados frentes abiertos, en pocos párrafos; y, claro, se ha quedado todo demasiado pillado por los pelos y cosas con las que no estoy de acuerdo así planteadas, aunque en otras coincida.
Pero voy a dejaros primero el teletipo y luego lo seguimos comentando, que si no nos vamos a perder:

Tratar a los perros como si fueran seres humanos mimándolos y satisfaciendo más necesidades de las que realmente requieren puede generar comportamientos agresivos e incluso provocar la pérdida de su dignidad como animales, ha explicado a Efe la psicóloga Carmen Castro.
Esta especialista en terapia asistida con animales advierte a los dueños que conceden a los canes una posición superior a las que les corresponde en el hogar de que están actuando “contra su naturaleza” porque estos animales domésticos necesitan normas, disciplina, horarios y límites, no “ser humanizados”.

Pese al cariño que pueden ofrecer, supliendo el vacío emocional de sus dueños, estos animales no juzgan a los seres humanos y deben ser integrados en la familia sin sufrir una “antropomorfización” o tendencia a ser humanizados.

“Consentirlos de forma excesiva es tan malo como maltratarlos, es el otro extremo” avisa Castro, porque un perro puede llegar a presentar comportamientos agresivos y dominantes cuando las personas les acostumbran a comportamientos antinaturales como permitir que duerman en el sofá, pasearlos en carritos o ataviarlos con calzado para protegerse de la lluvia.
En este sentido, la experta recuerda que el uso de algunos materiales en la indumentaria empleada para animales puede dañar su piel al tener un “subpelo que les protege tanto del calor como del frío”; cubrirlos con ropa dificulta además sus movimientos y “dejan de sentirse cómodos”.
Por ello, el dueño debe imponer unas normas de convivencia lógicas que posibiliten la buena conducta del animal y esto se logra, en primer lugar, desechando creencias irreales pues “el perro no piensa que no le hayas dedicado todo el esfuerzo”.
A diferencia de otros animales como los gatos que presentan una mayor independencia, los perros suelen ser los “más consentidos” de la casa, una conducta errónea que según la experta se está extendiendo a otras mascotas exóticas como hurones y cerdos vietnamitas, que reciben también muchos cuidados y trato “casi de humanos”.

Entre los dueños que “miman desmesuradamente” a sus mascotas, la especialista distingue a las personas que no han tenido hijos y que viven solas, las parejas que tratan a su perro “como uno más de la familia” y las que presentan “mucha sensibilidad por la naturaleza”; muchas de ellas suelen ser personas con “falta de cariño” que llegan a defender a su animal como si fuera su propio vástago.
La difusión de vídeos de maltrato animal a través de las redes sociales, a su juicio, es otro de los factores que afectan a las personas más sensibles pero tiene un doble efecto: positivo, en cuanto a que potencia la adopción o acogida, y negativo, por la obsesión de algunas personas de “compensar el sufrimiento que han pasado” sus animales.
También existen los que consienten demasiado a sus mascotas porque siendo niños no les permitieron tener una y al llegar a la independencia de la edad adulta han querido satisfacer esta demanda propia pero luego “se sienten perdidos” porque no conocen bien qué cuidados deben ofrecerles y les otorgan “demasiados caprichos” sin conocer los efectos negativos que pueden generar.

Tratamientos lujosos de belleza o degustación de platos exquisitos son vicios que deben ser erradicados y, aunque a muchas personas les resulte difícil asumirlo, Castro asegura que es posible si marcan pautas de rutina lógica para que los animales “sepan qué sucederá en todo momento”, como establecer horarios de paseo, comida y descanso en el hogar.
Cuidar bien del perro no supone darle un estatus mayor del necesario, por lo que esta experta aconseja saciar las necesidades básicas del mejor amigo del hombre si bien normalizando su puesto en el hogar, que debe estar “por debajo del hijo más pequeño”.
Como psicóloga especialista, Castro se dedica al trabajo con perros especialmente entrenados para desarrollar tratamientos en residencias de mayores y paseos terapéuticos dirigidos a personas discapacitadas
A ver, es cierto que hay personas que compensan sus carencias emocionales con animales, igual que las hay que las compensan con otras personas, comprando o sumergiéndose con entusiasmo en las redes sociales. Hay gente con carencias emocionales, es un hecho, y solo ese tema y cómo lo contrarrestan daría para un libro entero.


También es cierto que hay mucha gente que se mete a tener perro sin estar preparada, sin saber educarlos. Por suerte la mayoría de perros tienen un fondo estupendo y prácticamente se educan solos. Por desgracia, no siempre es así. Y lo primero no quita que deberíamos conocer la naturaleza y necesidades del animal que vamos a meter bajo nuestro techo.
Lo de los escalafones superiores e inferiores, los alfas, los betas y los omegas son teorías que ya empiezan a ser superadas afortunadamente. Eso no quita que, efectivamente, los perro necesitan normas, límites, ejercicio y cariño, con la consideración de ser un miembro más de la familia.
Los límites dependen de cada familia. En un animal bien socializado e integrado en la familia, que se le permita subir al sofá o no es algo irrelevante.
Me parce muy desafortunado el párrafo en el que se habla de las personas que “miman desmesuradamente” a sus perros. Por supuesto que nuestros perros son un miembro más de la familia. Y así debe ser. ¿Qué es “mimar desmesuradamente”? Porque si se refiere con ello a tenerles en esa consideración y permitir ratos en el sofá no puedo estar de acuerdo. Y categorizar  a los dueños que “miman desmesuradamente” como gente frustrada por no tener hijos y a personas con “mucha sensibilidad” que han tenido “falta de cariño” es osado y simplista.


Afirmar que si uno ama a sus  perros como miembros de su familia es porque no tiene hijos en los que depositar ese amor o porque no recibe cariño de otros seres humanos me parece una barbaridad.
Ojalá pudiera conversar con Carmen Castro para aclararlo todo, insisto en que me da la impresión de que en realidad estamos de acuerdo y es la manera en la que ha condensado el periodista la charla la que ha dado lugar a un texto tan discutible.


Para terminar, en algo sí que voy a estar de acuerdo. Es cierto que hay gente que está excediéndose en las atenciones que prodiga a sus animales alcanzando incluso el maltrato. No a los niveles de ‘hijoputismo’ que yo he visto y mostrado en este blog, pero maltrato a fin de cuentas.
Teñir a los perros es maltrato. Igual que lo es pintarles las uñas, tatuarles, hacerles piercings… Es maltrato y les despoja de su dignidad. Tal vez el ejemplo más conocido sea el de los chow-chow convertidos en pandas, pero por desgracia estas prácticas están extendiéndose. En mi barrio hay un bichón maltés teñido de rosa y azul pastel. Ahí estoy con Carmen Castro y también con lo que contaban Micaela de la Maza y Barkibu (que cada vez recibe más consultas sobre si pueden hacer estas cosas con sus perros) en Sr.Perro: disfruta de la belleza natural de tu perro y déjate de tonterías.


Prácticas como estas de abajo no me atrevo a decir que sean maltrato, aunque con el surf, tentada me siento. La cara de los animales no me parece que sea de satisfacción y en algún caso se les está haciendo correr riesgos sin necesidad (me da la impresión de que para salir en la tele o triunfar en youtube). Es excesivo, innecesario.



 Lo mismo pienso al ver estos hoteles de lujo para perros. Son ganas de tirar el dinero. Un perro no necesita un hotel de lujo de esas características. Siempre pienso en lo absurdo que es dedicar dinero a algo así y no a salvar vidas de otros perros en riesgo de perderla.
Sí son miembros de nuestra familia, pero sobre todo son animales, son perros. No son un complemento de moda, algo mono con lo que conseguir más resonancia en nuestras redes sociales, no son bebés. No se puede perder de vista lo que es un perro, su naturaleza, sus necesidades y características, para respetarlas y no pretender cambiarlas.
Los perros son maravillosos siendo perros.




Escrito por Melisa Tuya en 20minutos