jueves, 25 de diciembre de 2025

EL GATO DE LA NAVIDAD. LEYENDA ISLANDESA

El Gato de Navidad, o el gato de Yule, (en islandés: Jólakötturinn) es un gato enorme y feroz del folclore islandés. Se dice que el Gato de Navidad acecha en el campo níveo durante la época navideña y come personas que no reciben ropa nueva antes de la víspera de Navidad. En otras versiones del cuento, el gato solo come la comida de los que no reciben ropa nueva. Jólakötturinn está relacionado con otras figuras del folclore islandés y es considerado la mascota de la ogra Grýla y sus hijos, los muchachos de Yule.


Historia
La primera mención definitiva del Gato de Navidad proviene de una colección de folclore de 1862 por Jón Árnason, Íslenzkar þjóðsögur og æfintýri (Leyendas y cuentos islandeses). Se describe como una bestia malvada que comería a los que no reciben ropa nueva para la Navidad o su porción extra de comida para Navidad. Jón no dio ninguna fuente para el cuento.
Hay dos teorías propuestas para el origen del cuento. En una, el folclorista Árni Björnsson cita una nota al pie de Jón que usa la figura retórica "vestir al gato". De esta nota al pie y la falta de fuentes escritas sobre el gato de Navidad antes del escrito de Jón, Árni concluyó que esta frase fue la fuente sobre la cual Jón creó al monstruo.​ En otra teoría, el arqueólogo Guðmundur Ólafsson conecta al Gato de Navidad a varias entidades que, en otras tradiciones europeas, acompañaron a San Nicolás. Guðmundur notó que las fuentes folclóricas en la historia son generalmente escasas, y por eso la falta de fuentes escritas sobre el Gato de Navidad no significa mucho.


Se usa tradicionalmente el Gato de Navidad como una amenaza y un incentivo para espolear a los labriegos que terminan procesando la lana recolectada en el otoño antes de la Navidad. Los que tomaron parte en el trabajo recibieron ropa como recompensa, por otro lado, los que no tomaron parte no recibieron nada y por consiguiente serían presa para el Gato de Navidad.
En el fondo, la historia tiene un origen muy concreto: estrenar ropa era la señal de que alguien no había sido flojo durante el año, sino que había trabajado la lana de las ovejas antes del invierno para convertirla en abrigo. Algo vital para sobrevivir a los inviernos extremos de Islandia.


Por eso, la leyenda del Jólakötturinn no solo habla de miedo, sino de una advertencia antigua: sé diligente, trabaja a tiempo y prepárate para el invierno… o el gato vendrá por ti.