¿Sabía que el 50 % de las 189 personas consultadas en un estudio realizado en los Estados Unidos creen que el color de un gato determina, en parte, su carácter? Si le hubieran preguntado, ¿usted estaría dentro de ese grupo? Si es así, su percepción del comportamiento según el color del gato tal vez coincida con lo que respondieron esas personas:
Gato bicolor: amistoso, afectuoso
Gato naranja: amistoso, afectuoso, perezoso
Gato tricolor: independiente, intolerante
Gato blanco: independiente, tranquilo, reservado, poco activo, amistoso
Gato negro: ningún comportamiento en particular
Gato bicolor: amistoso, afectuoso
Gato naranja: amistoso, afectuoso, perezoso
Gato tricolor: independiente, intolerante
Gato blanco: independiente, tranquilo, reservado, poco activo, amistoso
Gato negro: ningún comportamiento en particular
Una percepción que varía según las culturas
Sin embargo, otro estudio llevado a cabo con dueños de gatos británicos arrojó resultados completamente diferentes. Las respuestas incluso eran contradictorias para dos de estos colores. En Inglaterra se cree que los gatos bicolor son independientes e intolerantes, en lugar de los tricolor. Los gatos tricolor, en cambio, serían más bien afectuosos, activos y amistosos.
Solo los gatos naranja obtuvieron los mismos resultados tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña. Entones, ¿cómo se explican estas diferencias? ¿No sería mejor evaluar el comportamiento de un gato con respecto a su color utilizando otro método que no sea la opinión de su dueño quien, debemos reconocerlo, puede estar ampliamente influenciado por diferentes factores? Por ejemplo, ¿sería posible que el único color en el cual coinciden tanto estadounidenses como británicos (naranja) esté relacionado con el hecho de que Garfield, un gato mundialmente famoso, es naranja?
El mito del gato negro: supersticiones, creencias e historia
En el antiguo Egipto, el gato era venerado por los egipcios y su buena reputación se mantuvo durante muchos siglos. El aprecio por los mininos comenzó a disminuir progresivamente al comienzo de nuestra era, con la prohibición de los cultos paganos, y el gato se transformó en la encarnación del mal en la Edad Media, durante la caza de brujas. Claro, la imagen del gato repuntó desde entonces, pero, incluso en la actualidad, ¿la bruja y su gato negro no son uno de los principales símbolos de Halloween? ¡Cuesta desprenderse de estas supersticiones!
En proporción, hay más gatos negros en los refugios. Estos animales menospreciados permanecen allí durante más tiempo que sus compañeros de pelaje colorido. Aunque a menudo se los asocia con la mala suerte, en algunas culturas los gatos negros son considerados augurio de felicidad y prosperidad. Mientras que algunas personas les siguen teniendo miedo, otras los adoran. ¡Sin dudas, no deja a nadie indiferente!
Hechos probados por la ciencia
Podríamos apelar a la ciencia para comprobar si es lógico que se asocie el comportamiento de un gato con su color. Sabemos que si un gen se relaciona con otro gen, en un mismo cromosoma, estos dos genes se transmitirán de generación en generación. Esto explica por qué la mayoría de los gatos blancos con ojos azules son sordos. El gen responsable del color blanco puro se desarrolla en el mismo cromosoma o muy cerca del cromosoma del gen responsable del color de los ojos y del desarrollo del oído. Si pudiéramos confirmar que efectivamente existe un cromosoma en el cual un gen responsable del color se vincula con un gen responsable del desarrollo del cerebro, tal vez podríamos afirmar que existe una relación entre color y comportamiento. Algunos científicos han manifestado que tales relaciones existen, pero hasta ahora se han podido aportar muy pocas pruebas.
Se puede establecer una relación entre el color y el comportamiento en los gatos de raza, en los cuales ha sido posible medir comportamientos similares entre gatos del mismo color. Sin embargo, esto se debe a que el material genético de los gatos de una misma raza es relativamente limitado. Por lo tanto, es probable que lo determinante no sea el color, sino el hecho de que estos gatos provienen de un mismo linaje.
Incluso hoy, la ciencia no nos permite establecer vínculos claros entre el color de un gato y su personalidad. Son principalmente la televisión, los personajes de historietas y las películas quienes influyen en nuestra visión del comportamiento del gato según el color. ¿Es una coincidencia que los gatos blancos sean considerados independientes, tranquilos, reservados y poco activos y que los gatos blancos de las películas de Disney posean el mismo tipo de personalidad? ¿Y que los gatos bicolor sean calificados como amistosos, al igual que Félix, el gato del dibujo animado de nuestra infancia?
¿Qué conclusión debe sacar? Usted debería elegir a su gato según su personalidad y no en función de su color.