viernes, 30 de junio de 2017

LOS PERROS SABEN LA HORA QUE ES


¿Cómo saben los perros qué hora es? ¿Por qué el can parece saber con exactitud que llega el momento del paseo o es tiempo de comer? Los científicos desvelan este misterio: los perros huelen la hora gracias al movimiento del aire y el cambio de olores a lo largo del día. En este artículo se explica cómo los canes huelen el tiempo y cómo saben que su humano está a punto de llegar a casa. 

¿Los perros saben la hora que es? ¡Sí, gracias a su hocico! 
Las 17:00 horas. El perro comienza a mover la cola como si de unas maracas se tratara. ¿Cómo ha adivinado qué hora es y que ha llegado el momento de servirle la merienda? La mayoría de las personas que comparten la vida con estos animales se hacen la misma pregunta. ¿Cómo sabe Lucas que es la hora del paseo? ¿Cómo ha podido adivinar Ada que su comida se le servirá dentro de dos minutos? ¿Es que acaso los canes pueden leer la hora? 


La científica Alexandra Horowitz, fundadora del Laboratorio de Conocimiento del Perro, de la Universidad de Barnard (EE.UU.), da algunas claves para responder esta cuestión. "Cada día tiene un olor distinto y cada hora también se caracteriza por un olor peculiar que los canes saben identificar", explica Horowitz, autora de 'Ser un perro' (Being a Dog, 2016), donde detalla en profundidad su teoría acerca de los perros y la cronología. ¿Cuál es su conclusión? "Los canes huelen el tiempo", afirma. 




¿Los perros huelen el tiempo? 

En cuestión de narices, los perros dan mil vueltas a los humanos. No es extraño, que haya canes capaces oler el cáncer, que los perros huelan -y rescaten- personas en áreas de catástrofes y que incluso haya canes que huelan el dinero negro. Mientras que los humanos somos criaturas visuales, los perros son animales olfativos. "Los canes son capaces de oler qué hora es, porque capturan las moléculas de aroma que transporta el aire en movimiento, las analizan y las colocan en el tiempo", aclara Horowitz en una entrevista en Fresh Air.
El olor de una habitación cambia a lo largo del día. La explicación es que las corrientes de aire ayudan a intensificar o amortiguar determinados aromas. ¿Cómo funciona este mecanismo? Es sencillo: el aire caliente oloroso tiende a subir hacia las paredes y a ser reemplazado por el aire más frío que estaba arriba. "Si fuéramos capaces de visualizar el movimiento del aire en casa, seríamos capaces de visualizar el paso del tiempo por cómo varía el olor a lo largo de las horas", comenta la científica. 


Aunque los perros tampoco ven estos movimientos de aire, resulta que sí los huelen. Y no solo eso. La intensidad del olor varía con el paso del tiempo. Así, un olor intenso será probablemente un olor nuevo, recién producido; mientras que un aroma más débil será más antiguo, de hace unas horas. "De esta forma, los canes huelen el tiempo e incluso pueden anticipar el futuro", dice Horowitz. Si durante el paseo, una brisa de aire trae un olor nuevo, es probable que el perro ya sepa qué le espera una vez que cruce la esquina. Y también sabrá cuándo su dueño llega al hogar antes de que abra la puerta. 


¿Cómo huelen los perros el tiempo? 

El hocico canino esconde el misterio de por qué los perros huelen tan bien. "Los canes tienen 220 millones de células olfativas en su hocico, mientras que los humanos solo tenemos cinco millones", compara Julio E. Correa, profesor del departamento de Ciencias Animales de la Universidad de Alabama (EE.UU.).

Y no solo tienen más células olfativas, sino que también son más variadas que las que poseen las personas, por lo que la información que captan los perros es más compleja: huelen más y distinguen un mayor número de olores.

Pero no todo son números cuando se trata de narices perrunas. La humedad del hocico también les ayuda a atrapar las moléculas olorosas con mayor eficacia y también las hace llegar al cerebro antes. 


Y aún hay más. Los canes tienen lo que los científicos llaman un "olfato en estéreo", que guarda similitudes con el funcionamiento de los equipos musicales. Cada una de sus fosas nasales trabaja de forma independiente, lo que le proporciona una mejor imagen olfativa del mundo, casi en tres dimensiones. Así, el perro huele qué olor es, cuál es su intensidad y de dónde procede. ¿Conclusión peluda? El tiempo es cuestión de narices.



Publicado en Consumer