martes, 10 de junio de 2025

BEBÉS, NIÑOS Y GATOS


No hay nada más entrañable que tu bebé o tu niño pequeño abrazando a tu gato. Sin embargo, ciertos comportamientos pueden apresurar a tu amigo felino, quien podría reaccionar en consecuencia, sintiéndose atacado o acorralado. Es importante comprender la relación gato bebé o niño-gato desde el principio.
Incluso antes de que llegue tu bebé, tu gato lo olerá. Sabrá que pronto alguien entrará en su vida. En cualquier caso, tendrás que prepararlo. Sobre todo, no le des la espalda para dedicarte a la futura llegada de tu descendencia. Al contrario, presta especial atención a tu gato, juega con él, acarícialo. Esta es la mejor manera de ayudarlo a mantenerse relajado y evitar que se estrese.


Entre tu bebé y tu gato
Cuando tu bebé llegue a tu casa, no dudes en dejar que tu gato huela el olor de tu pequeño. Muéstrale su ropa, déjalo entrar a su habitación cuando esté vacía. Tu gato debe absorber este cambio, este trastorno que podría modificar su comportamiento, hacerlo más temeroso, más asustado. Tu gato debe acostumbrarse a la presencia de tu bebé.
Debes realizar presentaciones, siempre bajo tu supervisión. De hecho, tu bebé podría llorar, un movimiento que podría disgustar a tu mascota. Debes prevenir cualquier posible accidente. Sin querer, tu gato podría asfixiar a tu bebé si se sienta demasiado cerca de su cabeza. Acaricia a tu gato en presencia de tu bebé. El primero notará que esto último no supone una amenaza para su equilibrio personal. Estará más inclinado a que se adopte este hábito.


Por último, debes asegurarte de no cuestionar el territorio de tu animal. Este último debe ser preservado. No se deben mover sus cuencos, tampoco su caja de arena, sus juguetes no deben volverse inaccesibles. Deberá asegurarse de que su bebé no invada estos espacios. El gran miedo de tu gato, además de ser abandonado, es sentir en peligro su territorio.

Tu bebé comienza a moverse
Este es probablemente el período más complicado de gestionar. Antes de levantarse sobre sus 2 piernas, su bebé se mueve sobre las 4 piernas. Se mueve por todas partes de tu casa. En todos lados ? Debes detenerlo.


Tu prioridad es “asegurar” el espacio y el territorio de tu gato. Su hijo no debe desalojar los objetos de su gato. No deberá molestarle cuando coma, descanse o orine. Debe dejarlo en paz cuando tu gato juegue o arañe. Su hijo debe evitar la caja de arena de su gato, que no es un arenero.
Tu hijo sigue creciendo, llora cada vez más y tu gato puede asustarse. Necesitará encontrar soluciones alternativas para este último. Esto puede deberse a los espacios altos para tu gato. De este modo se sentirá menos perseguido.


Entre tu hijo y tu gato
Su hijo tiene edad suficiente para hacerle comprender varias cosas sobre su gato:
No es un juguete. Por lo tanto, no debería tratarse como tal.
No debe molestar a tu gato cuando come, duerme u orina.
No debe golpear a tu gato, empujarlo ni gritarle. Esto sólo molestará a tu mascota.
Deberá enseñarle a su hijo cómo abrazar a su gato. Las acciones a adoptar, la gentileza que las acompaña.
Enséñale a tu hijo las diferentes posturas del gato: posición de las orejas, la cola, el pelo erizado o no, maullidos.


Tu hijo debe evitar ciertas enfermedades
Tu gato puede transmitir enfermedades a los humanos y, por tanto, a tu hijo. Éstas se llaman zoonosis. Las más conocidas son la toxoplasmosis y la enfermedad por arañazo de gato.
La enfermedad por arañazo de gato, llamada linforeticulosis benigna por inoculación, es causada por Bartonella hensalae, una bacteria. El punto de partida proviene de las pulgas de tu gato. Por lo tanto, esta enfermedad se transmite por los rasguños de su gato, pero también por una simple lamida en una herida ya existente. Su hijo mostrará sus primeros síntomas alrededor de 3 semanas después de la incubación. Su piel puede enrojecerse, pueden aparecer ganglios linfáticos. No se requiere tratamiento. La enfermedad retrocede y desaparece por sí sola.


Su hijo puede desarrollar toxoplasmosis si ha estado en contacto con alimentos mal lavados y contaminados, por ejemplo, con la orina de su gato. Los casos son bastante raros en niños pequeños si su gato no está acostumbrado a cazar o aventurarse al aire libre. Su hijo tendrá síntomas típicos de un resfriado, con dolor de cabeza y fiebre leve. Al igual que la enfermedad por arañazo de gato, la toxoplasmosis desaparece por sí sola. De este modo, su hijo quedará inmunizado durante el resto de su vida.
La mejor prevención sigue siendo vacunar a tu gato, así como tratarlo contra pulgas y garrapatas. Debes enseñarle a tu hijo a lavarse las manos después de cada contacto con tu gato.


En resumen
La relación entre su bebé y su gato, y luego entre su hijo y su gato, generalmente va bien. No debes apresurar el cambio en tu mascota. Debes seguir cuidándolo, preservar su territorio y estar siempre atenta a las acciones de tu bebé.