El aprendizaje es un mecanismo gracias al cual un ser vivo adquiere una nueva secuencia de comportamiento (cuyos efectos le resultan favorables) o, por el contrario, renuncia a una reacción (porque le es sistemáticamente desfavorable). Antiguamente, la noción de aprendizaje sobreentiende las de castigo y recompensa; en todo caso, el aprendizaje puede ser más útil y no depender completamente de la presencia de esas dos intervenciones externas.
De la misma manera que existen varias escuelas de *psicofisiología, también existen varios tipos de aprendizaje. El término condicionamiento se ha utilizado a propósito de las dos formas más simples de aprendizaje, pero cada vez se emplea menos por la connotación peyorativa que tiene. Para una mayor claridad de exposición, trataremos cada una de esas dos formas de aprendizaje y sus aplicaciones en el perro.
ETOLOGIA (Ciencia del Comportamiento Animal).
Konrad Lorenz: (1903 -1989) Austria Fundador de la Etología
Lorenz, Konrad (1903-1989), zoólogo austriaco galardonado con el premio Nobel y fundador de la etología (véase Conducta animal). Nació en Viena y se doctoró en medicina y zoología (1933) en esta Universidad. Llegó a ser muy conocido por sus esfuerzos para identificar lo que él llamaba patrones de acción fijos, que en su opinión estaban genéticamente determinados y se manifestaban a través de la influencia del medio ambiente particular a una especie animal. Sugería que dichos patrones eran tan importantes para la supervivencia del animal como sus características fisiológicas, y que ambos factores tenían un desarrollo evolutivo similar. Quizá sea más conocido porque descubrió que los estímulos aurales y visuales de los progenitores de un animal son necesarios para inducir a éste a seguirles, pero que cualquier objeto, incluido un ser humano, podía inducir la misma respuesta empleando los mismos estímulos. Llamó a este fenómeno impronta.
En su obra Sobre la agresión (1963), Lorentz postulaba que el origen genético de la agresividad humana estaba en el comportamiento observado en animales inferiores cuando defienden su territorio. Aunque la teoría no tardó en popularizarse, provocó duras reacciones por parte de los especialistas en muchos campos (véase Sociobiología). Hablaba con las bestias, los peces y los pájaros (1949), Cuando el hombre encontró al perro (1950), Evolución y modificación de la conducta (1965), Los ocho pecados mortales de la humanidad civilizada (1973) y La otra cara del espejo (1973), son algunas de sus obras más importantes. En 1973 Lorenz compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con Nikolaas Tinbergen y Karl von Frisch por sus trabajos en el campo de la etología
EL CONDICIONAMIENTO PAVLOVIANO (Clásico). –
Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) U.R.S.S.
Históricamente, la noción de aprendizaje o de condicionamiento va asociada al nombre de Pavlov, por lo que suele hablar de condicionamiento pavloviano.
El perro está directamente implicado en esta primera fase de la exploración del aprendizaje puesto que Pavlov realizó con sus perros sus célebres experimentos.
A pesar de que su principio es extremadamente sencillo y conocido por todos, vamos a recordarlo brevemente. Cuando se le presenta un plato de comida, el perro saliva.
Al principio, Pavlov le hacía oír al perro el sonido de un metrónomo antes de darle la comida. Después, una vez que hubo repetido sistemáticamente esta asociación, sometió el perro al ruido del metrónomo pero suprimió la comida; a pesar de lo cual, el perro volvió a salivar.
Pavlov dedujo que el plato de comida constituía el estímulo obligatorio y el metrónomo, el estímulo condicionante.
A partir de ese resultado, Pavlov elaboró una teoría del aprendizaje que explicaba por este tipo de condicionamiento todos los comportamientos observables en el hombre y en los animales. El gobierno soviético hizo suya esta teoría que dejaba al entorno (generador de estímulos condicionados) la facultad de moldear por completo la personalidad humana, y decidió utilizar el condicionamiento pavloviano en la educación y reeducación de la población y en la formación de los perros militares.
No hay que ser especialista en el estudio del comportamiento para entender las objeciones que planteaba tal teoría (con independencia de cualquier discurso político o ideológico).
El psicólogo estadounidense Skinner trabajó en otra dirección. En lugar de reforzar una respuesta orgánica tan simple como la salivación refleja, intentó moldear en los animales de laboratorio (para lo cual se limitaba a la rata blanca y a la paloma) comportamientos motores voluntarios.
Skinner puso ratas en ayunas en jaulas, desprovistas de cualquier característica estimulante, en las que la comida sólo se podía conseguir por medio de una pequeña palanca situada al alcance de los animales.
Cuando las ratas exploraron la jaula, no dejaron de tocar la palanca liberando así la comida que podían llevarse a la boca. A partir de entonces, los roedores se pusieron a buscar de nuevo la comida y para ello exploraron alrededor de la palanca; poco a poco, comprendieron que tenían que levantar la palanca para que apareciera la comida; y a partir de entonces supieron que el gesto de “levantar la palanca” era operante (es decir, eficaz). Ésta es la razón de que el aprendizaje skinneriano se llame también aprendizaje operante.
Estos experimentos permitieron definir las reglas que rigen el castigo y la recompensa, palabra clave, “Educación”. Siguiendo el mismo método que Pavlov, Skinner intentó reducir el conjunto de las ciencias del comportamiento al estudio del condicionamiento operante y creó la Escuela behaviorista (behavior significa comportamiento en Inglés) cuya importancia social y política fue enorme en Europa occidental y Estados Unidos. Las técnicas de reeducación del hombre y de los animales basadas en dicha teoría se denominan terapias comportamentales.
Así, el cazador que refuerza con la voz el ardor de su perro cuando éste empieza a seguir una vía y lo recompensa cada vez más a medida que su comportamiento se acerca a lo que se pretende de él, y que se calla cuando el perro comete un error, está poniendo en práctica, aunque no lo sepa, el shaping (modelaje), una aplicación directa de los trabajos de la escuela skinneriana.
EL APRENDIZAJE POR IMITACIÓN (Comportamiento Alelomimético)
Sin embargo, la etología (ciencia que estudia el comportamiento de las especies) ha demostrado que los comportamientos observados en situaciones naturales (y no en un medio cuidadosamente simplificado como el de las jaulas de Skinner) no podían explicarse únicamente por el aprendizaje skinneriano.
Razonando en términos de duración, se llega a la conclusión de que la esperanza de vida de un perro debería prolongarse de quince a veinte años para que el animal que procediera por ensayos y errores (caso de la rata con la palanca) pudiera aprender todo lo que necesita.
Lo cual también debería ser evidente para los hombres que trabajan con perros puesto que utilizan el aprendizaje por imitación desde hace mucho tiempo.
En efecto ¿qué cazador no se ha llevado un día un cachorro para que aprenda directamente de sus congéneres más experimentados lo que tiene que hacer en el trabajo de busca?.
El aprendizaje por imitación exige la presencia de un “monitor” que efectúe los gestos que deben aprenderse delante del alumno que lo observa. Al cabo de un período de tiempo más o menos largo según los ejemplares, el alumno reproducirá directamente la secuencia de comportamiento.
Este método implica la existencia de procesos mentales suficientes para que el animal pueda representarse las etapas motrices del comportamiento por adquirir; por consiguiente, sólo puede aplicarse a especies que tengan un potencial psíquico importante y hayan tenido un desarrollo psicomotor correcto.
Según parece, el perro aprende de este modo gran parte de sus comportamientos de adulto así como otras cosas de las que su dueño quizá tenga que arrepentirse algún día.