jueves, 7 de abril de 2016

LA LEYENDA DE LOS TRES LOBOS



En las lejanas tierras nevadas de Canadá, tuvo lugar la historia de cómo tres lobos se convirtieron en el mejor protector de Madre Tierra.
Cuenta la leyenda que en aquellas montañas vivía Skan (el cielo), el gran lobo negro, junto a su manada de lobos árticos. Su compañera loba era de color blanco y su primer hijo era de color gris.
En aquellas tierras el viento soplaba con un cálido aroma de libertad, la luz dorada del sol bañaba un paisaje donde el equilibrio natural hacía que todas y cada una de las especies convivieran en paz y armonía.
Pero un día, con la llegada del hombre, la hermosura de aquellas tierras vírgenes y la pureza de sus aguas cristalinas empezó a desvanecerse, mientras el hombre avanzaba haciendo suyo todo lugar por el que pasaba.
Una mañana temprano Skan se hallaba buscando una presa para poder llevar a su familia como desayuno, cayó mal herido en una de las trampas que los humanos habían colocado en el bosque, y cuando pensó que ya no tendría salida, alguien le agarró de cuello, lo montó en su mustang negro y lo salvó. Sí, un humano lo había salvado, pero aquel,...aquel era diferente, se trataba de un joven indio de la tribu de los Lakota, de piel rojiza y cabellos largos y color negro azabache. Aquel muchacho lo rescató de una muerte segura en manos del depredador más temible de todos, el ser humano, el cual odiaba a los lobos. 



Skan quedó completamente agradecido con aquel joven por su hospitalidad y cuidados. Al fin y al cabo, no era tan diferente a él, ambos luchaban por la libertad de los suyos y cruelmente eran rechazados y perseguidos.
Skan sentía de corazón que algún día no muy lejano podría devolverle el favor, así que reunió a su familia y lobos de la manada para aullar a la luna en llamada a la Diosa Nokomi (hija de la luna), para que le concediera el deseo de poder devolver el favor a aquel muchacho. 



La Diosa contestó que simplemente se tenían que asociar para proteger a la gran Madre Tierra y a todos sus animales y plantas, desde entonces son los protectores de la gran madre naturaleza estos tres lobos que correrán veloces para defender con uñas y dientes a cualquier ser viviente que se encuentre en peligro por ataques del hombre. Así que tanto lakotas como lobos son socios por naturaleza.

 


Publicado por María Vives en La Magia Está Dentro de Tí