Un hallazgo científico reciente ha descubierto que el lobo ibérico (Canis lupus signatus) posee un bloque de ADN de perro en su cromosoma 2, algo inédito en otras poblaciones de lobos. Esta particularidad genética provendría de una hibridación ancestral ocurrida hace entre 3000 y 6000 años. Se sospecha que este fragmento genético —que incluye el gen MAST4, relacionado con cambios cognitivos y en el desarrollo de mamíferos— podría ser el responsable de ciertos comportamientos juveniles persistentes en lobos adultos, lo que explicaría su excepcional adaptabilidad a entornos humanizados.
Esta singularidad genética sugiere que los lobos ibéricos mantienen comportamientos propios de etapas juveniles durante más tiempo que otras subespecies, lo que podría favorecer su flexibilidad y supervivencia en paisajes modificados por el ser humano.
No se ha detectado este bloque de ADN en otros linajes de lobos, lo que resalta la originalidad del lobo ibérico como subespecie.
Lobo, D., Cortés, Y., Silva, P., Moura, A. E., Pilot, M., Serres-Armero, A., ... & Godinho, R. (2025). Ancient dog introgression into the Iberian wolf genome may have facilitated adaptation to human-dominated landscapes. Genome Research. Advance online publication. https://doi.org/10.1101/gr.279093.124

