Amigo nocturno, por Corey Arnold
Cada noche, en Unalaska, veía a este zorro rojo cerca de la cuneta de la carretera, hechizando a los conductores con su ternura irresistible para que le tirasen algo de comer por la ventanilla. Aquella noche, pasé varias horas observando al zorro y usé los faros de mi coche para iluminar la escena.