Un perro es un animal social y, como tal, necesita el contacto con sus dueños. Un perro no puede pasar solo más de nueve horas diarias seguidas, pero hay canes que pasan en esta circunstancia demasiadas horas cada día. Sus dueños no tienen tiempo para estar con ellos debido a innumerables obligaciones. En estos casos, el perro no es feliz y desarrolla problemas de conducta porque vive en contra de su propia naturaleza social.
La excesiva soledad
de perros con dueños que no les pueden atender de manera correcta es
una queja habitual en las protectoras de animales. Así lo indica Arancha
Sanz, abogada de la Sociedad protectora de Animales y Plantas de Madrid
(SPAP): "Cada día recibimos en
nuestras oficinas denuncias y quejas de personas que dejan abandonados
en casa a sus perros durante horas y horas, e incluso durante días".
Un perro bien socializado es feliz y está adaptado por completo a su
entorno. Sin embargo, esto no es fácil de conseguir y los dueños cumplen
un papel fundamental para lograr que su perro esté sano por dentro y
por fuera.
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