La mayoría de los perros que se lamen o rascan una parte del
cuerpo, como una pata, lo hacen debido a problemas de conducta asociados al
aburrimiento, la soledad y la falta de estímulos ambientales. Un can con lamido
compulsivo puede llega a provocarse heridas y llagas pero, aún así, continuará
con la misma conducta porque no lo puede evitar. A continuación se exponen las
causas del lamido compulsivo en el perro, así como las soluciones y un retrato
robot de los canes con este problema de conducta.
Causas del lamido compulsivo en el perro
Jugar más, variar la rutina y estimular los cinco sentidos
son formas de prevenir y corregir conductas compulsivas en el perro El perro
elige una zona de su cuerpo y pasa largos ratos lamiéndose, hasta tal punto que
se hace heridas y calvas. ¿Se trata de una conducta normal? No. Un perro que
presenta este comportamiento puede tener un problema psicológico y, cuanto
antes se averigüe y trate este desorden conductual, con mayor rapidez
recuperará su bienestar.
"El aburrimiento del perro y la ansiedad por separación son dos de las razones más habituales por las que un can puede desarrollar un problema que se refleje en su piel, provocado por sus lamidos", explica Gregorio Sánchez, experto en comportamiento canino.
No obstante, conviene que el veterinario descarte que las
lesiones de la piel están producidas por enfermedades como eccemas o alergias.
Perros aburridos y poco estimulados
La desinformación sobre las necesidades del perro para
lograr su bienestar psicológico provoca la confusión de pensar que un can
precisa el mismo estilo de vida que el de una persona. "Nuestros perros
están demasiado humanizados y no se les ofrece los estímulos y ambiente que
necesitan para ser felices y sentirse bien, lo que les crea situaciones de alta
frustración", advierte Miguel Ibáñez, psiquiatra de animales y profesor de
la Facultad de veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid.
Este estilo de vida canina es el caldo de cultivo para
conductas compulsivas como el lamido descontrolado.
Los dueños de los canes cumplen un papel fundamental para
que sus animales recuperen su equilibrio psicológico. Ibáñez, recomienda
"averiguar, primero, las deficiencias que pueda tener el perro y
enriquecer su vida y ambiente".
Pero, ¿cómo ayudar en casa al perro que se lame de manera
compulsiva? Aquí van algunas pautas.
Incrementar el tiempo de juego con el can
La interacción con el perro es fundamental para que se
sienta integrado con su familia humana. Ausentarse de casa para cumplir con las
obligaciones habituales es inevitable, pero es importante que durante el tiempo
libre se juegue con el can.
Actividades tan sencillas como lanzar una pelota o esconderla
para que el perro la recupere ayudan a que el animal se reencuentre con su
naturaleza canina y a estrechar lazos con sus dueños.
Los accesorios como el kong (juguete en el que se introduce comida) ayudan a llenar las horas de soledad del perro, pero no son un sustitutivo del juego con sus dueños. Hay que tener en cuenta que el aburrimiento es el caldo de cultivo para que el can desarrolle conductas como el lamido descontrolado.
Romper con la rutina y buscar una agenda de actividades
diversa
Cambiar el itinerario habitual del paseo o hacer actividades
diferentes con el perro, como excursiones al campo o senderismo, ayudan a
mantener activa la mente del can y a estar equilibrado.
Si se vive en la ciudad, es recomendable realizar un paseo
con el perro por la zona urbana con más actividad, ruido y aglomeración de
personas. "Aunque, es cierto que puede resultar algo estresante para el
can, romperá con su rutina y frenará el aburrimiento", explica Ibáñez.
Ofrecer al perro una alimentación que satisfaga su naturaleza
Un sentido del gusto satisfecho mantiene al perro más feliz
y, para conseguirlo, se pueden introducir ciertas variaciones en su dieta que
se ajusten a sus necesidades caninas, como el hecho de mordisquear y saborear
un hueso de caña de vaca.
El resto de los sentidos del perro también se pueden
estimular para lograr su bienestar y garantizar el equilibrio psicológico que
evite la ansiedad que se traduce en el lamido compulsivo. A los canes les gusta
y relaja escuchar música y un masaje activará su sentido del tacto y estrechará
la relación con sus dueños.
Las heridas producidas por los lamidos descontrolados de un
perro que padece ansiedad cicatrizan cuando el can deja de manipular la zona.
"Entretanto, las heridas del perro se pueden desinfectar con una solución
de yodo diluido y también colocar al perro un collarín para evitar que se lama
más", recomienda Juan Antonio Aguado, veterinario.
Retrato robot de un perro que se lame de manera compulsiva
Los perros demasiado solitarios y aburridos son candidatos a
practicar el lamido compulsivo El perfil de un perro que presenta lamido
compulsivo se caracteriza por ser: urbano, aburrido, vivir en una familia con
pocos miembros (uno o dos) y con dueños que se ausentan muchas horas de casa
por su trabajo. "Este retrato robot es habitual en los perros y los hay
que necesitan tratamiento con psicofármacos para reducir su ansiedad",
asegura Ibáñez.
Un perro puede llegar a deprimirse tanto que se niegue a comer y le invada la tristeza hasta dejarse morir, si no recibe atención y tratamiento para paliar su problema psicológico, añade el psiquiatra de animales.
Por ello, el lamido compulsivo en el can es una alerta que
los dueños no deben pasar por alto y acudir al veterinario para que evalúe la
situación.
Publicado en Comsumer