El ejercito rojo entrenó a más de cincuenta mil perros para el servicio militar. Algunos eran los conocidos "perros suicidas" que hicieron estallar los tanques alemanes a costa de sus propias vidas. Se estima que al final de la guerra habían destruido 300 carros de combate alemanes, el equivalente a dos divisiones panzer. Otros perros localizaban a los heridos y los llevaron a un lugar seguro: algunos llevaban mochilas médicas en la espalda y ayudaban a los heridos cuando nadie más podía pasar. Otros tendían redes telefónicas o portaban mensajes entre unidades aisladas. Los equipos de trineos colocaron grandes cañones en posición sin hacer ruido otransportaban equipos y víveres a través de lugares inaccesibles. Detectaron minas terrestres, entregaron alimentos y municiones y salvaron miles de vidas.
Al final de la guerra, casi no quedaban perros en la URSS. Imagína un mundo sin mascotas, perros guardianes, perros de pastoreo, perros de caza. Solo el gobierno soviético tenía los recursos para abordar el problema. Les tomó siete años desarrollar una nueva raza de perro, una adecuada para fines laborales, militares y para uso familiar: el terrier ruso negro. Irónicamente, dos de las razas de perros que más contribuyeron al nuevo perro ruso fueron los perros alemanes: el Rottweiler y el Schnauzer gigante.
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