Un estudio realizado por el psicólogo Stanley Coren en los años 90 estableció un ránking, aunque algunos expertos lo cuestionan por basarse sólo en un tipo de inteligencia
Dar la
pata, tumbarse en el suelo a la orden de plas o incluso traer la pelota
cuando se la pide. Éstas son algunas de las órdenes más habituales que
los dueños enseñan a sus perros. Es posible que se sienta orgulloso
cuando su mascota hace despliegue de sus habilidades ante sus conocidos,
con posterior chuchería a modo de premio, y que piense que es
tremendamente inteligente. Pero ahora tiene una forma de comprobar si su
animal es tan listo como usted piensa, gracias al ránking que estableció Stanley Coren en los años 90 y que ha llegado incluso a estandarizarse. Y es que, según este investigador, el nivel de inteligencia de su perro viene determinado, en parte, por su raza.
El
psicólogo y adiestrador canino de la Universidad de Columbia Británica
en Vancouver, Canadá, escribió un libro en 1994 bajo el título La
fabulosa inteligencia de los perros en el que presentó los resultados de
una amplia encuesta que había realizado a 199 educadores de perros. En su estudio, el investigador diferenciaba entre varios tipos de inteligencia canina para medir su cociente intelectual.
Por un lado, está la inteligencia adaptativa, ésa que se encarga del
aprendizaje y las habilidades del animal para resolver un problema
mediante el causa-efecto. Por otro, está la instintiva, que tiene que
ver con cómo se comporta según su herencia genética. Sin embargo, hay un
tercer tipo, la llamada inteligencia de trabajo y obediencia, que mide
su capacidad para aprender del ser humano. En ésta se centró el
investigador Stanley Coren para realizar su estudio ya que, aunque
depende en gran medida de las habilidades del adiestrador, cada raza
tiene una predisposición diferente a colaborar con su amo.
Clasificación
Teniendo
esto en mente, Coren envió solicitudes de evaluación a los jueces de
las pruebas de obediencia del American Kennel Club y el Canadian Kennel
Club pidiéndoles que clasificaran a las diferentes razas. Cuando recibió
sus respuestas, encontró un consenso sustancial entre todos ellos. De
acuerdo a los datos que recopiló, dividió a las diferentes razas en seis
niveles: en el superior estaban los perros con una inteligencia de
trabajo más brillante, esos ejemplares que tienden a aprender un nuevo comando en menos de cinco segundos y a obedecer al menos el 95% de las veces.
En el primer puesto situó al border collie, de tamaño medio y una agilidad y resistencia sorprendentes. La raza surgió en la frontera entre Escocia e Inglaterra como perro pastor, sobre todo para trabajar con rebaños de ovejas. De hecho fue seleccionado especificamente para enfatizar su inteligencia y obediencia, convirtiéndolo así en uno de los perros pastores más populares en la actualidad. "De carácter equilibrado, fácil de enseñar y siempre dispuesto, es el perro ideal para campeonatos de agility", explica José Luis Blázquez, veterinario y fundador de Openvet.
En el primer puesto situó al border collie, de tamaño medio y una agilidad y resistencia sorprendentes. La raza surgió en la frontera entre Escocia e Inglaterra como perro pastor, sobre todo para trabajar con rebaños de ovejas. De hecho fue seleccionado especificamente para enfatizar su inteligencia y obediencia, convirtiéndolo así en uno de los perros pastores más populares en la actualidad. "De carácter equilibrado, fácil de enseñar y siempre dispuesto, es el perro ideal para campeonatos de agility", explica José Luis Blázquez, veterinario y fundador de Openvet.
El segundo lugar, según esta clasificación, lo ocupa el caniche.
"Su inteligencia y destreza le convirtieron a partir del siglo XVI en
el protagonista de números de circo. Capaces de realizar piruetas y
otros malabares, los caniches amaestrados captaban la admiración de
todos los espectadores. Sobresalen por su inteligencia y buena memoria.
Son muy activos y despiertos pero también disciplinados, por lo que se
les enseña con gran facilidad y su adiestramiento no resulta nada
complicado. De ahí que sean buenos aprendices para pruebas de trabajo y
agilidad", explica Blázquez. Existen cuatro variedades según su tamaño:
la versión más pequeña es el toy que presenta una altura a la cruz de
hasta 28 centímetros. El enano oscila entre los 28 y los 35, el mediano
tiene un tamaño de 35 a 45, mientras que el grande puede llegar hasta
los 55.
En tercer lugar situó al pastor alemán,
"considerado por muchos como la raza por excelencia, ya sea por sus
características como perro fiel, excelente guardián y defensor de los
suyos o bien por su popularidad debida a su aparición en películas o
como perro policía. Si tiene uno necesitará crear una rutina de
actividades que le mantenga activo, haciéndole que afronte desafíos y
estimulándole con nuevos objetivos. No sólo le encanta superar retos,
sino que esto le ayudará a ser más sociable y equilibrado", explica el
veterinario de Openvet. El cuarto, quinto y sexto lugar lo ocupan el golden retriever, el doberman y el pastor de Shetland o sheltie, respectivamente.
Un análisis polémico
En
el momento en el que Coren estableció su ránking se creó una gran
polémica al respecto, pero con el tiempo acabó aceptándose como una
aproximación bastante acertada de las capacidades de las distintas
razas. En la actualidad, esta lista sigue siendo una referencia
mundial para aquellas personas que buscan un perro capaz de aprender
órdenes con facilidad. Sin embargo, según Blázquez, no hay una
manera definitiva y determinante de poner una nota global a los perros
debido a los diferentes tipos de inteligencia que existen. "Debemos
hacer una valoración adicional sobre esta escala, ya que el hecho de que
sean los más capaces en aspectos relacionados con la obediencia no les
hace ser los mejores para otro tipo de funciones, como puede ser la de
animal de compañía o la convivencia con otras especies o con otros
perros. También tendremos que valorar estas otras inteligencias para
determinar la raza que mejor se adapte a nuestras necesidades", explica.
Para entenderlo mejor, se puede hacer una comparativa con los humanos, en los que también existen múltiples inteligencias,
según la teoría que planteó el psicólogo Howard Gardner en 1983. En
ella, el investigador de la Universidad de Harvard menciona que los
seres humanos poseemos una gama de capacidades y potenciales que se
pueden emplear de muchas maneras productivas, tanto juntas como por
separado. Gardner afirmaba que todas las personas éramos dueñas de cada
una de estas ocho clases aunque cada uno destaca más en unas que en
otras. En cualquier caso, ninguna de ellas es más importante que las
demás.
Manuel Lázaro, veterinario y vocal del Colegio Oficial de
Veterinarios de Madrid, va más allá a la hora de cuestionar la
clasificación elaborada por Coren. "Los únicos estudios que han clasificado la inteligencia de las razas, en mi opinión, no son demasiado rigurosos. Estas
opiniones de los jueces, aun siendo válidas, no dejan de ser una
valoración subjetiva", explica. Para Lázaro, en muchas ocasiones se
confunde inteligencia con adiestrabilidad. "Existen perros capaces de
diferenciar más de 200 palabras, lo que demuestra una gran inteligencia,
pero también un arduo trabajo de quien enseña al ejemplar en cuestión.
Además, determinadas habilidades pueden ser, por ejemplo, más fruto de un buen olfato que de otra cosa", argumenta.
Las
diferentes razas que existen surgieron gracias a la evolución. A lo
largo de la Historia, el ser humano ha ido seleccionando y mezclando
especímenes con el objetivo de conseguir uno que le ofreciera
determinadas aptitudes según sus necesidades: ejemplares adecuados para
la guarda, la defensa, la caza, el rastreo, la velocidad... "Las aptitudes para el juego y el cobro son imprescindibles como parte del adiestramiento,
y por ello las razas que son consideradas como más inteligentes
muestran precisamente una gran capacidad para ello", explica. Ésta es
una de las razones por las que el pastor alemán es el perro policía por
excelencia.
Los menos inteligentes
Pero según la clasificación establecida por Coren también hay razas consideradas menos inteligentes, como el amplio grupo de los sabuesos o perros de rastreo.
"Son razas seleccionadas para centrarse en un único aspecto, seguir un
olor, y no distraerse con nada más, lo que les hace muy cabezones. Por
ello tienen una gran aptitud para esta función, pero en cambio baja para
la obediencia", cuenta Lázaro. ¿Eso les hace menos inteligentes? Según
Coren sí, pero si tiene uno de estos ejemplares, quizá no esté muy de
acuerdo con él.