miércoles, 11 de julio de 2018

EL FALSO MITO DEL REMORDIMIENTO EN PERROS 1ª PARTE


Los has visto en todas las redes sociales – perros con esa mirada llena de pena y el semblante afligido cuyos dueños los confrontaron con diversas preguntas tras haber encontrado trozos (o pedazos enteros) del relleno del sofá, la tierra que estaba en las macetas o periódicos hechos trizas por toda una habitación, y a veces por toda la casa.
Algunas personas verán este tipo de publicaciones y pensarán que es una "vergüenza" que alguien piense que es divertido exhibir el mal comportamiento de los pobres cachorritos que acaban de hacer algo que es natural para los perros.



Por ejemplo, existe un incidente que fue publicado en YouTube por un hombre llamado Mali Vujanic que tituló el video como “Guilty!” (¡Culpable!). Tal y como puede verlo previamente, dicho video muestra a 2 perras con expresiones contrastantes que supuestamente revelaban la triste historia, sobre todo porque se encontraban cerca de una bolsa vacía de premios para gatos.
Una de las perras realmente parecía sentirse culpable y según un redactor de la revista The Atlantic:
"La primera perra, una Golden Retriever, parecía tener la conciencia limpia mientras estaba recostada tranquilamente. Pero la segunda, una Labrador amarilla llamada Denver, estaba sentada en un rincón, temblando y con la mirada baja, haciendo lo que Vujanic llamó 'su cara de yo lo hice'.


Vujanic se quedó sin aliento por la aparente admisión de culpa: '¿Hiciste esto?’ Denver movió la cola con nerviosismo e hizo una mueca. 'Ya sabes lo que hay que hacer, a la jaula’. Y la perra se recluyó dócilmente".2
Macy, la primera perra, parecía no tener reparos en ser confrontada, aunque evita el contacto visual. Y cualquiera se puede dar cuenta claramente de que la segunda perra, Denver, tenía la palabra "culpa" escrita en la cara y evidentemente sentía remordimiento. Ver el video completo con la música triste (pero curiosamente apropiada) es casi doloroso.


Todo en la conducta de Denver suplicaba misericordia, comprensión y profunda tristeza por su debilidad. Cada vez que Vujanic le preguntaba "¿Hiciste esto?", Denver bajaba su pobre cabecita más y más. Pero cuando se le pidió que mirara hacia arriba y afrontara las consecuencias, en realidad parecía que Denver tenía oculta una sonrisa cursi. Todo un acto de alarde.


Exhibir a las mascotas: Un fenómeno de las redes sociales
 
El video de Vujanic publicado en 2011, que a la fecha de este artículo ha conseguido 51 millones de visitas, es promocionado como el precursor de la locura actual de "exhibir a las mascotas". Los perros culpables son sorprendidos en el acto o son obligados a soportar una reprimenda, gritos y la publicación del incidente en las redes sociales. Por lo general, se publica una foto de un perro que parece preocupado (o adorablemente desdeñoso) con un cartel en el cuello que relata su crimen.
Por ejemplo, una foto muestra un perro con una pequeña gorra blanca y la cara avergonzada, parado a un lado de un cartel que dice, "Yo mastico las tapas de los pernos del inodoro. Ahora debo ponerme el sombrero de la vergüenza."


Otra imagen dice: "He sido un buen perro durante 2 días. Ups", pero el número 2 está tachado y puedes ver al lado del perro una caja de donas vacía. Algunas de las pruebas palpables del mal comportamiento canino son zapatos sin tacón, rollos de toalla de papel, platos rotos y, a veces, en el fondo, todo un caos. Los perros son llamados "tontos" y "monstruos adorables".
Es un pasatiempo tan popular que un libro con fotos de perros avergonzados, que fue publicado en 2013, se incorporó a la lista de best-sellers del New York Times.3 La mayoría están publicadas para que las personas se rían, y muchas fotos son divertidas, pero hay quienes están convencidos de que exhibir a los perros es equiparable a un acto de crueldad.


De acuerdo con los defensores, socava la dignidad de un perro y fomenta la burla de los animales. Por fortuna y contrario a lo que se hubiera esperado, en el video de Vujanic no hubo tantos comentarios del tipo, "¿cómo pudiste exhibir a ese pobre perro de esa manera?". Sin embargo, hace que a uno se pregunte – ¿Denver se dio cuenta que había hecho algo inapropiado?

El mito de la culpa y el remordimiento en perros
 
Alexandra Horowitz, que dirige el Horowitz Dog Cognition Lab4 (Laboratorio Horowitz de Cognición Canina) en el Barnard College ubicado en Nueva York, dice que la apariencia facial de un perro, sobre todo ante un "delito" que ha cometido, realmente no es vergüenza o remordimiento.



La experta hace referencia a un experimento realizado en 2009 en el que se les pidió a los propietarios que les dijeran a sus perros que no comieran un premio apetecible. Después, se les pidió a los propietarios que abandonaran la habitación.
Entonces:
"La científica se deshizo del premio o se lo dio al perro. Cuando los dueños regresaron, les dijeron – independientemente de la verdad – que su perro lo había comido o bien, que no lo había hecho. Si los dueños pensaban que sus perros se habían dado el gusto de comerlo, empezaban a regañarlos y los canes mostraban un sinfín de miradas culpables.


Sin embargo, los perros que no habían comido el premio eran más propensos a parecer culpables en comparación con los perros que sí lo habían comido – siempre y cuando sus dueños los regañaran".
Otro grupo de científicos que escribió un artículo sobre el tema en 2012 señaló que, probablemente el remordimiento que los humanos creen ver, se debe más a una "respuesta sumisa que ha resultado conveniente ya que reduce el conflicto entre el perro y el humano".
El diario The Atlantic hace referencia a una religión pre-islámica en Persia e India conocida como zoroastrismo, y su texto, llamado el Avesta, reverenciaba e incluso deificaba a los perros, no obstante, especificaba castigos para aquellos que habían cometido crímenes "de manera voluntaria", por ejemplo, morder a las personas u ovejas sin ladrar.


Las cortes en la Europa medieval no notaban grandes diferencias entre los perros y personas que habían cometido algún crimen. Los perros a menudo eran convocados a la corte, se les imponían sentencias de cárcel, azotes o muerte igual que a los humanos. Sin lugar a dudas la cultura de la época dio por sentado que los perros "malos" sabían que su comportamiento era inaceptable, pero continuaron con el mismo de todos modos.
La estudiante de doctorado Julie Hecht, que estudia el comportamiento animal en la ciudad de Nueva York, cree que cuando los propietarios adoptan el hábito de regañar a sus mascotas, pueden confundir a los perros, que son lo suficientemente inteligentes como para saber qué respuestas les pueden ocasionar menos inconvenientes.


En resumidas cuentas, cuanto más se castiga a los perros, más terminan haciendo las cosas que los metieron en problemas. Los perros de "respuesta sumisa" asumen que pueden ser parte de un "ciclo ansioso de destrucción y apaciguamiento", explicó Hecht, lo que finalmente quebranta la confianza del animal en su ser humano.



Publicado en Orbicanes