viernes, 17 de mayo de 2019

LOKI; EL PERRO-LOBO (SPANISH & ENGLISH)


Mi nombre es Kelly Lund. Crecí en el bosque de Redwood en la costa norteña de California. Actualmente resido en las afueras de Denver, Colorado. Me encantan las nuevas aventuras que me hacen salir de mi zona de confort y explorar nuevos lugares. También amo las relaciones entre los seres humanos y los animales.

Durante una tormenta de nieve en 2012, traje a Loki a casa. Loki es una mezcla husky/arctic lobo/malamute. Criado en una familia que se toma la propiedad del perro muy en serio, compartí experiencias con perros grandes. Loki sin embargo era diferente. En lugar de entrar en mi mundo, sentí que tenía que escucharlo atentamente y entrar yo en el suyo, si queria que esto funcionase. En ese momento, decidí que haría todo lo posible para no dejarlo atrás en la casa. Empezamos a practicar snowboard al aire libre cuando tenía cuatro meses de edad, y antes de cumplir su tercer cumpleaños, había visto la mayor parte del oeste de los Estados Unidos.

Hasta hace poco nunca habia tomado la fotografía en serio . He oído decir una vez que las imágenes tienen esta forma divertida de ser más valiosas con el tiempo. Las fotos que creamos son las páginas de nuestro diario. Loki y yo esperamos que podamos inspirar a otros a salir, explorar su mundo, y crear recuerdos con sus cachorros.




My name is Kelly Lund. I grew up in the Redwood forest on the northern coast of California. I currently reside outside of Denver, Colorado. I love new adventures that make me feel uncomfortable. I love to explore new places. I also love relationships between humans and animals. 

During a blizzard in 2012, I brought Loki home. Loki is a husky/arctic wolf/malamute mix. Growing up in a family that took dog ownership very seriously, I had my fair share of experiences with large dogs. Loki was different though. Instead of him entering into my world, I felt like I had to listen closely and enter into his world, if this was going to work out. At that time, I decided that I would do everything possible to not leave him behind at the house. We started backcountry snowboarding together when he was four months old, and before his third birthday, he’d seen most of the western U.S.