viernes, 7 de julio de 2017

PERROS EN VERANO. LO QUE HAY QUE SABER


Los perros son más sensibles al calor que las personas. Su cuerpo no transpira igual que el nuestro. Por eso, la exposición a altas temperaturas puede ser muy perjudicial. Para evitar accidentes indeseados, es importante tener en cuenta que:

1- El jadeo puede ser un signo de alarma

Los perros jadean para refrigerarse. A diferencia de las personas, ellos no tienen glándulas sudoríparas repartidas por toda la piel, así que la forma más eficiente que tienen de perder calor es mediante el jadeo.
La temperatura corporal normal de un perro oscila entre los 38°C y los 39°C. Cuando el animal detecta un exceso de calor, su organismo se pone en marcha y bombea la sangre caliente hacia la zona de la lengua. Mediante este proceso, el vapor de agua caliente procedente de los pulmones se condensa al tocar las mucosas de la boca y la lengua, que están más frías.
El jadeo es normal después de realizar algún ejercicio, pero cuando el ritmo se acelera demasiado o bien va acompañado de babas, puede estar anticipando un peligroso golpe de calor.


2- El golpe de calor es una amenaza mortal

Un golpe de calor es, sencillamente, cuando la capacidad termorreguladora del organismo del perro es superada por la ganancia de calor ambiental. Es un peligro muy real durante la época estival y sus consecuencias son realmente graves. Un golpe de calor puede conducir a la muerte del animal en pocos minutos.
Las instrucciones básicas para prevenir un golpe de calor son:
  • No dejar al perro encerrado en un vehículo bajo el sol: en tan sólo 20 minutos, la temperatura interior del vehículo puede convertirse en insoportable para el organismo del perro y provocar su muerte.
  • No dejar nunca a un perro dentro de un transportín expuesto al sol.
  • Evitar los paseos, juegos y ejercicio en horas de máximo calor.
  • Mantener al perro siempre bien hidratado.

3- Los bozales de lona son peligrosos

Ya hemos visto que el jadeo es el principal mecanismo de refrigeración en perros. Cualquier bozal que no permita al perro jadear está totalmente desaconsejado desde un punto de vista veterinario.
Si nuestro perro debe llevar bozal, tendremos que elegir siempre uno en forma de cesta, que evite que el animal pueda morder pero le permita abrir la boca y sacar la lengua.

4- Los perros de hocico chato, principales víctimas del calor

Los Boxers, Bulldogs, Carlinos y otras razas braquicéfalas (de hocico chato) tienen las vías respiratorias acortadas. Eso dificulta, entre otras cosas, su capacidad de refrigeración corporal. Con este tipo de perros hay que tener especial cuidado en verano y no exponerlos a situaciones de riesgo. El sol y el calor son muy malos aliados de estas razas.
Por su parte, los perros con sobrepeso u obesidad, los perros ancianos, los cachorros y aquellos que padecen alguna enfermedad son, también, especialmente sensibles al calor. Necesitan que se les preste una atención especial.

5- El asfalto caliente es un problema

Las almohadillas de las patas de los perros son muy resistentes pero también sufren con las altas temperaturas. Obligar a un perro a caminar sobre asfalto caliente puede llegar a provocarle quemaduras considerables. Por eso es aconsejable buscar la sombra durante los paseos y revisar siempre las almohadillas tras las salidas de larga duración o si notamos que el perro cojea o se lame.


6- Cortar el pelo a un perro No es la mejor solución

El pelaje de un perro no sólo es útil para el frío sino que también actúa como barrera y protección contra el calor. Por eso, no siempre cortar el pelo es la mejor opción para que nuestro perro esté fresco. En determinadas razas, un corte de pelo puede ser perjudicial al dejar al descubierto la piel sensible del animal, que sufrirá con la radiación solar. La mejor opción es consultar con un especialista en peluquería canina que nos oriente sobre cuál es el “look” más práctico para nuestro perro.