La utilización de pequeños perros para combatir la proliferación de animales depredadores, es un fenómeno que se dió en las islas Británicas y es a los ingleses, a quienes hay que dar el mérito de haber perpetuado la selección de genes en estos perros, que de otro modo se habrían perdido. El hallazgo de restos óseos de pequeños perros estructurados según el modelo del Terrier, demuestran que desde la era de los Celtas vivían perros de este tipo junto con el hombre. También en el antiguo Egipto se ha constatado la presencia de pequeños perros, sin embargo, sería aventurado relacionar el Terrier moderno con estos antepasados suyos. No hay nada que indique que esos perros Egipcios fueron utilizados para la caza y es probable que solamente fueran perros de compañÌa, matarratas de casa y excelentes avisadores, como suelen ser los perros de talla pequeña.
Podríamos considerar a los Terriers como resultado de una reducción
de tamaño operada en sabuesos instalados en las islas Británicas en la
época pre-cristiana. Los pequeños perros eran considerados más aptos que
los gatos para la captura de roedores y se convirtió en costumbre tener
esos pequeños perros en todos los establos, graneros y caballerizas
para vigilar y eliminar las ratas.
El terrier fue creado con un objetivo muy particular; el de acabar
con el peligro que representaban los depredadores salvajes como zorros y
tejones. Para tal fin se hizo una selección genética y como producto de
la unión de aquellos pequeños sabuesos, con los pequeños perros de
granja se originaron los primeros Terriers.
Los sabuesos aportaron el olfato, mientras que los perros de granja aportaron valentía y agresividad. Ambos dieron la talla reducida adecuada para permitir la entrada de los perros a las madrigueras. Estos primeros perros cazaban animales, incluso más grandes que ellos por lo que su difusión y popularidad resultó fácil. Durante la conquista de Bretaña por los Romanos, éstos relatan haber encontrado perros locales llamados Agasin, para caza bajo tierra. Los pueblos Teutones utilizaron mucho los pequeños perros cazadores para eliminar pequeños animales nocivos. Tanto en el continente Europeo como en las islas Británicas estos perros eran utilizados en las viviendas, granjas y caballerizas para capturar ratas y ratones y su sola presencia en los gallineros era suficiente para mantener alejados a zorros y tejones. Los cazadores los utilizaban para sacar de sus cubiles a zorros conejos y tejones.
Los sabuesos aportaron el olfato, mientras que los perros de granja aportaron valentía y agresividad. Ambos dieron la talla reducida adecuada para permitir la entrada de los perros a las madrigueras. Estos primeros perros cazaban animales, incluso más grandes que ellos por lo que su difusión y popularidad resultó fácil. Durante la conquista de Bretaña por los Romanos, éstos relatan haber encontrado perros locales llamados Agasin, para caza bajo tierra. Los pueblos Teutones utilizaron mucho los pequeños perros cazadores para eliminar pequeños animales nocivos. Tanto en el continente Europeo como en las islas Británicas estos perros eran utilizados en las viviendas, granjas y caballerizas para capturar ratas y ratones y su sola presencia en los gallineros era suficiente para mantener alejados a zorros y tejones. Los cazadores los utilizaban para sacar de sus cubiles a zorros conejos y tejones.
En
la edad media se les denominó TERRARS que significa perros de bajo
tierra, aunque algunos autores medievales identifican a los terrars
como taners, terourers y teryers. Al describir a los terrars se
señalaba la existencia de diversos tipos, habiendo variedades de
diferente color, diferente manto, diferentes tallas, así como distintas
proporciones entre longitud del cuerpo y largo de las piernas. De estos
antepasados nacen las actuales razas, en todos tamaños y variedades.
Cada condado contaba con su Terrier originario, más que por localismo,
por la carencia de transportes y medios de comunicación capaces de
facilitar su difusión.
Hay que tener en cuenta que en esos tiempos los
Terriers no eran considerados perros nobles y no tenían los atributos
suficientemente atrayentes que impulsaran a un posible comprador a hacer
la adquisición. En el Reino Unido ha perdurado siempre el espíritu
deportivo y hace algunos siglos, surgieron pasatiempos que tenían al
perro como protagonista, combates con toros, con osos, con tejones y
peleas entre perros. En poco Tiempo los terriers ganaron notoriedad
compitiendo en un nuevo pasatiempo llamado ratting, que simplemente era
una competencia de caza de ratas. Entre los aficionados a este
pasatiempo, rápidamente llegaron a ser los perros preferidos por su
fogosidad, su mortífero mordisco y su innato odio hacia los demás
animales, así como su gran resistencia al dolor físico.
El ratting se difundió en el siglo XIX, aunque ya era practicado con anterioridad. Este pasatiempo estaba permitido por las autoridades Inglesas, que veían utilidad en la cría de perros que tuvieran la facilidad de cazar ratas y ratones. En los primeros años del siglo XIX eran empleados para el ratting los Bull Terrier de pequeña talla pero más tarde, el ratting tubo como protagonistas únicamente Terriers puros.
El
ratting tenía reglas especificas pero no universales. Cada condado
tenía sus variaciones en el reglamento, el más popular consistía, en
poner dentro de un espacio circular hecho de madera, cierto número de
ratas, normalmente entre cincuenta y cien y un perro, siendo el ganador,
el perro que matara el mayor número de ratas en el menor lapso de
tiempo. Hubo dos Terriers muy famosos por sus records, el primero, Billy
un Terrier color tostado que logró matar en 1823 cien ratas en seis
minutos y tres segundos; Jack de color negro y tostado que mató mil
ratas en cuarenta minutos. En 1912 la Real Sociedad para la prevención
de la crueldad hacia los animales, logró que se prohibieran las
competencias. El ratting sigue practicándose clandestinamente en
nuestros días en Estados Unidos e Inglaterra. Mientras los Terriers
combatían en las ciudades, en el campo inglés los Terriers eran
utilizados para cazar. Algunos de ellos era utilizados como apoyo
indispensable de las grandes jaurías en el deporte de la caza caballo
del zorro. Este tipo de caza se difundió entre la aristocracia como
pasatiempo especialmente complejo. Normalmente se utilizaba una jauría
de sabuesos para perseguir al zorro y se hizo necesario agregar un
número de Terriers cuya tarea consistía en sacar al zorro cuando se
escondía en un cubil o madriguera.
Por otra parte en la zona montañosa del norte de Inglaterra, en donde la caza de la zorra y el tejón no era un pasatiempo de pocos, sino una necesidad para protección de corderos y aves de corral, los Terriers eran llevados con correas y liberados en la proximidad de los cubiles, donde estos perros debían atacar a los zorros o tejones tratando de matarlos.
Actualmente existen treinta y dos razas de terriers, la mayoría de
las cuáles son de origen Británico y que se agrupan a su vez, según sus
dimensiones y su utilización original. Los terriers de talla mediana y
grande son, en general, perros que en el pasado se usaban para la caza y
en distintos pasatiempos, así como la utilización en la antigüedad para
vigilancia de las granjas en Irlanda. Los Terriers de talla pequeña son
el grupo de perros en los que la longitud de patas no se ha
desarrollado en la misma medida que los demás segmentos óseos, por ello
resultan Terriers bajos, representantes de una larga selección
encaminada a obtener ejemplares con facilidades para la caza, en
determinadas madrigueras. Los Terriers tipo bull muestran la estructura
típica del combatiente. Al haber desaparecido los combates entre
animales, estos Terrier se han convertido en excepcionales perros de
compañía. Los Terriers de compañía son un grupo que se conforma de tres
razas, no menos deportivas que las demás. Son perros de pequeña talla
como el Yorkshire Terrier, el Black and Tan Terrier y el Silky Terrier.
Estos Terriers han abandonado la vida deportiva del perro de campo,
ocupado en exterminio de ratas y vapores letales dentro de minas, para
vivir cómodamente en casa entre miles de atenciones.
Los Terriers llegan al siglo XXII manteniendo una fogosidad única que
los hace preferibles a otros perros para quien desea un compañero
despierto y vivaz. Como compañero cotidiano, el Terrier es insuperable y
ha sabido abandonar los terrenos de caza y los reñideros para adaptarse
a la vida en familia, en la que, por lo general, se siente a sus
anchas. Casi la totalidad de las razas de Terriers tienen una excelente
relación con los niños, de protección, amistad y juego.
El Terrier es un amigo confiado y debe ser correspondido para no ocasionar problemas y de esta forma, podrá desarrollar facultades inesperadas. Con los Terriers no se puede imponer la mano dura para establecer la relación amo perro ya que suele ser contraproducente, obteniendo resultados contrarios a los deseados y tendremos un perro arisco, mordedor, testarudo y desobediente, cualidades que nos impedirán apreciar los mil matices del carácter de un perro ideal para el hombre del siglo XXI.
Publicado en Perros de Mexico