lunes, 28 de julio de 2025

FOTO DE LA SEMANA 30/25

El rosa no es para todos, por Tony Margiocchi

Quién lo diría al ver los hermosos colores de sus padres, pero al nacer los polluelos de flamenco (Phoenicopterus roseus) parecen peluches grises con patas desproporcionadas. Y es que, a diferencia de la tonalidad intensa de los adultos, los polluelos nacen cubiertos de un plumón blanco o grisáceo que irá cambiando gradualmente de color. Su famoso tono rosado no es genético, sino que lo adquieren con el tiempo gracias a los carotenoides presentes en los pequeños crustáceos y algas que forman parte de su alimentación.
Lo curioso es que, a pesar de lo que mucha gente cree, no todos los flamencos son rosados. La intensidad y matiz de su plumaje varía según la dieta específica de cada población. Aquellos que se alimentan principalmente de crustáceos tienden a adquirir un color más intenso, casi coral, mientras que los que consumen más algas o ciertos tipos de moluscos pueden lucir un rosa más pálido o incluso anaranjado. En zonas donde los alimentos ricos en carotenoides escasean, los flamencos pueden presentar un tono más apagado, lo que a su vez afecta a su atractivo durante el cortejo. Estos cambios permiten a los investigadores distinguir unas poblaciones de otras.