Desgraciadamente para todos, los periodos de socialización y de vacunación del cachorro coinciden en el tiempo. Esto nos genera un conflicto de intereses difícil de afrontar dado que ambos procesos son vitales para la vida futura del cachorro, y nos toca decantarnos por uno u otro. Para los puristas de la vacunación sin riesgos estos meses deben pasarse en confinamiento y sin contacto con ningún otro perro, y para los puristas de la socialización supone un error irremediable el evitar ese contacto con sus circunstancias sociales futuras.
He de decir, para que no quede ninguna duda, que mi posición se parece más a la de los puristas de la socialización.
Por supuesto que soy capaz de comprender, aunque luego no las comparta, las razones de quién opina que sacar al cachorro a la calle antes de terminar su programa de vacunación es arriesgado. No tengo dudas de que si un cachorro sin terminar de inmunizarse entra en contacto con el virus de la parvovirosis va a tener un problema, y serio. Como tampoco tengo ninguna duda de que un cachorro que no socialice a esta edad va a tener problemas de comportamiento muy probablemente durante toda su vida, e igualmente serios.
¿Alguien en su sano juicio impediría el contacto de su hijo con otros niños hasta que estuviese correcta y totalmente vacunado? Probablemente no, y de hecho no lo hacemos. Enviamos a nuestros hijos a la guardería, a la escuela, al parque, a pesar de que, si tuviese la mala fortuna de encontrarse con otro niño que padezca poliomielitis pongamos por caso, iba a tener un problema, y serio como hemos dicho antes.
¿Y qué hacemos entonces?
Yo empiezo por explicar esta situación a todo propietario de cachorro que pasa por mi clínica. La opinión del propietario es muy importante para nosotros. Le hablamos de riesgos y beneficios. Yo les suelo comentar que debemos seleccionar adecuadamente los lugares a los que vamos a sacar a nuestro cachorro. Por fortuna vivimos en una sociedad donde los animales vacunados son una inmensa mayoría. Esto ofrece una protección excepcional a nuestro nuevo cachorro. Si lo introducimos en sitios urbanos tiene una altísima probabilidad de encontrarse fundamentalmente con individuos si no totalmente, razonablemente vacunados. Es decir, con perros con escasa capacidad de padecer las enfermedades que estamos protegiendo, y que por tanto no se convertirán en vehículos de transmisión. Todos sabemos que una población bien vacunada supone una buena protección para los individuos de esa población que no están vacunados.
¿Por dónde no hay que sacarlo? Pues por lugares donde no podamos garantizar su protección. Nunca lo llevaremos a una perrera donde el hacinamiento y las malas condiciones puedan albergar enfermedades. Son más seguros los parques urbanos que los rurales ya que en los pueblos hay más probabilidad de encontrase con perros no vacunados. No los dejaremos sueltos por las clínicas veterinarias (Procuramos que en la clínica los cachorros permanezcan en brazos o en la mesa de exploración, que siempre se limpia a conciencia) donde se concentran la patologías de todo tipo.
¿Cuando cambia la cosa? Curiosamente cambia la cosa radicalmente cuando prevemos que el nuevo cachorro puede ser una amenaza para el entorno donde lo vamos a sacar. Y me explico. Cuando viene a la clínica un cachorro adquirido en uno de estos comercios al por mayor, sitios donde se venden miles de cachorros al año, tratamos de que no salga a la calle hasta que no pase una cuarentena en su casa. Últimamente estamos viendo muchos cachorros comprados en este tipo de negocios. Son cachorros, muchos de ellos, importados del este de Europa. Desgraciadamente por las condiciones de viaje más las condiciones de almacenamiento (Suena fatal pero realmente los almacenan) a menudo vienen enfermos o muy enfermos, y muchos mueren de parvovirosis, parasitosis masivas, etc. Cuando vemos un cachorro de estos, le instamos a su propietario a que lo mantenga en cuarentena durante un mínimo de 15 días, en casa, sin sacarlo a la calle, para evitar que siembre estas enfermedades en el entorno por donde va a pasear. Nos parece tan importante esto que tampoco lo vacunamos hasta que no pase este periodo de cuarentena.
Pero lo que NO hacemos es aislar a un cachorro durante el periodo de socialización. Un cachorro, a día de hoy, puede vivir 15 años. Lo que hagamos durante el periodo de socialización va a dejar huella durante esos 15 años. Para bien y para mal. Y nosotros nos hemos decantado por apostar hacia la buena socialización.
Y lo notamos. Y mucho. Un cachorro socializado es un futuro perro feliz en la calle. Un cachorro no socializado tiene grandes posibilidades de arrastrar miedos y temores TODA SU VIDA.
Y la verdad es que nuestra experiencia es muy buena. Vemos muy, muy, muy pocos cachorros con problemas. Sin embargo vemos pocos problemas de miedos a cosas cotidianas.
Todo cachorro, antes de cumplir los 3 meses debería comportarse de manera tranquila ante cualquier actividad de un niño o grupo de niños. Pues mostrémoselo. Mostrémosle niños jugando, gritando, corriendo, jugando al fútbol, en columpios, etc. y mostrémoselo con tranquilidad, con calma, haciéndole notar que a nosotros no nos preocupa lo más mínimo. Y el cachorro lo aprenderá y en un futuro verá a un crío y, o querrá ir con él o pasará de él, pero no le tendrá miedo.
Todo cachorro, antes de cumplir los 3 meses debería reconocer la información que ofrecen otros miembros de su especie. Debería saber como reconocer un momento de juego, uno de tensión, uno de indiferencia. Y para que lopueda hacer necesita no tener miedo de otros perros.
Todo cachorro, antes de cumplir 3 meses debería poder reconocer todo lo que hay en un espacio urbano, o rural, o campestre como coches, motos, aglomeraciones, ruidos, semáforos, bocinas, porque van a ser parte indisoluble de su vida futura, y sería bueno que los reconozca como parte de su entorno, y los viva con relajación.
Ojalá que le mostremos como comportarse ante situaciones como tormentas, cohetes, aspirador, secador de pelo, baños… Con tranquilidad.
Un buen ejemplo de socialización extrema es la que se da en los perros de gente que desgraciadamente no tiene casa, y que no tiene más narices que vivir en la calle. Suelen ser perros que no se meten con nadie. Que no se alteran con nada. Son animales que soportan ruidos, frenazos, aglomeraciones… y muy a menudo lo hacen, DORMIDOS. Están tan socializados que no les afecta nada de su entorno. Una maravilla, a pesar de que su estilo de vida evidentemente no se lo deseo a nadie y mucho menos a su propietario.
En fin, espero no haberme dejado nada en el tintero.
¡¡¡ SOCIALIZACIÓN SI !!!
Publicado en Veterinaria Burlada
He de decir, para que no quede ninguna duda, que mi posición se parece más a la de los puristas de la socialización.
Por supuesto que soy capaz de comprender, aunque luego no las comparta, las razones de quién opina que sacar al cachorro a la calle antes de terminar su programa de vacunación es arriesgado. No tengo dudas de que si un cachorro sin terminar de inmunizarse entra en contacto con el virus de la parvovirosis va a tener un problema, y serio. Como tampoco tengo ninguna duda de que un cachorro que no socialice a esta edad va a tener problemas de comportamiento muy probablemente durante toda su vida, e igualmente serios.
¿Alguien en su sano juicio impediría el contacto de su hijo con otros niños hasta que estuviese correcta y totalmente vacunado? Probablemente no, y de hecho no lo hacemos. Enviamos a nuestros hijos a la guardería, a la escuela, al parque, a pesar de que, si tuviese la mala fortuna de encontrarse con otro niño que padezca poliomielitis pongamos por caso, iba a tener un problema, y serio como hemos dicho antes.
¿Y qué hacemos entonces?
Yo empiezo por explicar esta situación a todo propietario de cachorro que pasa por mi clínica. La opinión del propietario es muy importante para nosotros. Le hablamos de riesgos y beneficios. Yo les suelo comentar que debemos seleccionar adecuadamente los lugares a los que vamos a sacar a nuestro cachorro. Por fortuna vivimos en una sociedad donde los animales vacunados son una inmensa mayoría. Esto ofrece una protección excepcional a nuestro nuevo cachorro. Si lo introducimos en sitios urbanos tiene una altísima probabilidad de encontrarse fundamentalmente con individuos si no totalmente, razonablemente vacunados. Es decir, con perros con escasa capacidad de padecer las enfermedades que estamos protegiendo, y que por tanto no se convertirán en vehículos de transmisión. Todos sabemos que una población bien vacunada supone una buena protección para los individuos de esa población que no están vacunados.
¿Por dónde no hay que sacarlo? Pues por lugares donde no podamos garantizar su protección. Nunca lo llevaremos a una perrera donde el hacinamiento y las malas condiciones puedan albergar enfermedades. Son más seguros los parques urbanos que los rurales ya que en los pueblos hay más probabilidad de encontrase con perros no vacunados. No los dejaremos sueltos por las clínicas veterinarias (Procuramos que en la clínica los cachorros permanezcan en brazos o en la mesa de exploración, que siempre se limpia a conciencia) donde se concentran la patologías de todo tipo.
¿Cuando cambia la cosa? Curiosamente cambia la cosa radicalmente cuando prevemos que el nuevo cachorro puede ser una amenaza para el entorno donde lo vamos a sacar. Y me explico. Cuando viene a la clínica un cachorro adquirido en uno de estos comercios al por mayor, sitios donde se venden miles de cachorros al año, tratamos de que no salga a la calle hasta que no pase una cuarentena en su casa. Últimamente estamos viendo muchos cachorros comprados en este tipo de negocios. Son cachorros, muchos de ellos, importados del este de Europa. Desgraciadamente por las condiciones de viaje más las condiciones de almacenamiento (Suena fatal pero realmente los almacenan) a menudo vienen enfermos o muy enfermos, y muchos mueren de parvovirosis, parasitosis masivas, etc. Cuando vemos un cachorro de estos, le instamos a su propietario a que lo mantenga en cuarentena durante un mínimo de 15 días, en casa, sin sacarlo a la calle, para evitar que siembre estas enfermedades en el entorno por donde va a pasear. Nos parece tan importante esto que tampoco lo vacunamos hasta que no pase este periodo de cuarentena.
Pero lo que NO hacemos es aislar a un cachorro durante el periodo de socialización. Un cachorro, a día de hoy, puede vivir 15 años. Lo que hagamos durante el periodo de socialización va a dejar huella durante esos 15 años. Para bien y para mal. Y nosotros nos hemos decantado por apostar hacia la buena socialización.
Y lo notamos. Y mucho. Un cachorro socializado es un futuro perro feliz en la calle. Un cachorro no socializado tiene grandes posibilidades de arrastrar miedos y temores TODA SU VIDA.
Y la verdad es que nuestra experiencia es muy buena. Vemos muy, muy, muy pocos cachorros con problemas. Sin embargo vemos pocos problemas de miedos a cosas cotidianas.
Todo cachorro, antes de cumplir los 3 meses debería comportarse de manera tranquila ante cualquier actividad de un niño o grupo de niños. Pues mostrémoselo. Mostrémosle niños jugando, gritando, corriendo, jugando al fútbol, en columpios, etc. y mostrémoselo con tranquilidad, con calma, haciéndole notar que a nosotros no nos preocupa lo más mínimo. Y el cachorro lo aprenderá y en un futuro verá a un crío y, o querrá ir con él o pasará de él, pero no le tendrá miedo.
Todo cachorro, antes de cumplir los 3 meses debería reconocer la información que ofrecen otros miembros de su especie. Debería saber como reconocer un momento de juego, uno de tensión, uno de indiferencia. Y para que lopueda hacer necesita no tener miedo de otros perros.
Todo cachorro, antes de cumplir 3 meses debería poder reconocer todo lo que hay en un espacio urbano, o rural, o campestre como coches, motos, aglomeraciones, ruidos, semáforos, bocinas, porque van a ser parte indisoluble de su vida futura, y sería bueno que los reconozca como parte de su entorno, y los viva con relajación.
Ojalá que le mostremos como comportarse ante situaciones como tormentas, cohetes, aspirador, secador de pelo, baños… Con tranquilidad.
Un buen ejemplo de socialización extrema es la que se da en los perros de gente que desgraciadamente no tiene casa, y que no tiene más narices que vivir en la calle. Suelen ser perros que no se meten con nadie. Que no se alteran con nada. Son animales que soportan ruidos, frenazos, aglomeraciones… y muy a menudo lo hacen, DORMIDOS. Están tan socializados que no les afecta nada de su entorno. Una maravilla, a pesar de que su estilo de vida evidentemente no se lo deseo a nadie y mucho menos a su propietario.
En fin, espero no haberme dejado nada en el tintero.
¡¡¡ SOCIALIZACIÓN SI !!!
Publicado en Veterinaria Burlada