Cuando bajan las temperaturas y las condiciones heladas se vuelven habituales, las patas de tu perro necesitan protección extra para mantenerse seguras y cómodas. Al igual que las personas sufren sequedad y grietas en la piel durante el invierno, los perros pueden experimentar molestias o lesiones en las almohadillas de sus patas debido al frío. Algunas razas toleran bien el invierno, pero otras, especialmente las de tamaño pequeño o con características delicadas, son más vulnerables. Saber cómo cuidar las patas de tu mascota puede marcar la diferencia para su bienestar invernal.
¿Qué perros son más vulnerables a problemas invernales en las patas?
Cualquier perro que pase tiempo al aire libre en invierno puede presentar problemas en las patas, pero ciertas razas requieren una atención especial. Razas pequeñas y de huesos finos como los Chihuahuas suelen tener almohadillas sensibles y necesitan protección como botines y abrigos en climas fríos. Las razas delgadas, como los galgos españoles, whippets y similares, también son propensas a problemas en las almohadillas por tener menos protección de subpelo. Incluso razas resistentes como los husky siberianos deben revisar sus patas regularmente durante el invierno para detectar signos de incomodidad o heridas.
Problemas comunes en las patas de perros en invierno
Diversos riesgos aumentan en invierno, afectando la salud de las patas de tu perro. Es importante revisar las patas después de cada paseo buscando lo siguiente:
Sal y productos químicos de deshielo: Son causantes frecuentes de quemaduras y molestias. La sal usada para derretir el hielo en calles y aceras puede irritar y causar quemaduras químicas en las almohadillas. Lava las patas con agua tibia y seca bien tras cada paseo para eliminar estos residuos.
Bolas y acumulaciones de hielo: El hielo puede formarse y quedarse pegado entre las almohadillas y dedos, especialmente si el pelo es largo. Estas bolas causan dolor y heridas. Recortar el pelo alrededor de las patas ayuda a disminuir su formación. Retira cualquier hielo rápidamente si tu perro cojea o muestra dolor durante el paseo.
Anticongelantes y productos tóxicos: Estos líquidos suelen tener un aroma dulce pero son altamente venenosos. Si el perro lame sus patas contaminadas, puede ingerir sustancias peligrosas. Lavarlas inmediatamente después del paseo es fundamental para la seguridad.
Riesgo de congelación e hipotermia: La exposición prolongada al frío, sobre todo en perros mayores, pequeños o con pelaje fino, puede causar congelación en extremidades como patas y dedos. Acorta los paseos en tiempo frío extremo y haz pausas para que el animal se caliente.
Almohadillas secas, agrietadas o resecas: El aire frío y seco puede causar molestias similares a las grietas en la piel humana. Una dieta rica en ácidos grasos esenciales favorece la salud de la piel. Usar cremas barrera, ceras especiales o hidratantes para perros ofrece protección adicional. Los botines o calcetines impermeables también protegen mecánicamente las patas de superficies duras y frías.
Consejos paso a paso para cuidar las patas en invierno
Paso 1: Inspecciona y limpia las patas regularmente
Revisa las patas antes y después de cada paseo. Observa grietas, cortes, enrojecimiento o restos de hielo y suciedad. Lava suavemente con agua tibia para eliminar sal, químicos y suciedad, y seca bien para evitar irritaciones e infecciones.
Paso 2: Usa equipamiento protector
Considera ponerle a tu perro botines para perros que sean cómodos y ajusten bien. Introduce su uso poco a poco para que se acostumbre. Aplica bálsamos o ceras especiales para formar una barrera contra la resequedad.
Paso 3: Acicala el pelo y las uñas de las patas
Recorta el pelo entre los dedos para evitar la formación de bolas de hielo y mantén las uñas cortas para prevenir que los dedos se abran y mejorar la comodidad al andar en superficies resbaladizas.
Paso 4: Prepara el entorno
Limpia la nieve o el hielo de los caminos por donde sueles pasear para reducir riesgos de caídas. En el hogar, utiliza productos descongelantes seguros para mascotas para proteger las patas de los químicos agresivos.
Paso 5: Limita la exposición y adapta los paseos
En días muy fríos o con perros sensibles, acorta los paseos, permite pausas para calentarse y vigila el bienestar de tu perro para evitar congelaciones o hipotermia.
Preguntas frecuentes: ¿Cómo proteger las patas de mi perro en invierno?
Respuesta rápida: Revisa y limpia las patas regularmente, utiliza botines o cera para patas, recorta el pelo entre los dedos, evita caminos con sal y limita la exposición al frío.
Las condiciones húmedas, frías y heladas del invierno ponen en riesgo las patas de tu perro con lesiones e irritaciones. Lavar las patas tras cada paseo elimina sales y químicos nocivos, mientras que usar botines brinda protección física frente al daño y frío. Una inspección diaria detecta problemas tempranos. Además, recortar pelo y uñas previene incómodas acumulaciones de hielo. Ajustar el tiempo al aire libre según el clima y tolerancia de tu mascota asegura que sus patas y salud general estén protegidas durante el invierno.
Conclusión
El cuidado de las patas en invierno es vital para mantener a los perros cómodos y saludables durante el frío. Con una limpieza atenta, accesorios protectores, acicalado y organización adecuada de las salidas, puedes prevenir quemaduras químicas, lesiones por hielo, congelaciones y resequedad en las almohadillas. Vigilar de cerca y actuar ante cualquier síntoma garantiza que el invierno siga siendo una etapa activa y placentera para tu amigo de cuatro patas.








