Un equipo de investigadores de la Universidad de Helsinki llevó a cabo un estudio, recientemente publicado en Scientific Reports, sobre los factores que provocan los comportamientos repetitivos en los perros (los más frecuentes son persecución y mutilación de la cola, andar en círculos, la dermatitis acral por lamido, los ladridos constantes, la persecución de sombras, etc.).
Los investigadores reprodujeron los hallazgos de estudios previos basados en unos 4.500 perros de 22 razas diferentes, al identificar la comorbilidad entre el comportamiento repetitivo y otros factores conductuales como agresividad, hiperactividad/impulsividad y falta de atención.
Los investigadores reprodujeron los hallazgos de estudios previos basados en unos 4.500 perros de 22 razas diferentes, al identificar la comorbilidad entre el comportamiento repetitivo y otros factores conductuales como agresividad, hiperactividad/impulsividad y falta de atención.
Los investigadores demostraron que el comportamiento repetitivo canino es una entidad compleja asociada con varios factores demográficos, ambientales y de comportamiento.
Hallaron una asociación novedosa entre el comportamiento repetitivo y la experiencia del dueño del perro. Además, observaron que una baja cantidad de ejercicio y un tamaño familiar más grande, son factores ambientales que aumentan potencialmente el estrés en la vida de los perros y que pueden aumentar la probabilidad de comportamiento repetitivo.
Los resultados también replicaron los hallazgos de investigaciones anteriores sobre el comportamiento repetitivo canino, al demostrar que los comportamientos repetitivos son más comunes en perros que viven sin congéneres. También identificaron que el comportamiento repetitivo se observa típicamente en perros jóvenes, perros mayores y en perros castrados.
Además observaron diferencias en el comportamiento repetitivo entre las distintas razas de perros lo que sugiere que algunas razas pueden ser más vulnerables a desarrollar problemas relacionados con el comportamiento repetitivo e indican susceptibilidad genética.
Los autores del estudio consideran que "dado que el comportamiento repetitivo anormal puede empeorar considerablemente el bienestar de los perros y perjudicar la relación entre el dueño y el perro, comprender los factores que afectan los comportamientos repetitivos caninos puede beneficiar tanto a los perros como a los humanos".