Cuando en el exterior hay una temperatura de 35 grados, el interior del
vehículo llega a diez grados más en diez minutos. En media hora se
alcanzan los 54 grados. La primera ola de calor del año ha provocado que cientos de personas sean atendidas en España por golpes de calor.
Este trastorno, que llega a provocar la muerte en los casos más
severos, no afecta solo a las personas: Guardia Civil avisaba desde su
cuenta de Twitter, el pasado 17 de junio, de que las mascotan también
pueden sufrirlos.
A diferencia de los seres humanos, que poseen glándulas sudoríparas
por todo el cuerpo, muchos animales domésticos como los perros o los
gatos las concentran en sus patas. "Nosotros funcionamos mejor frente al
calor porque tenemos muchos puntos de ventilación, mientras que estos
animales tienen solo en sus patas y boca [con la respiración]", cuenta Javier Belver, del Hospital Veterinario
Arturo Soria de Madrid. "Sin embargo, les es suficiente para soportar
altas temperaturas, normalmente los golpes de calor son por negligencia
de los dueños", explica.
Debido a ello, los animales domésticos que más riesgo corren son los
perros. "Son los más pegados a los dueños y los que salen a la calle con
frecuencia", explica Belver, "es complicado que lo sufran animales que
no salen de casa".
Cómo detectar un golpe de calor
-Actitud del animal. La forma más rápida
de detectar un golpe de calor, cuenta Belver, es fijarse en el
comportamiento del animal. "Ante un golpe de calor, lo primero
detectable es que comienzan a pararse en las zonas de sombra, y no
quieren continuar con el paseo", explica. En casos avanzados, "andan con
la cabeza gacha, no prestan atención y no son capaces de pasear en
línea recta".
-Síntomas. Cuando un perro sufre un golpe de calor, los primeros síntomas que pueden observarse son jadeos muy fuertes y rápidos, y almohadillas de las patas muy húmedas –debido que ahí es donde los canes (y los gatos) tienen sus glándulas sudoríparas–. En los casos muy graves, cuenta Belver, "pueden detectarse hemorragias en la piel, en las mucosas, en las encías o las heces". De no tratarse a tiempo, Belver advierte que "estos casos pueden dar lugar a un fallo multisismético: colapso de riñón, hemorragias internas...".
Qué hacer si la mascota sufre uno
-Bajar gradualmente la temperatura del animal. Los síntomas del golpe de calor deberían desaparecer cuando la temperatura de la mascota vuelva a la normalidad –unos 39º, cuenta Belver–. Sin embargo, esta debe bajarse gradualmente: "Hay que ser prudente y no meter al animal en un barreño de hielo", explica el veterinario, "sino hacerlo de forma progresiva". El veterinario recomienda utilizar toallas húmedas que no envuelvan completamente al animal y pulverizadores con agua.
-Comprobar que los síntomas desaparecen. Si no, acudir al veterinario.
Los casos más severos de golpe de calor pueden necesitar de
tratamientos que no pueden realizarse en casa, como rehidratación por
vía intravenosa, con gotero. Además, Belver advierte de otro peligro:
creer que el animal sufre un golpe de calor y que padezca otra
enfermedad. "Hay quien puede confundir los síntomas con los de, por
ejemplo, una intoxicación, y pueden acarrear serios problema para la
mascota", cuenta. "Si los síntomas prevalecen, hay que acudir al
veterinario sí o sí".
Cómo prevenirlos
-Evitar los paseos a las horas de máximo calor. Belver recomienda "restringir las salidas lo máximo posible en las horas centrales del día", y realizarlos solo en caso de necesidad.
-En caso de que haya que realizar el paseo, acortar su duración.
"Si hubiera que hacer una salida higiénica [para que el animal defeque u
orine], debe ser lo más breve posible y siempre por la sombra", cuenta
Belver. "Y hay que volver a casa en cuanto haga sus necesidades".
-Razas más susceptibles. Aunque pudiera parecer lo contario, los perros con los que más hay que extremar la precaución son los de pelo corto. "El pelo largo aisla más y resisten mejor", explica Belver. "Los de pelo corto tienen un peor aislante natural y resisten peor las altas temperaturas".
-Mantener a la macosta hidratada. Belver
considera que es muy complicado que un perro sufra un golpe de calor
aunque las temperaturas sean altas "si el animal ha salido de casa
correctamente hidratado y el paseo se hace por la sombra".
-No lo dejes en el coche. Es una advertencia recurrente de Policía Nacional cada vez que llega el calor. La temperatura del interior de los vehículos puede superar hasta en 20 grados la del exterior en solo 30 minutos, por lo que dejar a un ser vivo dentro del automóvil supone un veradero peligro. Cuando en el exterior hay una temperatura de 35 grados, el interior del vehículo llega a diez grados más en diez minutos. En media hora se alcanzan los 54 grados. Si vez a un perro encerrado en un coche, aquí te explicamos cómo debes actuar.
¿Regla de los 5 segundos? No: regla del sentido común
En Facebook hay publicaciones con miles de compartidos que afirman que, para saber si se puede pasear o no a un perro, hay que seguir la "regla de los cinco segundos": colocar el dorso de la mano en el asfalto y, si quema tanto como para no poder resistir durante ese tiempo, no sacar al animal de casa. Belver duda de su eficacia: "Si esa regla funcionara, en España no podría pasearse ningún perro en todo el verano", cuenta.
El veterinario recomienda valerse de una regla más sencilla: la del sentido común."Si tú evitarías salir a la calle a las tres de la tarde en agosto, tampoco deberías sacar a tu mascota", recomienda. "Y si tienes que sacarla, pasea del mismo modo que pasearías tú: buscando siempre la sombra, reduciéndo el paseo al mínimo indispensable y sin realizar tareas extenuantes".
Publicado en El País