La aparente torpeza en la marcha de las hienas ha dado origen a una leyenda masai. Estos pastores nómadas aplican a la hiena el mote de "la coja" y justifican el origen de su cojera según una leyenda que se remonta al origen de su raza. Dice así:
En una ocasión el cuervo encontró una hiena manchada y le dijo:
-- Vosotras las hienas, siempre estáis hambrientas pero nunca os quejáis.¿Porque no trepáis a los árboles en los que los masai almacenan su carne y os la coméis?
La hiena muy interesada en el asunto respondió:
--¿Acaso tenemos nosotras alas para volar hasta los árboles?
Entonces el pájaro dijo:
--Ve y reune aquí a todas las hienas del país y yo os diré lo que tenéis que hacer para conseguir la carne.
la hiena se puso en camino y realizo un largo viaje, reuniendo a todos los congéneres que encontró para llevarlos hasta el sitio en que vivía el cuervo.
Entonces el cuervo les dijo solemnemente:
--Primero, una de vosotras debe sentarse bajo el árbol en el que esta la carne, luego otra se subirá sobre su cabeza, luego una tercera encima de la segunda, y así sucesivamente. Yo volare frente a la que este encima y la guiare hasta la carne.
Así lo hicieron las hienas y formaron una gran torre. Pero ninguna de ellas pudo conseguir la carne porque el pájaro las estaba engañando y las guiaba hacia la luna. Por fin la hiena que estaba debajo de todas empezó a encontrar demasiado pesada la carga y se escabulló para ver que había pasado con la carne. Todas las hienas se vinieron entonces al suelo y, al caer, se rompieron las patas posteriores. Desde entonces, según los masai, todas las hienas cojean.