jueves, 5 de enero de 2017

¡¡PERROS A FILAS !!


Por todos es sabido, o por la mayoría, que en las dos grandes guerras mundiales se emplearon animales para diversos tipos de cometidos, caballos de tiro, palomas mensajeras, delfines, focas e incluso ratas detectoras de bombas, el zorro del desierto y como no el inseparable mejor amigo del hombre, el perro. 
Este último fue utilizado para una gran variedad de labores, entre ellas la de mensajería, vigilancia, detección de enemigos y de bombas, perros sanitarios, los famosos perros bomba anti-tanque rusos y un largo etc., al cual se han dedicado tanto en la red como en los demás medios de comunicación una infinidad de artículos.

Pero una labor que casi nunca se menciona, quizá por no ser tan heroica o por dar cierta imagen de vulnerabilidad, es el apoyo moral y psicológico que prestaron a los combatientes, reconfortándolos y dándoles cariño en unos momentos realmente difíciles. Cualquiera se puede imaginar la satisfacción de un soldado cuando al regresar de la batalla se encuentra a su fiel amigo lleno de alegría, o compartiendo su calor en las frías noches de invierno en las trincheras, o su apoyo en la tristeza que se siente al perder a un compañero en combate.
Ese afecto, el cual es tan necesario como respirar o comer, es una labor más que destacable para alguien que no pide nada a cambio salvo lamer las latas vacías de las raciones de combate. Esto es por lo que realmente se le considera el mejor amigo del hombre: EL PERRO.















 


Escrito por Emilio Vazquez Sanchez en Royal Green Jackets