El disco 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band', octavo de la banda de Liverpool, cumple 50 años.
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
no es un álbum cualquiera. Este octavo trabajo discográfico de Los
Beatles es EL álbum. La obra maestra del famoso conjunto británico y una
de las más importantes e influyentes de la historia de la música y del rock. Publicaciones musicales como Rolling Stone o NME lo han calificado como el "mejor álbum de todos los tiempos".
Es difícil imaginar la relevancia tan enorme que un disco de música
pudo tener para este arte, la sociedad y la cultura desde nuestra
perspectiva actual, pero su concepción vino a definir una época y a
cambiar el devenir de la música popular. Sgt. Pepper es el paradigma del rock, y así se ha mantenido desde su edición, a través de las décadas, hasta nuestros días. Veamos por qué.
HACIA UN NUEVO PARADIGMA MUSICAL
"Creo que podríamos enviar cuatro muñecos de cera de nosotros mismos y
eso satisfaría a las multitudes. Los conciertos de Los Beatles ya no
tienen nada que ver con la música, ya que son sólo sangrientos ritos
tribales".
Así de categórico se mostraba John Lennon en el verano de 1966.
Además de en lo musical, el cuarteto de Liverpool se convirtió en el
fenómeno social más grande de su época. Su presencia provocaba en sus
fans genuinas reacciones histéricas que, en sus presentaciones en vivo,
se traducían en gritos ensordecedores que anulaban cualquier posibilidad
de disfrute musical. El propio grupo no se podía escuchar a sí mismo y
tampoco necesitaban esmerarse en exceso para complacer a un público cuya
mera visión del conjunto era suficiente para sentirse dichoso, más allá
de disfrutar de la música, razón de ser de su éxito. Una paradoja que
tuvo su punto de inflexión el 15 de agosto de 1965 en el Shea Stadium de Nueva York, donde actuaron ante más de 55.000 espectadores. Se daba el pistoletazo de salida a los grandes conciertos de rock.
Ellos mismos reconocían que cada vez tocaban peor. Lejos quedaban aquellas actuaciones en Hamburgo
que un lustro antes los habían convertido en un grupo especialmente
solvente y compactado, polivalente en lo musical y con una más que
remarcable habilidad instrumental. Competencias que, sin embargo,
seguían desarrollando en el estudio. A finales de 1965 lanzan Rubber Soul, que marca un antes y un después en la carrera de Los Beatles.
Este sexto disco amplía sus horizontes musicales e ideológicos:
incorporan nuevos instrumentos, exploran nuevos sonidos, juegan con
nuevas técnicas de grabación y el amor ingenuo deja de ser el centro de
su obra. Comienzan a experimentar y su música va mudando de la
composición pop a piezas de arte. Así se define Revolver,
su siguiente álbum, donde, ante un incipiente movimiento psicodélico e
influidos por el LSD, dan rienda suelta a su creatividad, investigan
todas las posibilidades que les ofrece el estudio y se desligan del
concepto de banda pop dedicada a complacer a las masas. Su tremendo
éxito les había dado una libertad expresiva que los situaban a la
vanguardia musical del momento y, por ende, la posibilidad de ensanchar,
con cada nuevo trabajo, los límites del pop.
Sin descanso, seguían de gira a un ritmo agotador. Irónicamente,
tenían que continuar interpretando su repertorio más convencional ante
la imposibilidad de reproducir en directo muchas de las nuevas canciones
registradas en el estudio, apenas tenían tiempo para ensayar y la fama
les mostraba su cara menos amable. Encontraron dificultades para tocar
en el Nippon Budokan de Japón,
lo que los nativos consideraban una afrenta a sus costumbres por ser un
lugar sagrado destinado a la práctica de las artes marciales. Entre
opresivas medidas de seguridad, el público se reveló inusitadamente
respetuoso con la actuación del conjunto, lo que dejó ver una
interpretación precaria que sacó los colores a los cuatro fabulosos.
Asimismo, tendrían problemas en Manila ante el rechazo por parte del
grupo, dado su cansancio, de asistir a la recepción que la Primera Dama
de Filipinas había organizado, decisión que las autoridades tomaron como
un desplante y una deshonra para el país. Por su parte, las
archiconocidas declaraciones de Lennon respecto a su fama ("Ahora mismo somos más populares que Jesucristo") les hace perder popularidad en Estados Unidos, donde no fueron bien recibidos en su tercera gira por el país.
Todo esto hace que nos encontremos ante un cúmulo de circunstancias
que les llevó a tomar la decisión de dejar las giras, poniendo fin a las
mismas con la actuación del 29 de agosto de 1966 en el Candlestick Park
de San Francisco.
Rubber Soul había inspirado a Brian Wilson,
líder de Los Beach Boys, en lo que él vio como un disco coherente en el
aspecto sonoro. Es entonces cuando Wilson decide abandonar las giras
para encerrarse en el estudio con el firme propósito de crear su obra
más ambiciosa hasta la fecha.
Pet Sounds
era una colección de canciones con sentido global que abría el universo
musical al pop barroco. Inspirado por el muro de sonido que popularizó
el productor Phil Spector, Wilson haría uso de suntuosas orquestaciones y
diversos sonidos pregrabados para presentar lo que él llamó "sinfonías
de bolsillo". Era un disco ambicioso y complejo, experimental y
artístico, en el que dejaba atrás los coches, las chicas y la playa para
enfrentar la vida adulta. La cultura pop, tal y como se definía a
principios de los sesenta llegaba a su fin y la contracultura estaba a
la vuelta de la esquina.
Mientras la industria discográfica trabajaba en crear productos de
consumo rápido y de fácil rentabilidad (música chicle), surgía una
escena con pretensiones artísticas que se desligaba de la industria del
entretenimiento para labrarse una reputación sociocultural como
creadores de arte, aportando seriedad a un proyecto musical que aspiraba
a equipararse en consideración con la música que salía desde la
academia y dispuesto a derribar las barreras que encorsetaban la música
popular.
Si Brian Wilson trabajaba con grandes orquestaciones en Pet Sounds y Los Beatles jugaban con cintas puestas al revés e instrumentos indios, Bob Dylan lanzaba Blonde on Blonde, el primer álbum doble de la historia del rock. La banda californiana The Mothers of Invention hacía lo propio con Freak Out!,
un álbum conceptual definido por la ironía con la que Frank Zappa habla
sobre la cultura pop norteamericana y cuyo segundo disco impregna de
música vanguardista; mientras The Who planteaban la suite de nueve minutos A Quick One While He's Away como precedente de sus posteriores óperas rock.
Era una época colorida y optimista en la que las posibilidades se
antojaban ilimitadas. El LSD expandía la creatividad de las mentes
creadoras, los estudios de grabación revelaban nuevas posibilidades y
Paul McCartney, entusiasmado ante la genialidad de Pet Sounds, pensaba en crear su Freak Out!.
En este contexto, con Los Beatles cansados de ser ellos mismos e integrados en el movimiento hippie
que exportaba San Francisco, el bajista del grupo decide concebir un
álbum conceptual que versaría sobre la infancia de los cuatro
integrantes en su Liverpool natal, pero creando un universo musical que
girara en torno al Sargento Pimienta y la banda de los corazones
solitarios. Una forma de explorar todas las posibilidades líricas,
estilísticas y sonoras que fueran capaces de concebir sin estar
condicionados por la presión que suponía su condición de líderes del
pop.
Ahora ellos se integraban, como otros tantos jóvenes y bandas del
momento, en un movimiento juvenil contracultural cuyo espíritu
capturarían en el que hoy es considerado como uno de los álbumes más
importantes e influyentes de todos los tiempos. Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band
fue publicado el 1 de junio de 1967 y, aunque las premisas de las que
partía quedaron diluidas, Los Beatles se situaban a la cabeza de la
revolución cultural con una obra maestra de enorme impacto social,
histórico y musical que anticipaba el "verano del amor" y recogía su
espíritu de libertad, experimentación, creatividad e innovación.
LA MÚSICA ROCK SE INSTUYE COMO ARTE
El lanzamiento del Sgt. Pepper fue un acontecimiento de primer orden en la época. Revolver,
el verdadero cenit creativo para muchos, aventuraba un cambio de
dirección, había dejado las expectativas extraordinariamente altas y el
estreno del nuevo álbum en la radio FM estadounidense se tornó en un
acontecimiento casi tan esperado como tres años atrás lo había sido su
aparición en el programa televisivo The Ed Sullivan Show.
En el libro Revolución en la mente,
Ian MacDonald cuenta que las emisoras estadounidenses suspendieron su
programación habitual para pinchar, durante varios días, sólo canciones
del cuarteto británico. A este respecto, en el prefacio del
enciclopédico Todo sobre Los Beatles. La historia de cada una de sus 211 canciones,
la cantante Patti Smith relata: "En la víspera del 1 de junio de 1967,
mi amiga Janet Hamill y yo acampamos en la despensa de mi casa con un
transistor y esperamos febrilmente la llegada de la medianoche, momento
en el que Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, el nuevo álbum
de Los Beatles, iba a estrenarse en todas las emisoras locales de la FM
de Estados Unidos". Y continúa: "Era un momento de comunión para la
gente de nuestra generación y nos incorporamos a la mente colectiva
mientras escuchábamos, transfiguradas".
Sin perder su genuino saber hacer melódico, Los Beatles habían
concebido un álbum ecléctico, complejo, experimental y vanguardista que
rompía cualquier barrera que limitara la posibilidades expresivas del rock. A lo largo de 13 temas escuchamos desde music hall
y música india a la música contemporánea que salía desde la academia,
aunque sin sobrepasar los márgenes de lo digerible para el gran público.
Habían explorado todos los medios técnicos que les ofrecía el estudio
de grabación. Este ya no era un espacio en el que registrar la música,
sino un laboratorio tecnológico con el que lograr nuevas formas de
expresión musical. Ahora era un instrumento en sí mismo. El avance de la
tecnología facilitaba dicho propósito, pero más importante se reveló la
inventiva y las soluciones creativas a los 'problemas' e ideas que se
iban presentando. Seguramente Being for the Benefit of Mr. Kite! sea una de las composiciones que mejor ejemplifica lo apuntado anteriormente.
Lennon escribió esta canción a partir de un cartel publicitario de
1843 que informaba sobre la próxima celebración de un espectáculo
circense. El músico pidió a George Martin
que ideara la manera de reproducir el ambiente del circo en la canción,
para lo que el productor recuperaría viejas cintas que tenían grabada
la sonoridad de antiguos órganos de vapor y que estaban conservadas en
los archivos de Abbey Road. Jugando con la idea de aleatoriedad que
desde la academia habían empleado compositores como John Cage, Karlheinz
Stockhausen o Pierre Boulez, tanto para concebir como para interpretar
sus obras, George Martin trocearía las cintas, las lanzaría al aire y
las montaría según las iba recogiendo.
Otro ejemplo de esta creatividad lo podemos encontrar en la maravillosa y sempiterna A Day In The Life,
donde dos composiciones completamente diferenciadas, creadas por John
Lennon y Paul McCartney, se yuxtaponen y enlazan jugando con una gran
orquesta, la aleatoriedad y la disonancia.
Martin pediría a los músicos que empezaran a tocar desde la nota más
baja de su instrumento para subir en la escala musical de forma
progresiva hasta alcanzar la nota más alta a la que pudieran llegar,
partiendo de la más absoluta libertad e independencia en la
interpretación. ¿El resultado? una pieza magistral y sobrecogedora que
se erige, junto con Strawberry Fields Forever, en uno de los temas más exquisitos y aplaudidos de los concebidos por el cuarteto fabuloso.
A parte de efectos de cinta y arreglos orquestales, Los Beatles
integraron multitud de instrumentos que impregnaban de color el álbum.
Desde diferentes artefactos de tecla como el clave, el armonio, el
órgano o el mellotrón hasta campanas tubulares (When I'm Sixty-Four), peines envueltos en papel higiénico (Lovely Rita) e instrumentos indios como el arpa india, la dilruba, el tabla y la tambura, que estuvieron a cargo de los músicos del Asian Music Circle (Within You Without You).
Sin olvidarnos de los instrumentos viento, entre los que se cuentan
diferentes tipos de armónicas, clarinetes, saxofones, trombones,
trompas, etc. (Good Morning Good Morning).
Grabar un álbum de estas características no fue nada fácil. El
equipamiento de los estudios Abbey Road se le quedaba pequeño a Los
Beatles. Aunque pueda parecer lo contrario, EMI no era una compañía
discográfica que invirtiera demasiado en tecnología, pero George Martin y
el ingeniero de sonido Geoff Emerick se las arreglaron para suplir
cualquier carencia técnica que dificultara el avance de la grabación.
Para que nos hagamos una idea de lo que supuso la creación del disco
que nos ocupa y alcanzar a concebirlo como un prodigio tecnológico, es
preciso señalar que en la época se grababa con máquinas de cuatro pistas
y aunque existían las de ocho, no era una herramienta disponible en
Abbey Road. Hasta entonces, por poner un ejemplo, en una pista se podía
grabar la batería y el bajo, en otra la guitarra rítmica, en una tercera
la guitarra solista y en la subsiguiente, los coros.
Para integrar nuevos elementos que enriquecieran la composición había
que dejar una cinta libre, de manera que una grabación se podía volcar
en otra para superponer los sonidos, con la consecuente pérdida de
calidad, y así poder borrar la cinta y ser reutilizada para ser volcada
nuevamente. Imaginemos ese proceso con dos grabadoras de cuatro pistas
(ocho al fin y al cabo) y la abrumadora cantidad de instrumentos y
efectos reseñados anteriormente. Amén de otros tantos trucos para jugar
con el sonido que venían utilizando en álbumes precedentes como grabar
con la cinta a una velocidad reducida para, más tarde, reproducirla a
una velocidad normal y elevar el tono, y viceversa. Por lo que no es
extraño que la grabación se extendiera durante 129 días. 700 horas en
total frente a las 300 que fueron precisas para Revolver y las poco más de doce horas que duró la grabación de Please Please Me, su primer álbum.
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band presentó al público
una obra majestuosa imposible de llevar al directo en aquel momento.
Este octavo trabajo discográfico era un objeto autónomo en sí mismo, sin
más razón de ser que la de la propia idea de álbum. Hasta esa fecha,
salvo contadas excepciones, las bandas podían reproducir sus discos en
sus presentaciones en vivo, de la misma manera que los discos pretendían
ser un reflejo del directo de los grupos.
Estas dos afirmaciones, aunque aparentemente iguales, no lo son,
puesto que no siempre una banda conseguía reproducir en sus discos su
sonido en directo. Piénsese en las grabaciones de los conciertos que los
fans de Grateful Dead empezaron a registrar desde 1965 ante la
imposibilidad de la banda por plastificar la fuerza e inventiva que
derrochaban sobre el escenario. Esa autonomía con la que ahora contaba
el álbum, en cuanto que objeto artístico, hacía del disco el legítimo
medio de expresión del rock. Y no en cualquier formato. El LP tomaba el relevo al single. El álbum ya no era una mera colección de canciones desprovistas de la importancia que la industria confería al comercial single. Ahora existía un concepto alrededor del cual giraba todo proyecto musical que se preciase.
Sgt. Pepper no era un trabajo del todo conceptual. Aunque a
priori se muestra como la grabación de un concierto de la banda del
Sargento Pimienta en la que podemos escuchar cómo se afinan los
instrumentos al inicio de la primera canción y cómo el público la
celebra con aplausos y vítores enlatados, más allá del siguiente corte (With A Little Help With My Friend)
y el reprise del primer tema que anticipa la última canción y el final
del concierto, este proyecto es una colección más de canciones, algo que
John Lennon siempre sostuvo: "Mis aportaciones al álbum no tienen
absolutamente nada que ver con la idea del Sgt. Pepper y su grupo [...] Cada canción podría haber figurado en otro álbum".
No obstante, al margen de lo musical, lo que realmente definía el
proyecto eran las fotos de Los Beatles uniformados con trajes de banda
militar del siglo XIX, la impresión de las letras en la parte de atrás
de la carpeta (siendo el primer álbum en el que aparecen), un juego de
cartón recortable con bigotes y elementos de la imaginería militar y,
por supuesto, su icónica portada.
Como la música, la carátula fue una de las creaciones más ambiciosas del momento. A partir de una idea de Paul McCartney, y por mediación del galerista Robert Fraser,
Peter Blake y Jann Haworth, su mujer, concibieron la idea de rodear al
grupo de personajes relevantes de la historia en cualquiera de sus
ámbitos.
Los artistas plásticos pidieron al grupo que realizaran una lista con
las personalidades más importantes para ellos, una tarea que Ringo
delegó en el resto de sus compañeros y que los propios Blake y Haworth
tuvieron que completar. El famoso collage tuvo una repercusión
extraordinaria, siendo innumerables las recreaciones que hasta hoy se
han hecho de aquella foto. En 1968, apenas unos meses después de su
presentación al mundo, The Mothers of Invention la parodiaban en We're Only in It for the Money, su tercer álbum de estudio.
Como hemos apuntado, Sgt. Pepper no fue un álbum conceptual
al uso, pero Los Beatles habían llevado esta idea más lejos de lo que
nadie lo había hecho hasta la fecha. El grupo seguía marcando el paso de
los nuevos tiempos, tenían legiones de seguidores y su registro no
tardó en convertirse en el modelo que inspiraría a otras muchas bandas
para concebir sus propios álbumes conceptuales. Sus particularidades y
enorme influencia fueron las que llevaron a considerar a este álbum no
sólo como un trabajo unificado, sino, erróneamente, como el primero de
la historia del rock.
Junto con Freak Out!, de The Mothers of Invention, este elepé supuso el germen de las ambiciosas obras que en los setenta caracterizarían al rock
progresivo. Desde entonces, cualquier aspiración conceptual cuidaba los
detalles a fondo: las canciones giraban en torno a una idea, se ponía
especial atención al orden de las mismas e incluso la cubierta formaba
parte de un todo unificado que ayudaba a entender la intención del
artista.
Asimismo, este álbum es en gran medida responsable de las distinciones que a día de hoy hacemos entre pop y rock.
Los Beatles habían dejado atrás un pasado determinado por canciones
convencionales e inocuas (aunque no por ello desprovistas de calidad),
de marcado carácter comercial, para mutar en un grupo serio y
comprometido con la contracultura y el rock entendido como movimiento underground
que tenía cosas importantes que decir, al que ahora, dada la fama del
conjunto, daban visibilidad y llevaban a un espacio verdaderamente
popular.
La música rock llegaba al gran público y se revelaba como un
género con pretensiones artísticas que en los sesenta se hizo un hueco
en la radio FM, donde también sonaban grupos como Grateful Dead, Cream y
más tarde Led Zeppelin. Por tanto, el rock se definía por
oposición a la trivialidad de las sencillas canciones pop, carente de
toda ambición y autenticidad, la cual era concebida para el mero
entretenimiento de las masas y difundida a través de la radio AM. De
igual manera, los singles quedaban dispuestos para los
adolescentes poperos, mientras los álbumes eran el producto musical que
consumían los que realmente eran aficionados al rock.
Este álbum también jugó un papel de enorme relevancia en la difusión de la psicodelia. Este movimiento, famoso por su estética hippie,
se había iniciado en 1966 en San Francisco, desde donde había saltando
rápidamente a Londres, aunque no dejaba de ser un fenómeno underground.
El LSD formaba parte de la idea de contracultura. La música mejoraba las sensaciones del viaje
lisérgico, y muchos artistas usaron el ácido para componer e intentar
acercar al público esa experiencia sin necesidad de tomar drogas. La
idea de que la propia música te lleva en un viaje hizo de esta algo
conceptual, más ambiciosa, seria y extensa. Y que Los Beatles se
mostraran abiertamente comprometidos con la contracultura suponía hacer
explícito su consumo de estupefacientes y su intención de adscribirse a
un nuevo plano cultural.
Ya no eran los chicos buenos del pop, la alternativa a Los Rolling
Stones que habían vendido los medios. Ahora eran artistas y lo
manifestaban a través de una obra que llevaba la psicodelia al mainstream, expandía y definía el movimiento hippie y volatilizaba los límites creativos y comerciales del rock.
Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band se convirtió en uno de
los álbumes más vendidos de la historia, alcanzó el número 1 en las
listas británicas y estadounidenses durante 27 y 15 semanas,
respectivamente; e incluso fue galardonado con cuatro Premios Grammy en
1968.
El álbum causó tal impacto entre la idealista comunidad hippie y así lo recoge la Historia del Rock,
que Diego A. Manrique coordinó en 1986: "David Crosby se asombra
públicamente de que tal alarde de belleza y audacia no sea capaz de
detener la guerra de Vietnam". Fueros muchos los grupos que se pusieron
rápidamente a la estela de Los Beatles y su Sgt. Pepper. E
ste LP había redefinido la música rock y no tardó en
convertirse en el disco de cabecera de genios como Pete Townshend o
Roger Waters. E incluso sus canciones llegaron a trascender el ámbito
musical para llegar al científico. Es curioso mencionar, como anécdota,
que el 24 de noviembre de 1974, mientras Lucy in the Sky with Diamonds
sonaba en la radio, el paleontólogo Donald Johanson descubría en
Etiopía el esqueleto de Lucy, la famosa Australopithecus afarensis así
bautizada a raíz de esta singular coincidencia.
Publicado en El Huffington Post