El Peterbald es una de las razas de gatos sin pelo o desnudos. De procedencia rusa, está poco extendida fuera de su país de origen. Son gatos inteligentes y cariñosos que se adaptan a la convivencia en muy distintos hogares.
Historia de la raza Peterbald
La historia del gato Peterbald es muy reciente. Su origen se sitúa en Rusia en la década de 1990. El nombre hace referencia a la ciudad de San Petersburgo y a la característica que sobresale en la raza: la falta de pelo. «Bald» significa «calvo» en inglés. Esta carencia se debe a una mutación genética diferente a la que se presenta en otra raza sin pelo, el Sphynx.
El intento de crear estos gatos comenzó mediante cruces de Siamés y Gato oriental con gatos que presentaban la mutación, que se había detectado ya en la década de 1980. Finalmente fue una gata Oriental la que parió a los considerados como primeros gatitos Peterbald, tras el cruce con un gato con la mutación.
En el año 2006 la Federación Internacional Felina lo incluye en la categoría IV, en la que se agrupan gatos de patrón colourpoint, orientales, de pelo corto y rizado y desnudos. Son sobre todo conocidos en su país de origen.
Características
La raza Peterbald destaca por sus formas elegantes, estilizadas, fibrosas y esbeltas. Las patas son largas, al igual que su fina cola. La cabeza, mediana, es de forma triangular. La nariz es estrecha y alargada. Las orejas son grandes, también triangulares, y se disponen bien separadas.
Los ojos son almendrados y nada prominentes. Su color combina con el del cuerpo. Es una de las razas desnudas, en su caso, como resultado de una mutación de carácter dominante en un grupo de genes. Los ejemplares de Peterbald presentan diferentes grados de calvicie.
En algunos el pelo es inexistente e incluso no tienen bigotes o estos están como cortados. En otros, en cambio, sí hay pelo, pero este es muy corto o como una pelusa. Se presenta en diferentes colores, como el negro, el azul, el crema, el marrón o el gris. También se admiten varios patrones como el tortuga, el bicolor, el van o el colourpoint.
Temperamento
En general, los Peterbald son gatos dulces y tranquilos, lo que no quiere decir que no necesiten practicar ejercicio. De hecho, tienen un considerable nivel de energía. Pueden pasar muy buenos ratos jugando. También son curiosos e inteligentes.
Suelen mostrar un gran apego hacia sus cuidadores e incluso son sociables también con las visitas. Son cariñosos y dependientes, adoran las caricias y los mimos. Se adaptan a cualquier familia. Conviven con personas de edad avanzada, con niños, con los que se muestran tolerantes, y con otros animales.
Aceptan tanto a perros como a sus congéneres. Eso sí, es habitual que no toleren bien la soledad. Todas sus cualidades lo convierten en un excelente gato de compañía. Además, no es extraño que busquen comunicarse a través de sus maullidos.
Cuidados básicos
Se adaptan sin problema a la vida en el interior de un apartamento. Pero necesitan un entorno adecuado a sus necesidades. Esto es, espacio para trepar, saltar, correr y jugar. Para conseguirlo podemos disponer muebles en varias alturas, adquirir o construir rascadores, camas y escondites para refugiarse y observar y juguetes caseros o comprados.
Con todo ello conseguimos aprovechar al máximo el espacio, incluyendo alturas por las que las personas no transitamos. La estimulación física y mental son claves para su bienestar. En cuanto a la alimentación, rigen los mismos criterios que para cualquier otro gato. Esto es, debe basarse en la proteína de origen animal, procedente de carne o de pescado.
Dado que los gatos suelen beber poco, se recomienda que la dieta sea húmeda o mixta. Debido a las características de su manto, es importante mantenerlo a temperaturas templadas. Dependiendo de cada ejemplar, puede necesitar que le pasemos un paño de vez en cuando. En la peluquería felina nos orientarán sobre productos o accesorios específicos.
Salud
Aunque, en general, a los Peterbald se les considera una raza sana, lo cierto es que presentan problemas de salud derivados de las particularidades de su manto. Por ejemplo, si necesitan generar calor, van a consumir más calorías. Hay que respetar las cantidades diarias establecidas según la etapa vital y el peso.
Pero, si observamos que el gato está delgado, podemos darle la dosis en el rango mayor o incluso algo más. Por supuesto, esto es válido para dietas de calidad. Si no, el adelgazamiento es motivo de cambio de alimentación y/o de consulta con el veterinario. Podemos ponerles alguna prenda de ropa para gatos si nos parece que siente frío.
Por otra parte, hay que protegerlos de la exposición directa a los rayos solares. Su piel es delicada y de otra forma se podría quemar. A nivel psicológico, si pasan muchas horas solos pueden aparecer alteraciones de conducta, como eliminaciones inadecuadas o agresividad, derivadas del estrés. Un experto en comportamiento felino o etólogo puede ayudarnos.