La oxitocina es una hormona cuya función en el cuerpo está relacionada con procesos afectivos. Su presencia en el cuerpo provoca un aumento de las conductas de filiación, empatía, etc Tal es su efecto beneficioso sobre el físico de las personas que se la conoce como la hormona de la “felicidad” o de los “abrazos“. Son muchas las situaciones en las cuales nuestro cuerpo la segrega. ¿Y por qué hablar aquí de ello? Porque diferentes estudios científicos han demostrado que la presencia e interacción con los perros de compañía está relacionada con un aumento en la segregación de esta sustancia.
En un estudio de la Universidad de Skövde, varios científicos demostraron que las personas que besaban más a sus mascotas, presentaban mayores niveles de oxitocina que aquellos que no lo hacían. Así mismo, estos niveles eran significativamente mayores en aquellos que tenían una percepción positiva de su relación con el perro: entendían que los cuidados que le deben al perro no eran una carga. También tenían más altos estos niveles aquellas personas que usaban más recompensas sociales (abrazos, caricias, etc) que individuales (comida) como premio.
Así mismo, el equipo de la Universidad de Azabu y la Universidad de Jichi dirigidos por Miho Nagasawa demostraron en su estudio que aquellas personas que interactuaban
con su perro más de dos minutos a través de la mirada, tenían niveles
mayores de oxitociona, que aquellos que lo hacían por menos tiempo.
Pero no sólo eso, estos y otros estudios, también reflejan que no sólo es bueno para nosotros, sino también para nuestros perros; ya que ellos también liberan oxitocina en estas situaciones. Así pues, si tenéis ganas de dar un apretón a vuestro perro, ¡adelante! ellos y vosotros mismos os sentiréis mucho mejor.