Los ácidos grasos son un tipo específico de grasas poliinsaturadas. Las dos clases principales de ácidos grasos de los que hablaremos son los ácidos grasos omega 3 y los omega 6. Estas clasificaciones se basan en sus características moleculares. Los animales pueden producir algunos de los ácidos grasos que necesitan, pero no todos. Aquellos que no son capaces de producir por sí solos los deben conseguir a través de la dieta. Estos son los llamados ácidos grasos “esenciales”, aunque y como curiosidad, lo que es “esencial” de una especie animal no los es necesariamente esencial para otra. Por ejemplo, el ácido graso ácido araquidónico (omega 6) es esencial para los gatos pero no para los perros. Combinar en la proporción adecuada fuentes de grasas en la dieta de perros y gatos, especialmente estos ácidos grasos, se traduce en grandes beneficios para ellos. En concreto, los ácidos grasos omega 6 y omega 3, actúan sobre el sistema inmunológico, nervioso, cardiovascular y en general mejoran el metabolismo nuestros animales.
Estos son algunos de sus beneficios probados son:
Influyen positivamente sobre el aspecto y la calidad del pelo. Muchos problemas, como un pelo opaco y quebradizo o seborreico, mejoran al iniciar una suplementación con ácidos grasos.
Algunas enfermedades del sistema inmune, sobre todo aquellas que afectan a la piel, mejoran gracias a su acción.
En el caso de alergias e inflamaciones, su uso reduce el prurito en un 40%, aproximadamente. El perro o gato se rascará menos, y así disminuirá la ansiedad que genera el picor constante, la piel se regenerará antes y evitamos lesiones por rascado.
Disminución en infecciones varias de la piel y oídos (otitis) así como prevención de daño renal.
Prevención de problemas cardiovasculares varios debido a su efecto cardioprotector.
Influyen positivamente sobre el aspecto y la calidad del pelo. Muchos problemas, como un pelo opaco y quebradizo o seborreico, mejoran al iniciar una suplementación con ácidos grasos.
Algunas enfermedades del sistema inmune, sobre todo aquellas que afectan a la piel, mejoran gracias a su acción.
En el caso de alergias e inflamaciones, su uso reduce el prurito en un 40%, aproximadamente. El perro o gato se rascará menos, y así disminuirá la ansiedad que genera el picor constante, la piel se regenerará antes y evitamos lesiones por rascado.
Disminución en infecciones varias de la piel y oídos (otitis) así como prevención de daño renal.
Prevención de problemas cardiovasculares varios debido a su efecto cardioprotector.
En el caso de animales mayores afectados de disfunción cognitiva se recomienda la suplementación con ácidos grasos por su papel protector y antioxidante.
El DHA (un tipo de ácido graso omega 3) ha demostrado ser clave en el desarrollo neuronal de los cachorros, por lo cual es beneficiosa la suplementación a la madre durante la gestación.
También se ha demostrado que el DHA del omega 3 hace que los cachorros aumenten sus cualidades para entrenamiento y aprendizaje. El DHA es uno de los ácidos grasos esenciales que se encuentra más abundantemente en el cerebro, y se sabe que es vital para una adecuada función mental.
El DHA (un tipo de ácido graso omega 3) ha demostrado ser clave en el desarrollo neuronal de los cachorros, por lo cual es beneficiosa la suplementación a la madre durante la gestación.
También se ha demostrado que el DHA del omega 3 hace que los cachorros aumenten sus cualidades para entrenamiento y aprendizaje. El DHA es uno de los ácidos grasos esenciales que se encuentra más abundantemente en el cerebro, y se sabe que es vital para una adecuada función mental.
El uso continuo de los ácidos grasos omega 6 y omega 3 se traduce a la larga en una mascota más sana. Sus efectos pueden observarse a partir de las tres o cuatro semanas de administración y carecen de efectos secundarios, por lo que pueden tomarlos toda su vida. Existen en la actualidad numerosos suplementos dietéticos para perros y gatos ricos en estos ácidos grasos, y algunos piensos de gama Premium y dietas veterinarias introducen en sus formulaciones fuentes de omega 3 y 6 como los aceites de pescado, algas, krill y algunos aceites vegetales.