miércoles, 2 de agosto de 2017

10 CONSEJOS PARA REFRESCAR A TU PERRO



El calor intenso puede reducir el apetito y las ganas de moverse, pero también puede tener consecuencias más graves, como el temido golpe de calor. En este artículo encontrarás algunas sugerencias para proteger a tu perro del calor del verano. 

1. Mantenlo hidratado

Déjale agua fresca y limpia a disposición las 24 horas del día y comprueba periódicamente que quede agua en el bebedero y que el bebedero no esté en pleno sol: en verano es más fácil que el agua evapore o simplemente se caliente y el perro deje de beber por eso.
También puedes colocar más bebederos en casa, sobre todo cerca de donde descansa el perro. De esta manera, incluso si el perro no se quisiera mover siempre tendría un bebedero cerca. El agua no es importante solo en casa: no olvides llevarte agua y un bebedero portátil cuando sales de paseos, vas de excursión o haces un viaje en coche con tu perro.

2. Prepárale helados caseros

Prueba a poner algún cubito de hielo en el bebedero. El hielo no es perjudicial para los perros y si para el perro el agua fuera demasiado fría, dejarle a disposición otro bebedero sin cubitos le permitirá escoger el agua que prefiere. Con el hielo también se pueden preparar juguetes caseros.
Para hacerlo solo se necesita un molde para helado o un contenedor de plástico, un poco de agua y unos granos de pienso. Se mezcla el pienso con el agua y cuando el agua se ha congelado, se saca el bloque de hielo, se pasa debajo del agua para que la lengua no se le enganche, y se da al perro. Eso sí, para este tipo de juego lo ideal es tener un espacio exterior, como una terraza: este juguete casero suele tener mucho éxito entre los perros, pero habrá que limpiar después de cada sesión de juego. 

3. Protégelo del sol

Es muy importante que el perro tenga un lugar fresco y protegido del sol donde descansar, sobre todo en las horas más cálidas del día. Esto se aplica tanto si vive dentro de casa como si solo vive en el exterior.

4. Refresca el ambiente

Utilizar un ventilador o el aire acondicionado puede ser una buena medida para bajar la temperatura ambiental.

5. Mójalo

Mojarle, sobre todo en la cabeza y en el tronco, puede ayudar a bajar la temperatura del perro. Los perros no sudan como las personas y el agua con la que se mojan, al evaporar, provoca un efecto parecido al sudor. Poner en el jardín una piscina para perros también es una buena opción para que el perro se refresque.

6. Adapta su cama

En verano muchos perros prefieren descansar en el suelo. Podría ser consecuencia de una camita demasiado caliente que no es idónea para el calor del verano. En cambio, en el mercado se pueden encontrar muchas camas que favorecen la dispersión del calor, como las camas levantadas del suelo o las que están hechas de un material transpirable. También hay esterillas refrigerantes que ayudan al perro a mantener la temperatura corporal. Lo importante es que cuando se recurre a las esterillas, el perro siempre tenga la posibilidad de elegir dónde colocarse para descansar.

7. Córtale el pelo

No se trata de rasurarlo, pero si el perro tiene el pelo largo, recortarlo sobre todo en la barriga puede ser otra medida para ayudarle a controlar la temperatura. Cuando se corta el pelo, lo importante es dejar unos 2-3 centímetros aproximados de longitud ya que el pelo en parte protege del calor y de las quemaduras solares.

8. Cepíllalo

Le hayas o no cortado el pelo, un cepillado frecuente es muy aconsejable para favorecer la muda y retirar el subpelo, es decir el pelo más fino y lanoso del manto que sirve para dar calor en invierno.

9. No hagas actividades físicas en los momentos de más calor

Es importante sacar el perro a pasear en los momentos en los que hace menos calor y evitar que haga ejercicio intenso.

10. Dale de comer cuando hace más fresco

Cuando el perro tiene menos apetito debido a la calor, se le puede dar de comer en las horas menos cálidas del día, como a primera hora de la mañana o por la noche.



Gabriella Tami para Affinity
Doctorada en Veterinaria y Máster en Etología