Los perros, como podrás deducir, si me conoces un poco, son el centro de mi vida, los amo, me duelen, me sacan lágrimas y un perro viejo es algo muy especial para mí, sobre todo, si lo tuve desde pequeño, porque conmigo fue un bebé, viví sus años de total fortaleza y lo vi llegar al ocaso de su vida, siempre dependiente de mí, y en esta última etapa, mucho más.
Veo cómo su mirada se va apagando y, sin embargo, aún hay emoción por
esa salida diaria a la calle, al parque y sigue pegado a mí, casi todo
el tiempo dormido. Mi viej@, mi querid@ viej@.
Si has tenido, o tienes, la enorme fortuna de compartir tu vida con un perro desde que era un cachorro hasta que se ha convertido en un “venerable” anciano, habrás sentido una energía especial que te une a él o a ella. Habéis convivido juntos tantos años, que os conocéis perfectamente. Habéis llegado a un nivel de compenetración y comunión entre vosotros que difícilmente volverás a sentir.
Son tantas las cosas que habéis vivido juntos que, probablemente, no las hubieras experimentado de otra manera. Te ha dado tanto que, cuando se convierte en un “perrabuelo”, no podrías tener a tu lado mejor compañía.
¿Sabes cual es una de las cosas que más me tocan el corazón? Que no dejan de ser unos cachorros, unos viejitos, pero unos cachorros, su corazón sigue siendo todo para ti. Nunca abandones a un perro, por favor.
He tenido muchos perros a lo largo de mi vida y, prácticamente, en todos los casos, estuvieron conmigo hasta el final y te puedo asegurar que no cambiaría la experiencia de convivir con un perro “anciano” por nada del mundo. Te voy a decir por qué:
- Un abuelo de cuatro patas, te va a comprender mejor que nadie ¿quién mejor que él/ella que lleva contigo tanto tiempo?
- Cuando le miras a los ojos, compartes con tu perro un nivel de verdad con el que muy difícilmente podrán rivalizar las personas que te rodean.
- Sabe cómo te sientes. Existe una relación tan especial entre los dos que, con sólo mirarte, sabe cómo te encuentras: triste, alegre, nervioso, enfadado…
- Con la edad, los perros consiguen calma, una dignidad tranquila que pocas personas consiguen tener.
- No hay mejor compañía para un cachorro que un perrabuelo. Además de estar dotados de una enorme paciencia para tratar con ellos, pueden ser unos magníficos maestros, les pueden enseñar a subir escaleras, a abrir las puertas, a esconder comida en el jardín…
Además, los perros ancianos, en la mayoría de los casos, todavía son “cachorros de corazón” y a veces juegan y se comportan como si aún lo fueran, de una forma más tranquila, eso sí.
En tu corazón, sigue siendo aquél cachorro que un día llegó a tu vida, aunque ya tenga limitaciones físicas típicas de la edad, como pérdida de visión, oído, dificultad para correr, para subir o bajar escaleras…
Pero lo más importante de todo esto es que, cuando miras atrás y ves todo lo que has vivido junto a él/ella, tu agradecimiento es infinito.
Si no hubiera llegado a tu casa aquel día, en el que era un cachorro
juguetón y travieso, hoy no tendrías a tu lado a un perrabuelo lleno de
verdad y dignidad.
Los perros ancianos traen más vida a tu vida, no lo olvides. Por favor, nunca los abandones, ellos jamás lo harían.
Saludogs
Publicado en Nutricionista de Perros