Los
gatos domésticos viven, de media, alrededor de 16 años. Se habla de
gatos viejos o geriátricos a partir de los 14 años. Pero antes de esa
edad muchos ya empiezan a presentar signos de envejecimiento. Es
importante aprender a reconocerlos y, sobre todo, conocer los cuidados
especiales que llevan asociados.
Aunque no se quejen, los gatos viejos o mayores pueden sufrir dolor
En
la naturaleza, los pequeños felinos pueden ser presas de otros
depredadores más grandes. Por eso,los gatos están programados para no
mostrar su debilidad abiertamente porque eso los expondría al peligro de
ser cazados.
Un gato que siente dolor no lo expresa de forma explícita,
pero eso no quiere decir que no padezca. Esta actitud discreta
dificulta, muchas veces, el diagnóstico de problemas articulares,
dentales, y otras muchas patologías que afectan, especialmente, a los gatos viejos. En realidad, no dejan de ser abuelos felinos con los problemas típicos de cualquier anciano.
Enfermedades crónicas comunes en gatos mayores
- Artrosis degenerativa
La artrosis es una enfermedad articular en la que se
desgasta el cartílago que acolcha la articulación, lo que resulta en la
exposición del hueso y la aparición de malestar o dolor. Durante años se
ha pensado que los gatos mayores no sufrían de artrosis, seguramente
debido a su habilidad para ocultar el dolor. Pero hay estudios que
señalan que en las radiografías hasta un 90% de los gatos mayores de 12
años tiene signos de degeneración.
- Hipertiroidismo
Es habitual en gatos senior y los primeros signos son, por
lo general, cambios inexplicables en la conducta del gato: cambios en
los hábitos de acicalamiento, el gato deja de usar el arenero, pérdida
de apetito y de peso o, incluso, vómitos y diarrea. También puede darse
un aumento de la tensión arterial que ocasiona dolores de cabeza en el
gato y le hace estar más irritable. En otros casos, el animal puede
mostrarse más apático.
La única manera de saber si nuestro gato anciano padece hipertiroidismo es acudir al veterinario si notamos cambios extraños en su comportamiento.
- Enfermedades periodontales
Las enfermedades bucales como la infección de encías o las fracturas dentales son muy habituales en gatos viejos o mayores. Son muy dolorosas y están causadas por la falta de higiene bucal. La acumulación de placa y sarro a lo largo de la vida del gato es muy perjudicial para su salud.
Un
gato que siente dolor al comer perderá el apetito y, consecuentemente,
bajará de peso. Hay que estar atentos para detectarlo y acudir
rápidamente al veterinario. Un gato no puede pasar varios días sin comer
sin que ello conlleve un riesgo grave para su salud. Los gatos en ayuno
pueden sufrir insuficiencia renal y morir en pocas horas.
- Pérdida de visión y oído
Como ocurre con las personas ancianas, los gatos mayores
van perdiendo facultades sensoriales. Algunos, incluso, llegan a
quedarse totalmente sordos o ciegos. Puesto que la disminución en sus
capacidades auditivas o visuales suele ser progresiva, normalmente los
gatos se adaptan bien y pueden moverse por el entorno familiar con
soltura. Eso sí, hay que evitar cambios bruscos en el ambiente que
podrían desorientarles.
- Enfermedad renal crónica
El paso del tiempo deteriora la capacidad de los riñones
de algunos gatos para funcionar correctamente. No obstante, con un
adecuado control y tratamiento, además de una dieta adecuada, los gatos pueden convivir muchos años con esta enfermedad.
- Síndrome de Disfunción Cognitiva (Alzheimer en gatos)
Los gatos viejos, abuelos felinos, pueden padecer un síndrome degenerativo muy similar al Alzheimer de las personas mayores. Se le denomina Síndrome de Disfunción Cognitiva Felina y ocurre cuando el gato empieza a mostrar comportamientos inexplicables que no están asociados a ninguna otra enfermedad.
Los
principales signos son irritabilidad, agresividad, disminución del
interés por el contacto con los propietarios, cambios en los patrones de
sueño, maullidos excesivos, deambulación en círculos, etc. Es muy común
que los gatos que sufren de este síndrome dejen de utilizar su arenero y
orinen o defequen en cualquier lugar de la casa.
Además,
algunos neurotransmisores básicos como la dopamina y la serotonina
pueden verse disminuidos y producir un estado de depresión en el gato.
Como ocurre con las personas, las soluciones médicas para este síndrome parecido al Alzheimer son escasas.
Cuidados especiales en gatos viejos
1- Alimentación
En
esta etapa de la vida, es básico proporcionarle al gato una
alimentación completa y de calidad. Las dietas especialmente diseñadas
para gatos mayores o gatos senior contemplan todos los requerimientos
nutricionales necesarios en esta etapa de la vida felina y son la mejor
manera de cuidar su salud y evitar enfermedades.
2- Adaptación del entorno del gato a sus necesidades especiales
Hay
que intentar que el ambiente del gato sea lo más cómodo posible y
colocar la comida y el agua en lugares de fácil acceso. Como hemos
visto, muchos gatos viejos tienen su movilidad reducida a causa de la
artrosis y otras enfermedades asociadas a la edad. Hay que tener en
cuenta que, cuanto más fácil y transitable sea el ambiente en el que se
mueve el gato, menos esfuerzo supondrá para el animal moverse por la
casa.
3- Arenero con bordes bajos
Para los gatos con artrosis, una bandeja de bordes bajos será mucho más cómoda y accesible.
4- Dos visitas anuales al veterinario
Cuando
un gato se hace mayor es recomendable aumentar la frecuencia de visitas
al veterinario en un mínimo de dos anuales. De esta manera, se facilita
el diagnóstico precoz de enfermedades.
5- Cepillado diario
Los
gatos viejos reducen sus momentos de acicalamiento y, en consecuencia,
acumulan más pelo muerto y mantienen menos cuidada su barrera natural
contra agresiones externas, que es la piel. Un cepillado diario, con un
cepillo de púas suaves, ayuda a mantener el estado del pelo y, además,
genera vínculo entre el gato y el propietario.
Por: Equipo veterinario de Nutro & Greenies España