jueves, 16 de marzo de 2017

¿ES FELIZ MI PERRO/GATO?


Muchos aman a sus animales de compañía, se ocupan de que no les falte alimento, lo llevan a la peluquería y cuidan su salud física, pero en ocasiones les resulta muy dificultoso reconocer los signos que indican falta de bienestar emocional.
Cuando se refieren a su perro o gato escucho frecuentemente frases como las siguientes.
Respecto del perro suelen expresar:
  • “Rompe porque es cachorro, tiene solo 2 añitos”
  • “Es racista, hay gente que no le gusta y por eso le gruñe, seguro que alguna vez le pegaron”
  • “Es tan cariñoso que cuando lo acaricio se desespera tanto que mordisquea las manos”
  • “Es muy inquieto, no para nunca, lo llevo a la plaza corre dos horas y después quiere seguir jugando en casa”
  • “Es mi sombra, me sigue por toda la casa”
  • “Levanta la pata en los muebles porque quiere vengarse de mí cuando lo reto”
  • “Me muerde, sin querer, los tobillos cuando me voy porque no quiere que lo deje solo, o desea jugar”
  • “Le teme a los petardos como todos los perros” o “No le teme a los petardos, ¿escuchará bien?”
  • “Monta las piernas porque necesita una novia” o “Es homosexual porque monta a los machos”
  • “No deja entrar a nadie a casa, cuando vienen visitas tengo que sacarlo porque se abalanza”, o “De noche ladra todo el tiempo porque es muy guardián”
  • “Es celoso, me cuida, nadie puede acercarse a mí, me protege hasta de mi esposo y mis hijos”
  • “Es insoportable como todos los perros de razas chicas”
  • “Le ladra a todos los perros, llevarlo de paseo es de terror”

Y, cuando se refieren al gato dicen:
  • “Es gordito porque está castrado, pero es un gordito feliz”
  • “Como todos los gatos se esconde cuando viene gente”
  • “Monta el brazo, o las mantas, quizá está mal castrado”
  • “Es re mimoso, le gusta succionarme el pelo como si fuera su mamá”
  • “Orina toda la casa, ¿estará bien operado?”
  • “Cuando llego a casa es amoroso, se frota largo rato en mis piernas, pero si lo acaricio me araña”
  • “Mi novio no puede sentarse en el sillón porque se enoja y lo muerde, es el lugar donde él duerme.”
  • “Es traicionero, cuando camino por la casa me ataca desde atrás sin aviso”
  • “Se enoja cuando lo abrazo y lo aprieto pero a mí no me importa porque ronronea, entonces quiere decir que le gusta”

En realidad, las frases incluyen síntomas que indican un mayor o menor grado de malestar emocional en el compañero de 4 patas.
Hoy es cotidiano hablar de la necesidad de proteger el estado de bienestar del animal de compañía, pero ¿a qué se refiere esto realmente?
Se define al estado de bienestar como “aquel en el que el individuo mantiene su salud física y comportamental, y se adapta a vivir en el medio ambiente impuesto por el hombre que contempla sus necesidades específicas”.


Está demostrado que cambios en el comportamiento normal de una especie demuestran su malestar emocional, y los signos que lo evidencian son similares en todos los mamíferos, entre ellos: aumento de frecuencia cardíaca y/o respiratoria, dilatación de pupilas, temblores, respuesta excesiva a diferentes estímulos cotidianos, sudoración plantar, jadeo, asma, broncoespasmo, secreción nasal, micción y/o defecación emocional (colon irritable), salivación excesiva, vómitos, eructos… También maullidos, gemidos o ladridos recurrentes que tantos problemas causan con los vecinos, destructividad de mobiliario, actividad excesiva, escape o reacciones de miedo exageradas o pánico, marcación con orina, arañado de muebles, agresividad de distinto tipo e intensidad, apego excesivo, aislamiento con falta de respuesta al llamado o a invitación al juego, alteraciones del sueño, masturbación, monta de objetos o personas, consumo excesivo de alimento o agua, falta de apetito, succión del cuerpo propio o de objetos o tejidos, pérdida de pelo o heridas generadas a sí mismo mediante el lamido…


Ya Charles Darwin (1809-1882), naturalista inglés expresó “El comportamiento de un animal es tan importante como su estructura y morfología”, pero es la conducta la que influye en la vida familiar para bien o para mal.
El mal comportamiento del perro o gato es un motivo frecuente de que se lo saque del hogar ya sea mediante su eutanasia, abandono en la vía pública o en un campo, o por ser regalado muchas veces sin decirle a quien lo recibe las causas que llevaron al propietario a tomar la decisión de desprenderse de él. Los antirrábicos y refugios repletos de animales abandonados lo demuestran.
Los malos comportamientos no se resuelven solos, ni es el castigo físico la mejor manera de resolverlos.


Si el animal de compañía manifiesta alguna de las conductas citadas está pidiendo ayuda y necesita recibir la atención médica adecuada que le posibilite recuperar su bienestar emocional.
Es importante recordar siempre que el buen comportamiento también es signo de buena salud.