viernes, 24 de marzo de 2017

BOLÍVAR Y SU PERRO NEVADO


"El Libertador" Simón Bolívar, tuvo dos compañeros inseparables, el indio Tinjacá, y un hermoso perro mucuchíes llamado Nevado . . .
Mucuchíes, fundado en 1596, pequeño pueblo del Estado Mérida, a sólo 45 Km. de la ciudad de Mérida, con sus altos páramos, vientos, cumbres nevadas, y casas de piedra, recibió al Libertador Simón Bolívar en el año 1813, cuando realizaba la que fué su Campaña Admirable.
Después de la batalla de Niquitao, el 2 de Julio de 1813, se dirigió El Libertador a Mérida, donde permaneció durante 18 días, saliendo luego hacia Mucuchíes. En su paso por el Páramo de Mucuchíes, concretamente en Moconoque, una casa que estaba aproximadamente a 6 kilómeros de la villa de Mucuchíes, el señor Vicente Pino le regaló al Libertador un hermoso perro de la raza conocida como "mucuchíes". Esta raza, es descendiente del mastín de los pirineos; estos mastines fueron traídos al país por los sacerdotes que fundaron la ciudad de Mucuchíes para que cuidaran los grandes rebaños de ovejas que traían de España. Perros de gran tamaño, fuertes, inteligentes y hábiles que defendían los rebaños de los depredadores, y con los cruces y el tiempo llegaron a conformar la raza llamada Mucuchíes. El hermoso perro que recibió El Libertador, se llamaba Nevado. Dice la historia, que era negro como el azabache, las orejas, el lomo y la cola blancos, lo que hacía recordar la cresta nevada de los páramos andinos, razón por la cual, le pusieron por nombre "Nevado", como nevados eran los páramos.


Vicente Pino se puso a las órdenes del Libertador, le dió la información necesaria para llegar a la villa de Mucuchíes, y además asignó al servicio del Libertador, a un indio mucuchero llamado Tinjacá, que había sido criado por él, amaba a los perros, y además conocía muy bien a Nevado.
Quiso Bolívar que alguien cuidara del perro, y quien mejor que Tinjacá, por lo que le asignó este trabajo y de él aprendió Bolívar los silbidos para llamar a Nevado. Los oficiales del Estado Mayor bautizaron a Tinjacá como el "Edecán del Perro", quedando así sellada la unión del Libertador, el indio y el perro, unión esta, que sólo teminaría con la muerte.


Cuentan que Nevado correteaba alegre al lado del alto caballo de guerra del Libertador, y que le acompañó por las ciudades y campos de batalla, recorridos en la gesta libertadora. En plena batalla, Nevado ladraba muy alto, sobresaliendo sus ladridos por sobre el fragor de la lucha, como dando ánimo a su dueño. Y cuando Bolívar entró triunfante a Caracas, recibiendo el aplauso y la admiración de toda la ciudad, muchas de las flores que le lanzaban al Libertador, le caían a Nevado, y dicen que Bolívar aseguraba que el perro también merecía el homenaje de esas flores.


Así, vivió Nevado junto a su dueño muchas batallas, sitios, vida de campamento, triunfos y derrotas, siempre acompañados por Tinjacá. Pero fué en la batalla de Carabobo el 24 de Junio de 1821, cuando llegó la separación definitiva.
Después de la gloriosa batalla, que dió la libertad definitiva a su patria: Venezuela, se acercaron al Libertador dos de sus soldados, en quienes El Libertador, por la expresión que traían pudo adivinar que las noticias no eran buenas. En efecto traían la noticia de que Tinjacá estaba mal herido, y también Nevado.
Bolívar lanzó su caballo al galope hasta el sitio en la llanura donde le habían señalado que estaban sus dos compañeros. Al llegar, Tinjacá con lágrimas en los ojos sólo pudo decirle:"¡Ah mi General, nos han matado al perro... !"


Bolívar viendo a Nevado, ya muerto, tinto en sangre, no pudo decir nada. Cuenta Tulio Febres Cordero, el historiador de Mérida, que en los ojos del Libertador, brilló una gran lágrima de dolor.
Los orígenes del Mucuchies son confusos. Se piensa desciende de varios perros protectores del ganado traídos a Venezuela por los españoles al principio del siglo XIX. Se piensa que estos perros traídos por españoles incluyeron el Mastín Español , los Grandes Pirineos, y el Mastín de los Pirineos . La mayoría de estas razas eran muy variables en este tiempo y en su historia y mezclados a una cierta raza venezolana nativa creó posiblemente el Mucuchies. Antes de 1926-27, el Mucuchies se podía encontrar en los Andes y más allá, particularmente en Caracas. Después la raza comenzó a caer presa por endogamia. Para combatir esta degeneración, un grupo de criadores en cuestión se reunió en 1961 para formar un club. Junto este club comenzó a criar mejorando tipo y uniformidad. 


En 1964, el Mucuchies fue señalado la raza nacional de Venezuela. Dicen que desde entonces la raza se ha estandardizado y mejoró.Sin embargo, el club fue disuelto. Cómo esto afectará el futuro de esta raza, sólo el tiempo puede decir.
Recomendamos la lectura de El Perro en Venezuela por Marta Mikulan.1998 
Publicado en El Perruno Digital