viernes, 23 de septiembre de 2016

LA FORMA DE SER DEL PERRO




Muchas veces me he pasado de mirar a un perro a los ojos y me preguntarme  (creo que muchos de nosotros lo ha hecho alguna vez): ¿Qué estará pensando? ...Probablemente nunca conoceré la respuesta, pero buscar en los pensamientos de estos seres vivos tan especiales algún rasgo conocido, alguna pista que pueda ayudar a entenderlos mejor, resulta fascinante. Aunque cada perro tenga su carácter y personalidad, podemos trazar unas líneas que nos guíen en su mundo para entender su forma de ver la realidad.

  Desde las primeras etapas de su vida desde cachorro hasta la vejez, el perro, como todos seres vivos, experimentan cambios. A cada etapa corresponden comportamientos diferentes, determinados por la genética del animal, su desarrollo físico y psíquico y por el ambiente. Es como si un escultor tuviese a disposición diferentes materiales para empezar su obra. La genética representa el material que debe ser modelado por el ambiente para llegar a un desarrollo completo. Si consideramos el individuo y conseguimos entender sus potencialidades, crearemos, a través de una buena educación y un ambiente positivo, un perro equilibrado y sano. 


La Especie perro
Por pertenecer a la especie canina, el perro es por definición un animal social. Entender este rasgo de la especie implica concienciarnos acerca de las necesidades del perro de relacionarse con los miembros de su manada humana y no ser dejado a parte de todo lo que ocurre en la familia. El perro debe poder participar en todos los acontecimientos, ser parte integrante de la familia. No solo debe disponer de un espacio físico, sino que debemos dedicarle espacio en nuestra vida cotidiana, hacer que haga vida social con nosotros y sus congéneres. Muchos problemas de conducta de los perros derivan de una falta de atención, pero también de una sobreprotección. Si por un lado debemos compartir mucho tiempo con el animal, también es verdad que él debe adquirir cierta autonomía y no tener problemas a la hora de quedarse un tiempo solo en casa o respetar los lugares de descansos propios y de los demás. 
Otro factor determinante que depende del hecho de ser un animal social es que el perro tiene codificadas algunas expresiones que le permiten comunicarse. Son reglas que cada canino conoce o debería conocer para vivir correctamente en sociedad. Algunas reacciones son instintivas, pero otras necesitan de un aprendizaje temprano y en estos casos si el perro no puede aprender este lenguaje en un periodo establecido (socialización) tendrá más dificultades en aprenderlo después.


La Raza de perro
La selección ha permitido que tengamos razas muy distintas entre sí, no solo físicamente, sino también en sus aptitudes. Hay perros de caza, de rastreo, pastores, todos ellos derivado de una selección que ha mirado a que pudiesen ser los compañeros ideales en las diferentes actividades humanas. 
La raza también influye en la actividad del perro: hay razas que necesitan más actividad física por ser más atléticas y razas más tranquilas y hasta perezosas y esto debería un factor importante a considerar a la hora de la elección de un perro que nos acompañe en nuestra vida. Es evidente que la raza representa solo un condicionante: los individuos son únicos y es posible que puedan presentar temperamentos que desvían de la media normal. Por esta razón es importante ser observadores respetando las diferencias y utilizándola oportunamente para traer lo mejor de cada sujeto.
¿Y los mestizos? Como se trata de mezclas de razas diferentes, se ha propuesto, basándose en estudios científicos, que las características finales sean dictadas por las diferentes razas implicadas y, en el caso de que una prevalezca sobre otras, el perro tendría características comportamentales que se asemejan más a la raza prevalerte, manteniendo claras las inclinaciones individuales. 


El Temperamento del perro
Algunos rasgos del carácter ya se encuentran establecidos en el cachorro: Cuando miramos una camada vemos que hay sujetos más tranquilos y otros más enérgicos y dinámicos. Es lo que llamamos “temperamento” del animal. Aunque muchas características puedan depender, como hemos dicho, de la pertenencia a una u otra raza, es indudable que la variabilidad individual es muy importante. Dentro de las causas de esta variabilidad hay cosas que podemos explicar con las influencias geneáticas y no sobre el feto durante su desarrollo (estado y alimentación de la madre y factores hormonales entre otros), aunque no todo lo que influye en el mosaico que representa el carácter se puede explicar científicamente. 


El instinto del perro
Se trata de las formas que el perro tiene de responder a algunos estímulos de forma inconciente. Se trata de respuestas programada que pueden ser más o menos fuertes según la raza o las condiciones del ambiente, las situaciones y el entrenamiento. 
La comprensión de los instintos y de la forma de manifestarlos, puede ayudarnos a entender mejor el mundo interior del perro. 
Los instintos más reconocidos en los perros son:
- El instinto de caza a través del cual el animal persigue objetos o personas en movimiento y puede o no llegar a la secuencia final de alcanzarla, morderla y comerla. Este instinto que en la naturaleza permite al perro sobrevivir, puede crear algunos problemas en los perros domésticos, en casos e presente puede ser corregido aunque, en algunos casos, con dificultad. Este instinto puede reaparecer en circunstancias particulares, como por ejemplo si el animal está hambriento y permitirle sobrevivir, aunque no lo había demostrado nunca antes. 
- El instinto de cobro se encuentra muy desarrollado en las razas de perro que se han seleccionado por este fin, aunque la mayoría de los perros, si les tiramos un juguete, reaccionan corriendo y devolviéndonoslo. Se trata de una forma de comunicación con el resto de su grupo familiar.


- El instinto de rastro también está muy desarrollado en los perros. Aunque hay algunos que demuestran capacidades asombrosas si sometidos a un correcto entrenamiento, todos los perros olfatean cuando salen a la calle y esto es un rasgo instintivo. 
- El juego representa un instinto muy importante por su función didáctica y para practicar habilidades, además de favorecer la comunicación, los vínculos con el grupo y el establecimiento de la jerarquía. 


La Educación y el  Ambiente que tiene el perro
Representan elementos determinantes en el desarrollo individual del perro. Ya en los primeros día el cachorro es receptivo a todos los estímulos nuevos y es muy importante que esté en contacto con el mayor número posible de objetos y situaciones, sobre todo las con las cuales tendrá que convivir en su vida. El periodo más importante es lo que va de las primeras tres semanas hasta los tres meses. En esta fase que representa el periodo de socialización, el cachorro explora con interés todo lo que es nuevo. Es como un ordenador en el cual instalamos programas que irá utilizando en todo el curso de su vida y representarán sus recursos para enfrentarse a los problemas y solucionarlos con éxito. El momento final del periodo de socialización es representado por la aparición del miedo. Hasta este momento el cerebro no percibía esta sensación, haciendo que el cachorro se acercase a todo lo nuevo sin temores para aprender y aceptarlo como parte de su mundo. Ahora, pudiendo experimentar el miedo, baja el interés por todo lo exterior al grupo, así que el cachorro fortalece los lazos con su grupo familiar. 
Con una buena educación básica completaremos el trabajo bien hecho: llegaremos a que nuestro cachorro sea un individuo seguro de si mismo, equilibrado, capaz de autocontrol y de adaptarse a la jerarquía y a la vida social. 

   
Lo que queremos de un perro
Es verdad que a la hora de adquirir un perro todos nos hacemos una idea de cómo querríamos que fuera esta relación. Imaginamos que tenga ciertas características que se adapten a nosotros, a nuestra forma de ver la vida y la relación con el animal. Olvidamos muchas veces que se trata de una relación a dos sentidos y que, por cuanto nos esforcemos en tener el “perro perfecto” se trata de un ser vivo con todas sus limitaciones, defectos e inclinaciones naturales. Por esta razón no solo se trata de responder a nuestros modelos, si no también respectar el temperamento y las inclinaciones de un animal que, si sabemos traer lo mejor de él, se desarrollará de la forma correcta aunque no responda exactamente a nuestras expectativas.   


Lo que no podemos explicar
Aunque la ciencia cada día se acerque a la comprensión de muchos de los comportamientos normales y patológicos de los perros, mucho camino queda por recurrir. Reacciones instintivas, sexto sentido, sensaciones… Muchas explicaciones que damos de algunos comportamientos son teorías que están muy lejos de poder ser demostradas.
Aún así esto no impide que podamos disfrutar de la compañía de unos seres que, aunque no comprendamos del todo, nos llenan de sensaciones y sentimientos que nunca descubriríamos en su ausencia. Quizás este misterio que percibimos en la mirada de un perro sea parte de la atracción que ejerce en nosotros, la percepción que podemos comunicarnos a niveles diferentes, niveles que en nuestro desarrollo a especie humana habíamos olvidado y que sentimos que podemos recuperar en una mirada ancestral y savia que nos acerca a la esencia de lo que somos y de lo que éramos en un tiempo lejano. Como si un perro pueda recuperar la unión perdida entre nosotros y el mundo, inspirándonos una paz que no necesita palabras por expresarse sino silencios y miradas.  

   


M.V. Severina (Vera) Vicinanza. Veterinaria y formadora especializada en etología y medicina del comportamiento.