miércoles, 15 de marzo de 2017

HOMBRES, CABALLOS Y ÁGUILAS



En el extremo oeste de Mongolia sobrevive una pequeña comunidad de pastores de origen kazajo que sigue practicando el arte de la cetrería como modo de subsistencia. Se trata de una de las mayores alianzas vividas entre el ser humano y el animal; es el arte de criar, domesticar y enseñar a las aves rapaces a cazar. Una tarea complicada de la que surge una alianza que jamás se romperá. 

Dicen que lo más complicado de todo el proceso es que el ave regrese al brazo de su amo, una técnica que requiere meses de práctica y que, a veces, ni se consigue. Los cetreros lo saben bien, ellos se encargan de domesticar a estas grandes aves señoriales como los halcones, los azores o las águilas reales con el objetivo de cazar a otros animales, ya sean otras aves o especies de tierra como liebres o conejos. Tras largas y duras semanas de entrenamiento, al final se forma una mágica relación de lealtad entre el animal y el hombre.












Texto extraido de Gente y Costumbres