En España, el número de perros registrados ha aumentado un 38% en los últimos tres años, con hasta 9,3 millones de canes, según cifras de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía.
Tener perro, entre otras cosas, implica muchos cuidados, como por ejemplo sacarlo a pasear. Normalmente se utiliza una correa para evitar que se escape o haga daño al resto de viandantes. Pero este elemento tan, a priori, inocuo podría entrañar todo tipo de riesgos, según ha advertido un estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EEUU).
Tener perro, entre otras cosas, implica muchos cuidados, como por ejemplo sacarlo a pasear. Normalmente se utiliza una correa para evitar que se escape o haga daño al resto de viandantes. Pero este elemento tan, a priori, inocuo podría entrañar todo tipo de riesgos, según ha advertido un estudio realizado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EEUU).
En su trabajo, publicado en la revista científica 'Medicine & Science in Sports & Exercise', los investigadores han comprobado que la fractura de dedo, la lesión cerebral traumática (LCT) y el esguince o distensión de hombro son las lesiones más comunes entre los adultos tratados en Urgencias de Estados Unidos por lesiones relacionadas con pasear a un perro con correa entre 2001 y 2020.
Los investigadores también han descubierto que las mujeres, y todos los adultos de 65 años o más, tenían más probabilidades de sufrir lesiones graves, como fracturas y lesiones cerebrales traumáticas, que las personas de otros grupos demográficos.
"Aunque pasear al perro es una actividad diaria común para muchos adultos, pocos estudios han caracterizado su carga de lesiones. Vimos la necesidad de disponer de información más exhaustiva sobre este tipo de incidentes", ha comentado Ridge Maxson, primer autor del estudio y estudiante de Medicina de tercer año en la Universidad Johns Hopkins.
Usando la base de datos del Sistema Nacional de Vigilancia Electrónica de Lesiones de EE.UU., los investigadores encontraron que un estimado de 422.659 adultos fueron a Urgencias por lesiones resultantes de pasear perros con correa entre 2001 y 2020.
Casi la mitad de los pacientes eran adultos de entre 40 y 64 años, y el 75% de los pacientes eran mujeres. La mayoría de las lesiones se produjeron por caídas tras ser arrastrados, enredados o tropezados por la correa del perro que paseaban.
Las tres lesiones más comunes entre todos los adultos fueron, por orden, fractura de dedo, LCT y esguince o distensión de hombro. La LCT y la fractura de cadera fueron las dos lesiones más comunes entre los adultos mayores de 65 años.
Las LCT identificadas en este estudio consistían en conmociones cerebrales y traumatismos craneales internos no conmocionantes, que pueden incluir contusión cerebral (un hematoma del tejido cerebral), hematoma epidural (hemorragia por encima de la membrana externa del cerebro) o hematoma subdural (hemorragia por debajo de la membrana externa del cerebro).
En particular, las mujeres con lesiones relacionadas con el paseo de perros tenían un 50% más de probabilidades que los hombres de sufrir una fractura. Los paseadores de perros de más edad tenían más del triple de probabilidades de sufrir una caída, más del doble de probabilidades de sufrir una fractura y un 60% más de probabilidades de sufrir una LCT que los más jóvenes.
Durante los 20 años que duró el estudio, la incidencia anual estimada de lesiones debidas al paseo de perros con correa se multiplicó por más de cuatro. Los investigadores afirman que esta tendencia puede deberse al aumento simultáneo del número de propietarios de perros y al fomento de los paseos para mejorar la forma física.
El equipo de investigadores espera que sus hallazgos fomenten la concienciación entre los propietarios de perros y animen a los médicos a hablar con sus pacientes sobre el potencial lesivo de los paseos de perros con correa.
"Los médicos deben ser conscientes de estos riesgos y transmitirlos a los pacientes, especialmente las mujeres y los mayores. Animamos a los médicos a detectar la tenencia de mascotas, evaluar el riesgo de fracturas y caídas, y discutir las prácticas seguras de pasear al perro en las visitas regulares de mantenimiento de la salud para estos grupos vulnerables. A pesar de nuestros hallazgos, también animamos encarecidamente a la gente a llevar a sus perros con correa siempre que sea legalmente obligatorio", ha comentado Edward McFarland, autor principal del estudio y director de la División de Hombro y Codo de Cirugía en Johns Hopkins Medicine.