La selección y el cruzamiento son las dos herramientas genéticas disponibles al servicio de la mejora de la especie canina. La selección consiste en explotar la diversidad genética dentro de razas, mientras que mediante el cruzamiento aprovechamos la diversidad genética que hay entre razas. La selección genética en la especie canina se caracteriza por la escasa disponibilidad de programas organizados, tal y como se conocen en la mayoría de las especies de animales domésticos, practicada de forma empírica utilizando la información fenotípica, en lugar de los méritos genéticos, para la toma de decisiones de selección. El interés por caracteres morfológicos y fenotípicos, con una base genética relativamente simple, ha permitido avances rápidos, lográndose una gran divergencia entre razas para muchos de esos caracteres en un número reducido de generaciones.
El cruzamiento ha sido frecuentemente utilizado para la creación de nuevas razas que reunieran características originalmente distribuidas entre varias. La utilización de un reducido número de reproductores en la formación de la nuevas razas, así como los apareamientos consanguíneos posteriores para fijar rápidamente características de interés, son dos causas que han conducido a muchas razas a niveles de consanguinidad elevados que han facilitado la aparición de numerosas patologías hereditarias.
Algunos de los principales problemas que se señalan actualmente en esta especie están directamente relacionados, o tienen su origen, en la genética; aunque habría que decir claramente que, aun siendo esto así, poco han tenido que ver los profesionales de la genética con la situación actual.
Algunos de los principales problemas que se señalan actualmente en esta especie están directamente relacionados, o tienen su origen, en la genética; aunque habría que decir claramente que, aun siendo esto así, poco han tenido que ver los profesionales de la genética con la situación actual.
Los problemas a los que nos referimos tienen que ver principalmente con tres aspectos:
I) una selección hacía morfologías extremas, muy alejadas de los patrones originales, buscando características, podíamos decir, peculiares, que permitan un rápido reconocimiento como una nueva raza por las organizaciones caninas,
II) La utilización masiva de un número reducido de reproductores, a veces solo unos pocos.
III) La fragmentación de la especie en razas genéticamente aisladas, con censos muy reducidos, y niveles de consanguinidad que facilitan la aparición de patologías hereditarias.
Cuando tratamos la selección genética en la especie canina debemos ser conscientes de que tenemos dos perspectivas, al menos, desde las que analizar el tema: una primera, escasamente utilizada, es la selección basada en el conocimiento científico que para esta herramienta de mejora hemos acumulado hasta la actualidad. En segundo lugar, la práctica ancestral más utilizada, incluso actualmente, la selección empírica, basada simplemente en la elección de los reproductores que cumplen los requisitos de características observables (fenotipos) exigidos por los criadores para ser los padres de la siguiente generación. Aunque es esta segunda perspectiva la que, como decimos, es la más frecuentemente aplicada, consideramos que en una monografía técnica, como es el caso, resultaría de interés explicar
los aspectos más relevantes en los que se basa la ciencia para llevar a cabo la mejora genética de las especies de animales domésticos, el perro incluido, aunque su aplicación haya sido esporádica por las peculiaridades en las que esta especie se cría.
La aparente contradicción entre la ausencia de programas de selección basados en el conocimiento científico, y el aparente éxito en el logro de importantes modificaciones en la estructura morfológica o faneróptica en varias razas se explica por la elección de los caracteres que se han visto modificados, determinados por pocos genes con efecto grande sobre los mismos, lo que ha facilitado su selección y un progreso genético visible en pocas generaciones.
Tradicionalmente se ha utilizado en esta especie otra herramienta de mejora que combina la selección, como acabamos de comentar, basada en la elección de individuos provenientes de cruzamientos entre razas portadores de las características deseadas por el criador, con el apareamiento entre individuos estrechamente emparentados, con el objetivo de tratar de “fijar” en la descendencia las características seleccionadas en los parentales. Este asunto lo trataremos en el apartado de cruzamiento, consanguinidad o endogamia en esta especie.
Por la Universidad Complutense de Madrid