Todos tenemos personas favoritas: desde bien pequeños tenemos un "mejor amigo" con el que nos intercambiamos cartas con rótulos de colores y con el que queremos quedar a todas horas. También somos más de mamá o de papá y, como es lógico, lo mismo ocurre con los perros, que también tienen un humano preferido.
Nuestros canes escogen a su persona favorita en base a sus similitudes con ella, de esa forma se forja una conexión muy especial. Por ejemplo, si nosotros somos activos, salimos a hacer ejercicio y nuestro perro también lo es, es muy posible que nos convirtamos en la persona favorita para nuestro peludo (por encima de otros familiares con los que el animal quizás no comparta aficiones).
Nuestros canes escogen a su persona favorita en base a sus similitudes con ella, de esa forma se forja una conexión muy especial. Por ejemplo, si nosotros somos activos, salimos a hacer ejercicio y nuestro perro también lo es, es muy posible que nos convirtamos en la persona favorita para nuestro peludo (por encima de otros familiares con los que el animal quizás no comparta aficiones).
Al final, ellos establecen una relación diferente con cada humano con el que comparten vida, por ello, siempre habrá alguien en casa con el que se lleve mejor. Puede que sea la persona que siempre le acompaña en los paseos, la que le dé de comer o la que le proporcione más mimos y caricias.
Pero, ¿cómo podemos saber si somos el ojito derecho de nuestro perro? Hay algunos comportamientos del animal que nos indicarán que somos su preferido y es muy fácil de identificar.
Carmen López Siller, psicóloga y etóloga de la Escuela Canina Educando Perros, ya nos contó una vez que cuando creamos un vínculo con el perro "nos hacemos significativos para él" y que, al igual que nos pasa a las personas, "a veces somos un poco más de papá que de mamá".
"La dinámica con un miembro de la familia está asociada a unas actividades y momentos y con otra, a otras", explicaba. De esta forma, podemos deducir si somos el referente y favorito de nuestro perrete si se dan las siguientes circunstancias:
Obedece rápidamente a nuestras órdenes: aunque el perro haga caso a lo que le decimos nosotros y lo que le dice, por ejemplo, nuestra pareja, siempre habrá a uno al que haga más caso que a otro. Si somos ese "uno", es una señal de que nos prefiere a nosotros.
Va detrás de ti cual "perrito faldero": otro signo de que somos el humano preferido de nuestro perro es que allá donde vayamos venga él, un claro síntoma de apego especial.
Busca nuestro contacto físico: si somos el ojito derecho de nuestro peludo, éste siempre querrá sentirnos de alguna forma, ya sea acostándose a nuestros pies (literalmente, encima), a nuestro lado, bien pegaditos, en el sofá, o pidiéndonos caricias.
Un recibimiento especial: también es una buena señal si, cuando pasamos un tiempo fuera de casa, nos echa de menos y nos demuestra lo alegre que se pone cuando regresamos a su lado. Si te recibe con saltos y lametones, es que te quiere de forma especial.
Dormir juntitos: otra señal de que somos el preferido de nuestro perro es si escoge nuestras piernas o pies para dormir y descansar. Que se acurruque junto a nosotros es una señal de que se siente muy cómodo a nuestro lado (más que con otros miembros de la familia).
Referente de seguridad: por último, lo más importante y lo que definitivamente será una señal de que somos su humano favorito es si acude a nosotros por apoyo cuando se siente enfermo o asustado, lo que quiere decir que se siente seguro con nosotros.
Publicado en 20Minutos