martes, 13 de junio de 2023

CÓMO CAMBIAR LA DIETA AL GATO (Y NO MORIR EN EL INTENTO)


Por diferentes circunstancias nos enfrentamos muchas veces, al cambio de la dieta de nuestro gato. Por motivos fisiológicos  como cuando pasa de cachorro a adulto, por cambios de estado como la gestación/lactancia, etc. Tambien cuando cursan ciertas enfermedades, como por ejemplo: Obesidad, Enfermedad Renal Crónica, Diabetes, etc.
A edades tempranas cuando el gato es cachorro, el cambio suele ser más exitoso. Los gatos adultos en general, demandan más tiempo en la transición  de uno a otro alimento. 
Distinguiremos dos tipos de gatos: los que solo aceptan un tipo de alimento y sabor característico, de los que comen diversas comidas.
Los primeros, son los que llevarán más tiempo y mucha paciencia, antes de desistir y desechar el nuevo alimento. 


En todos los casos, el cambio deberá ser paulatino. Se debe evitar el cambio brusco porque puede llevar a una crisis de estrés o ansiedad aguda, que haga desarrollar alguna enfermedad en el gato. 


Veamos algunas formas y métodos para lograr el cambio de dieta.
- Una forma  relativamente fácil  de introducir un nuevo alimento, es que éste tenga textura y formas similares al que está comiendo. 

- Evitar el cambio de alimento bajo circunstancias de estrés por dolor, enfermedad o separación  con su propietario. Por ejemplo cuando están internados o pensionados. Cuando suceda esto, deberá esperarse hasta la mejoría de su salud o a que regrese a su casa. 

- Repetiremos: paciencia. En general a los gatos no les gustan los cambios. Menos si es en su comida. Los más apegados requerirán de dosis extra de nuestra paciencia. Pudiendo llevar hasta 1 mes o tal vez 2 meses de paciencia, para que acepten totalmente el nuevo alimento. ¡A no decaer en el intento! 

- Durante la transición de su dieta se deberá controlar el peso. En los pacientes con obesidad, el pesaje es fundamental. Por un lado evaluaremos si se produce unl descenso e ir ajustando la cantidad  del alimento a suministrar. Por otro lado, que ese descenso de peso, esté dentro de los rangos no perjudiciales para la salud de su gato. 


En los pacientes que no deben bajar de peso, y que están cursando alguna enfermedad que requiere el cambio de dieta, el pesaje nos ayuda a mantener el peso de inicio (si es un peso correcto). O intentar la ganancia de peso, si es necesario.
- Tratar de familiarizar al gato con los nuevos olores y sabores, para evitar la neofobia. Es decir, mejorar las características organolépticas como el sabor y el olor de su alimento.
En el caso de los alimentos húmedos, por ejemplo se los puede entibiar para realzar tanto el sabor y como el olor. Suele indicarse este tipo de presentación (latas, pouch,etc.-) para gatos con bajo peso y /o que cursan con anorexia. 
- Las dietas prescritas suelen ser las que más tiempo llevan, antes que el gato las acepte.  A no perder la paciencia. 

 
Pasemos a  algunos métodos  que podemos implementar.

1) Mezclar el nuevo con el viejo alimento. Es el método más conocido y utilizado. Veremos cómo es el esquema: Los primeros días se pondrá el 75 % del alimento original y el 25 % restante, el nuevo.  Luego se continuará  con una proporción  50:50. Unos días más. Los siguientes: 75 % del nuevo, 25 % del original. Hasta lograr llegar al 100 %  con la nueva dieta. Llevará  1 o tal vez 2 semanas. Controlando, además de la aceptación del gato a lo nuevo, que no se produzca ninguna alteración gastrointestinal. (Vómitos/diarrea/constipación).


 2) Alimento por raciones  vs. Alimento ad libitum.
Utilizar raciones puede ser más recomendable. Tienen  mejores resultados que, dejarle la comida a su voluntad, todo el día en su comedero. ¿Por qué?  - Cuando las raciones son mayores, las probabilidades de encontrar al gato con hambre y que acepte la comida son bajas.  La ración de alimento en el comedero, no debe estar más de una hora. Se retirará  y se volverá a ofrecer en otro momento. Esto se repetirá unas 3 o 4 veces en el día. A la noche, retirar el plato porque el propietario no puede controlarlo.


3)  Otro método: 
Colocar dos comederos, de iguales  características. En uno se pondrá el alimento nuevo y en el otro,  el que venia comiendo. Este método puede demandar varios días, semanas incluso 1 o 2 meses. Cuando veamos que comienza a comer el nuevo alimento, se irá reduciendo la cantidad de la vieja dieta.
Conclusiones:  
El cambio de alimento, es una maniobra muy significativa en el gato, se ha visto que para algunos resulta ser uno de los mayores factores de estrés. Un cambio paulatino y con mucha paciencia, es fundamental para evitar o  agravar un problema ya existente  en nuestro gato.  Todos  los cambios de dieta, deben ser prescritos y supervisados por un veterinario especializado en Medicina Felina. 

 
Agradecemos la colaboración para la publicación de este artículo a:
Dra. Tamara Tobío - Médica clínica en Centro de Medicina Felina Bs. As. 
Miembro de AAMeFe.