martes, 18 de octubre de 2016

CREA UN BUEN VÍNCULO CON TU PERRO


En ocasiones, detrás de la frase "mi perro no me hace caso" está el hecho de que, aunque el dueño se resista a creerlo, no hay un vínculo suficientemente fuerte y sano con el perro.
Se puede enseñar a un perro diferentes ejercicios y que los haga a la orden, pero eso no significa que se tenga un estrecho vínculo con él. El adiestramiento o educación del perro es un medio para conseguir ese vínculo, no un fin en si mismo. El vínculo es mucho más.

El vínculo entre tu perro y tú va más allá del hecho de convivir en un mismo lugar y salir juntos a la calle. Es crear una unión basada en el respeto, la confianza, la amistad y el cariño constituyendo la base de vuestra relación y mutuo entendimiento



¿Cómo crear ese buen vínculo?

- Creando rutinas: a los perros les gustan las rutinas, el saber lo que va a pasar en cada momento. De esta forma se elimina la incertidumbre que puede provocar estrés y ansiedad. Estas rutinas (las horas del paseo, la comida, el juego...) ayudan a tener una mejor comunicación con el perro.

- A través del juego: el juego es una buena forma de tener una interacción directa con tu perro, en definitiva, de estrechar vuestros lazos. Enseña a tener autocontrol y paciencia, además es la mejor manera de poner al perro retos mentales y en situaciones nuevas.


- Ser un buen guía: debes transmitirle confianza y seguridad en todo tipo de situaciones, sobre todo en las desconocidas para el perro. Para ser un buen guía es fundamental la educación y adiestramiento del perro: enseñarle a ir pendiente de ti premiándole cada vez que te mire, enseñarle obediencia básica como la llamada e ir correctamente de la correa y aumentar progresivamente la dificultad de los ejercicios. El adiestramiento facilita en gran medida vuestra comunicación y da una base para corregir problemas de conducta que puedan aparecer.

- A través del paseo: pasea con él y dale actividad abundante contigo. No te limites a soltarle en el parque y que gaste sus energías sin que tú participes. Suéltale en entornos en los que puedas hacerlo y sean seguros, no le hables y cambia constantemente de dirección para que sea él quien esté pendiente de ti.

 
- Dosifícate, no le atosigues: si estás en todo momento hablándole, acariciándole...te convertirás en un dueño poco interesante, hasta pesado. Comportándote de esta forma, pierdes el interés para tu perro y disminuye considerablemente tu capacidad para motivarle. Debes ser un incentivo para tu perro, si no lo administras y abusas, dejas de serlo.

- No le des órdenes constantemente: pídele alguna acción sólo cuando lo necesites y después de haberlas trabajado. Abusar de repetir los comandos verbales y el nombre del perro sólo hace que aprenda a ignorarte.

- Usa el "Principio de Nada es Gratis": consiste en que todo acceso a cualquier recurso que quiera el perro pase primero por la realización de una acción que tú le pidas (mirarte, que se siente, que se quede quieto...). Tendrá lo que quiere si te presta atención.

 
- Utiliza el "Principio de Premack": usa conductas que le gusta realizar a tu perro para premiar situaciones poco agradable para él. Por ejemplo, no le pongas la correa sólo para iros del parque, átale y desátale varias veces dejando que siga jugando.

- Cubrir sus necesidades básicas: debes convertirte para el perro en su proveedor de recursos para cubrir sus necesidades básicas: ejercicio físico, estímulo mental, atención social, darle alimentos y cuidar de su salud. Siempre dentro de unas normas y límites que pongas y que debes hacer cumplir para que el perro entienda que tiene lo que necesita a cambio de un buen comportamiento. 

 
- Con más de un perro, relaciones bilaterales: si tienes más de un perro, trabaja y construye un buen vínculo con cada uno individualmente. De esta forma no se crearán dependencias entre los perros.






Escrito por Ricardo Antón en Educando a mi Perro