Al llegar el fin del año o el momento de las vacaciones las mascotas viven situaciones alejadas de la rutina, su territorio se ve invadido por gente extraña con la llegada de parientes y amigos, algunos muy cariñosos y comprensivos, otros, que regularmente no tienen contacto con muchos animales, desconociendo las normas básicas de convivencia.
Son infaltables en las fiestas concurridas los invitados que se divierten molestándolos o los que graciosamente los confunden con el cesto de las sobras, inundándolos de restos de comida condimentada en exceso por el tío más divertido o de los huesos que van surgiendo del invitado más perjudicado del banquete (el que nos estamos comiendo)
Son infaltables en las fiestas concurridas los invitados que se divierten molestándolos o los que graciosamente los confunden con el cesto de las sobras, inundándolos de restos de comida condimentada en exceso por el tío más divertido o de los huesos que van surgiendo del invitado más perjudicado del banquete (el que nos estamos comiendo)
Los chicos más pequeños, invariablemente excitados por los festejos, pueden inconscientemente confundirlos con peluches, desafiando las leyes de la gravedad o tratando de articularlos 360 grados.
Alejados de la vista de sus padres, muchas veces se exponen peligrosamente, desconociendo que el perro de guardia no comparte sus pertenencias.
Los niños también comparten sus travesuras con los dulces, llevándolos muchas veces a ambos directo a una consulta médica.
Imprevistamente también comienza para sus mascotas una aterradora escalada de violentas explosiones que lastiman sus sensibles oídos y las hacen huir en busca de algún lugar seguro, como si todos los años vivieran en zona de guerra, en el preciso momento en que las tropas imperiales invaden para “liberarla”.
Periódicamente con las vacaciones de su grupo familiar, la mascota percibe que es abandonada en la casa o en una guardería, resultando una situación angustiante para el animal, que no sabe si volverá a encontrarse con sus seres queridos, esto generalmente lo expresa con un menor consumo de alimento o un trastorno en su salud.En muchos casos son trasladadas como juguetes, sin tener en cuenta sus necesidades básicas, exponiéndolas a situaciones de estrés durante el viaje.
La realidad estadística indica que muchos cachorros que salen de vacaciones con sus dueños no volverán, siendo abandonados en las rutas de los destinos turísticos durante este período del año.
Teniendo presente que estas situaciones, exageradas o minimizadas, son vividas por una innumerable cantidad de animales de compañía cada año, ubicándonos en las “patas” de nuestros peludos amigos, les brindaremos la contención y el bienestar necesario para que todos puedan vivir con alegría esta etapa, rodeados de sus irremplazables afectos.-
¡¡Felicidades!! Disfrutémoslos responsablemente, hasta la próxima.
Agradecemos la colaboración a: M.V. Mario Miani - Onelli