viernes, 31 de enero de 2020

CUANDO LA CIA INTENTÓ CREAR UN CUERPO DE GATOS ESPÍAS, POR PEDRO ZUAZUA


La increíble historia de la misión Gatito Acústico en tiempos de la Guerra Fría

Al principio pensaba que mi gata era sorda. O que tenía algún tipo de disfunción auditiva. Que no oía bien, vaya. Los primeros días, cuando la llamaba, no es que no apareciera, sino que cuando estábamos en la misma habitación ni tan siquiera giraba la cabeza para mirarme. Podía entender que aún no supiera que se llamaba Mía, pero no me entraba en la cabeza que ante mi insistencia (puedo llegar a ser realmente pesado) no hiciera ni el ademán de prestarme atención. No solo lo pensaba yo, que conste. Algunos amigos venían a casa y me decían: “¿Tu gata es sorda?”.


No, obviamente no lo era. Sencillamente pasaba de todos. Tardé unos cuantos días en darme cuenta de que lo que tenía era un déficit voluntario de atención: en un par de semanas, no solo identificaba perfectamente el sonido del frigorífico al abrirse y el de los premios al salir de su recipiente, sino que era capaz de distinguir cualquier objeto que cayera al suelo en cualquier rincón de la casa; aunque fuera una pluma.


Por eso cuando leí la historia de la misión Gatito Acústico de la CIA no me entraba en la cabeza que unos tipos que según todas las películas son los más inteligentes del mundo, intentaran durante años entrenar a gatos para convertirlos en espías. Por cierto que la misión se llamaba en inglés Acoustic Kitty, que realmente suena más profesional que Gatito Acústico. Que uno vuelve a casa después de trabajar todo el día en la CIA, le preguntan qué tal el día, y no es lo mismo decir que has estado trabajando en la operación Gatito Acústico que en la Acoustic Kitty Mission (léase con voz de agente de inteligencia y tono solemne).

El libro que cuenta la historia

Pero a lo que vamos, que me descentro. ¿De verdad los agentes de la CIA pensaron en algún momento que podían preparar a los gatos para que hicieran lo que les pidieran? ¿Ninguno tenía gato, o un amigo dueño de uno? ¿No se dieron cuenta, en los primeros días, de que aquello no iba a ninguna parte?

La secretaria de prensa de la entonces primera dama de EE.UU. Jacqueline Kennedy presenta al público al gato Tom Kitten del matrimonio presidencial, el 24 de enero de 1961

Según explican Robert Wallace y H. Keith Melton en su libro Spycraft, la idea surgió tras comprobar que, durante las reuniones de un jefe de estado asiático con su equipo, había multitud de gatos campando a sus anchas por la sala en el que se celebraba el encuentro. Nadie reparaba en ellos. Así que alguien dedujo que serían muy buenos espías.


Desde el principio se consideró un experimento de alto riesgo. Comenzaron entonces los ensayos para insertar a los gatos dispositivos electrónicos, que constaban de antena, micrófono, transmisor y batería. La clave estaba en lograr introducirlo en el cuerpo del animal de tal forma que no afectara a las cualidades por las que querían contar con ellos como agentes infiltrados. Si el gato actuaba raro, llamaría la atención.


El transmisor no dio problemas, pero la carne de gato, por si no lo sabían, es muy mal conductor e implicaba complicaciones con el micrófono, por lo que optaron por las orejas como lugar para el aparato, que enlazaba con un cable muy fino que hacía las veces de antena y que iba cosido al pelo del gato.

Ya lo tenían. El sistema funcionaba, las reacciones de los gatos entraban dentro de la normalidad (de la normalidad de los gatos, se entiende) y, una vez sopesadas las posibles repercusiones negativas en la opinión pública por la manipulación de animales, decidieron dar luz verde a la operación. Solo les quedaba un pequeño detalle: que el gato hiciera lo que ellos querían, que fuera a donde ellos le indicaran y que volviera cuando ellos se lo dijeran. Una quimera, vaya.


Las primeras dudas sobre la viabilidad de la misión surgieron en las semanas iniciales de entrenamiento de los animales. No había manera de controlar sus movimientos. Además, habían elegido a los gatos por su capacidad para percibir todos los sonidos, pero no habían contado con que esa virtud era, al mismo tiempo, un vicio, ya que los gatos se distraían con cada nuevo ruido. Si ya era difícil que encararan una dirección concreta, imagínense pedirles que atendieran solo a ciertos sonidos. También se percataron de que si al animal le entraba hambre, la misión se iría inmediatamente al traste. Hicieron algunas pruebas en diferentes escenarios, pero no hubo manera de sacar nada de provecho.


Hay una leyenda urbana que dice que llegaron a intentar colar un gato en la embajada de la Unión Soviética y que el gato fue tan sigiloso en su aproximación que un coche se lo llevó por delante. Pero es falso. ¿Quién se puede creer que hubieran llegado hasta el punto de lograr que un gato encarara el camino de la embajada que le habían indicado? Físicamente imposible. Lo que sí sucedió fue que, en algún entrenamiento, un taxi se llevó por delante a alguno de los aprendices de espía.


La memoria del proyecto venía a decir que todo había ido muy bien, que las pruebas no habían ido del todo mal, y concluían que un gato podía ser entrenado para recorrer distancias cortas. Peeeero, no lo tenían tan claro como pudiera parecer, porque en el tercer punto decían que bueno, que sí, que todo bien, pero que al final no, porque resulta que aquello tenía toda la pinta de que en situaciones reales no iba a funcionar. “No sería práctico”, fue el eufemismo que utilizaron para no cabrear a los gatos del mundo entero.

La foto que el autor envió a la CIA.

Intrigado por la historia, me puse en contacto con el departamento de comunicación de la CIA. Me atendieron con una educación exquisita pero básicamente me dijeron que ellos estaban allí para cosas más serias que para hablar de gatitos. Después de varios correos electrónicos y una llamada, terminaron indicándome dónde encontrar toda la información sobre la misión. En agradecimiento por su amabilidad, les envié una foto de Mía.

“¡Es adorable!”, me contestaron.



Escrito por Pedro Zuazua en El País



jueves, 30 de enero de 2020

¿SIRVE DE ALGO ABRIGAR A LAS MASCOTAS?


Las mascotas, sobre todo los perros, no tienen que ser vestidos como si fueran las muñecas de la infancia. Pero sí necesitan contar con un abrigo cada vez que salen a caminar o hacer sus necesidades al parque o por las calles. No es una cuestión de postureo, aunque haya una potente industria de la moda para animales domésticos, sino de compensar aquello que el hombre modificó en estos animales.
“Hemos humanizado a las mascotas y van perdiendo su capacidad de adaptación a los cambios de temperatura”, describe el veterinario Eduardo di Lello. “Por ello debemos compensar ese déficit que les hemos provocado con la provisión de un abrigo en caso de que haga frío”, agrega.


Adaptación natural a las temperaturas

Los animales cambian el pelo en las estaciones para adaptarse al clima. “En invierno desarrolla un pelo más largo que genera una capa de aire. Cuando hace frío se erizan, y es para generar una capa aislante térmica, que se mezcla entre los pelos de la cubierta pilosa”, detalla Di Lello.
En el caso de las razas con pelo más largo, como los San Bernardo o los pastor alemán, “esa capa pilosa es un poco más espesa y la lanilla que se crea encima de la piel funciona como aislante térmico”.


Las razas que más sufren con el frío

Por ello, los perros que más sufren del frío son los de pelo corto, como el basset hound, el teckel, el galgo, el beagle, el boxer, el doberman o el bull terrier. Pero también los de contextura pequeña, como el yorkshire, el bulldog francés o el chihuahua, que además es de pelo corto. En esta última raza no hay que confundir sus habituales espasmos musculares, que parece que estuviera tiritando, con que pueda padecer frío.


Los perros que superan los diez años, así como los cachorros, también necesitan una protección extra al salir al exterior. Los primeros porque pueden padecer de problemas de artrosis en columnas o caderas (habitual en el pastor alemán, entre otras razas grandes) y además van perdiendo la capacidad de regular su temperatura. En el caso de los cachorros, debido a que no han terminado de desarrollar su sistema inmunológico.


Cuidado con los cambios bruscos

Los humanos que estamos en el interior del hogar a una temperatura de 21 a 24 grados buscamos la chaqueta para afrontar una sensación térmica exterior de 10 o cero grados. Pues esta conducta tan habitual también debe trasladarse a la mascota, porque más que el soportar el frío, el problema reside en el cambio brusco de temperatura, lo que puede causarles problemas respiratorios, precisa este veterinario.
Por ello, lo que no se debe hacer es mantener al animal con un abrigo, aunque sea un bonito jersey navideño, en el interior del hogar. Los perros no tienen la capacidad de sudar a nivel cutáneo, sino que lo hacen por las almohadillas plantares y por el jadeo, por lo que no alertan que están sufriendo de un exceso de calor.


Hay razas más adaptadas que otras a los climas fríos, como el husky siberiano o el malamute de Alaska. Pero incluso el lobo, en su estado salvaje, mantiene el instinto de refugiarse en madrigueras o cuevas para soportar las temperaturas bajas, sobre todo en la noche, “y busca hojas secas para hacer un colchón térmico”. Por esta razón, si el perro duerme fuera, se sugiere que tenga unas mantas o que la caseta esté adaptada al frío y la humedad.


Qué abrigos usar

El abrigo debe cubrirle el lomo desde la base hasta la cola, que es la parte más expuesta al exterior. El cuello es otra parte que no debe quedar desprotegida. Una opción es combinar una sudadera y camiseta con un abrigo, sugiere Haritz Aramendi, socio fundador de la sastrería para mascotas Caninetto.
La mayoría de las prendas de abrigo para perros son de nylon o de tipo jersey, pero hay personas que buscan piezas muy acolchadas. Aramendi precisa que “ante la rigidez de un abrigo hay perros se quedan paralizados ya que se sienten incómodos”.


Por esta razón, lo ideal –aconseja- es “el uso de camisetas en géneros elásticos que resultan muy cómodos y cálidos siendo aptos tanto para estar en casa como para el exterior y añadirle el abrigo los días en los que con la camiseta o sudadera no es suficiente”.
Dado que en días invernales el clima puede ser impredecible, su perro puede alternar entre un abrigo impermeable para evitar que se moje con la lluvia o la nieve con “otro más de vestir”. En todo caso, más allá del abrigo, en las salidas con amenaza de lluvia es mejor llevar una pequeña toalla para secar al animal cuando se regresa al hogar.


Mejor sin botas

Lo que no es recomendable es ponerle botitas, excepto si se vive en la nieve: si el animal está siempre en el interior y a los pocos minutos está corriendo en un campo nevado puede tener laceraciones plantares.
Pero en el resto de los casos no es necesario. El perro necesita desgastar sus uñas, y excepto que se le haga sesiones regulares de pedicura, es mejor que tenga sus patas expuestas. Además el sistema sanguíneo les permite conservar mejor el calor en sus extremidades.


Qué pasa con los gatos

En el caso de los gatos, si se vive en un apartamento no tendrá la costumbre de salir al exterior, y el felino ya está adaptado a buscar sitios cálidos como estufas, mantas o zonas soleadas. El principio de sufrir más del frío si es de pelo corto, como el azul ruso o el bengalí, es similar al caso de los perros. Pero lo que sí será muy difícil es que el gato acepte usar un jersey o una capa.
“Por su estilo de vida es menos habitual que el gato realmente necesite un abrigo, pero los gatos sphynx son clientes habituales”, indica Aramendi sobre esta raza de felinos sin pelo, por lo que la prenda más demandada “son las sudaderas y camisetas de uso diario”.


En este punto también cabe ver la reacción de los perros: al momento de elegir un abrigo, cabe ver que no esté incómodo o que no le provoque picor. Porque los animales domésticos tienen una alta capacidad de adaptación, pero también saben cuando algo no les gusta.



WESTMINSTER DOG SHOW, 20 AÑOS DE CAMPEONES


Ya se acerca febrero y con el uno de los mayores eventos caninos del mundo, Westminster Dog Show en su 144ª edición. Es momento de recordar los perros que hicieron historia en este glamuroso show. Aquí tienes los 20 últimos campeones. ¿Cual será el próximo?

 2000-Ch. Salilyn 'N Erin's Shameless (a.k.a. "Samantha" ) - English Springer Spaniel

  2001-Ch. Special Times Just Right (a.k.a. "J.R." ) - Bichon Frise

 2002-Ch. Surrey Spice Girl (a.k.a. "Spice" ) - Miniature Poodle

2003-Ch. Torums Scarf Michael (a.k.a. "Mick" ) - Kerry Blue Terrier

2004-Ch. Darbydale's All Rise Pouch Cove (a.k.a. "Josh" ) - Newfoundland

 2005-Ch. Kan-Point's VJK Autumn Roses (a.k.a. "Carlee" ) - German Shorthaired Pointer

2006-Ch. Rocky Top's Sundance Kid (a.k.a. "Rufus" ) - Colored Bull Terrier

 2007-Ch. Felicity's Diamond Jim (a.k.a. "James" ) - English Springer Spaniel

 2008-Ch. K-Run's Park Me In First (a.k.a. "Uno" ) - Beagle

 2009-Ch. Clussexx Three D Grinchy Glee (a.k.a. "Stump") - Sussex Spaniel

2010: Ch. Roundtown Mercedes of Maryscot (a.k.a. "Sadie") - Scottish Terrier

 2011-GCH Foxcliffe Hickory Wind (a.k.a. "Hickory") - Scottish Deerhound

 2012-Ch. Palacegarden Malachy (a.k.a. "Malachy") - Pekingese

 2013-GCH Banana Joe V Tani Kazari (a.k.a. "Banana Joe") - Affenpinscher

2014-GCH Afterall Painting The Sky (a.k.a. "Sky") - Wire Fox Terrier

 2015-GCH Tashtins Lookin For Trouble (a.k.a. "Miss P") - Beagle

 2016-GCH Vjk-Myst Garbonita's California Journey (aka: "CJ") - Pointer (German Shorthaired)

 2017-Lockenhaus' Rumor Has It V Kenlyn (aka: "Rumor") - German Shepherd


2018-GCH Belle Creek's All I Care About Is Love (aka: "Flynn") - Bichon Frise

2019: GCHB CH Kingarthur Van Foliny Home (aka: "King") - Wire Fox Terrier






martes, 28 de enero de 2020

BAMSE, HÉROE NORUEGO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL


Bamse (en noruego "oso de peluche") (1937-22 de julio de 1944) fue un perro San Bernardo que se convirtió en la mascota heroica de las Fuerzas Noruegas Libres durante la Segunda Guerra Mundial. Se convirtió en un símbolo de la libertad noruega durante la guerra.




Vida anterior a la guerra 

Bamse fue comprado en Oslo, Noruega, por el Capitán Erling Hafto, el capitán del ballenero noruego Thorodd, y fue llevado al mar desde una edad temprana. En los recuerdos de su infancia de Honningsvåg antes de la guerra, la hija del Capitán Hafto, Vigdis, recuerda a Bamse como un perro muy amable que cuidaba a los niños mientras jugaban. 



Servicio militar 

Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el Thorodd fue reclutado por la Armada Real de Noruega como buque de patrulla costera, con sede en Hammerfest, y Bamse se inscribió como miembro oficial de la tripulación el 9 de febrero de 1940. Después de la invasión nazi de Noruega el 9 de abril de 1940, el Thorodd era parte de la oposición naval a los alemanes y tenía como uno de sus usos el transporte de prisioneros de guerra. Poco antes de la capitulación del 10 de junio de 1940 en la parte continental de Noruega, el Thorodd fue uno de los 13 buques navales noruegos que escaparon al Reino Unido, llegando el 17 de junio de 1940. Fue convertido en dragaminas en Rosythdesde el 30 de junio de 1940 y estacionado en Montrose y Dundee en Escocia, donde permaneció el resto de la guerra.




Bamse y su tripulación 

Bamse levantó la moral de la tripulación del barco y se hizo conocido por la población civil local. En la batalla, se colocaba en la torre de armas delantera del buque, y la tripulación le hizo un casco de metal especial. Sus actos de heroísmo incluyeron salvar a un joven teniente comandante que había sido atacado por un hombre empuñando un cuchillo, empujando al asaltante al mar y arrastrando de regreso a la orilla a un marinero que se había caído por la borda. También era conocido por disolver peleas entre sus compañeros de tripulación al poner sus patas sobre sus hombros, calmarlos y luego llevarlos de regreso al barco. Una de las tareas de Bamse en Escocia era reunir a su tripulación y escoltarlos de regreso al barco a tiempo para el servicio o el toque de queda. Para hacer esto, viajaba en los autobuses locales sin acompañante, y la tripulación le compró un pase de autobús que estaba unido a su collar. Bamse caminaba hasta la parada de autobús en Broughty Ferry Road y tomaba el autobús hasta Dundee. Se bajaba en la parada de autobús cerca del abrevadero favorito de su tripulación, el Bar Bodega, y entraba a buscarlos. Si no podía localizar a sus amigos, tomaba el autobús de regreso a la base.



Símbolo patriótico 

De la mascota de su barco, Bamse se convirtió en la mascota de la Marina Real de Noruega, y luego de todas las Fuerzas Noruegas Libres. Se usó una fotografía icónica de él con un gorro de marinero noruego en tarjetas de Pascua patrióticas y tarjetas de Navidad durante la guerra. La PDSA lo convirtió en una mascota oficial de las Fuerzas Aliadas.




Muerte 

Sufriendo de insuficiencia cardíaca, Bamse murió en el muelle de Montrose el 22 de julio de 1944. Fue enterrado con todos los honores militares. Cientos de marineros noruegos, militares aliados, escolares y ciudadanos de Montrose y Dundee asistieron a su funeral. Su tumba en las dunas de arena ha sido cuidada por la gente local. La Royal Navy noruega celebra una ceremonia conmemorativa cada diez años.



Honores de posguerra 

Bamse fue galardonado póstumamente con Norges Hundeorden (Orden noruega para perros) el 30 de septiembre de 1984 por su servicio de guerra. En 2006, también recibió la Medalla de Oro PDSA (a veces conocida como la "Cruz de George de los animales") por su valentía y devoción al deber, el único animal de la Segunda Guerra Mundial que recibió este honor.




El 17 de octubre de 2006, el duque de York presentó una estatua de bronce de Bamse, más grande que la de tamaño real, realizada por el escultor escocés Alan Herriot, en la calle Wharf de Montrose. El  cónsul noruego en Edimburgo, Bjørn Eilertsen, presentó los saludos del rey de Noruega, Harald V. Otros asistentes incluyeron la Banda de Gaitas de la Escuela Lathallan, representantes de la Royal Norwegian Navy, Hans Petter Oset (director del Royal Norwegian Navy Museum ) y Vigdis Hafto (la hija del dueño de Bamse).




En agosto de 2008, el autor y columnista Angus Whitson y Andrew Orr del Proyecto Montrose Bamse publicaron un nuevo libro, Sea Dog Bamse. El libro muestra la vida de Bamse, desde los días previos a la guerra en Honningsvåg, hasta los cinco años de guerra, hasta su sincera muerte. Usando un extenso material fuente y nuevos relatos de testigos oculares, relata historias de la familia Hafto, la Campaña de Noruega, el dragaminas Thorodd y su tripulación, la guerra naval del este de Escocia y los lazos entre los noruegos y los escoceses están unidos. La versión de tapa dura se convirtió en un best-seller escocés, y una versión de bolsillo fue lanzada en octubre de 2009.


La estatua de Bamse en Montrose

La atención de los medios ha renovado el interés en Bamse en Noruega. El Royal Norwegian Navy Museum (Marinemuseet) en Horten planeó instalar una versión de bronce más pequeña de la estatua. Además, el alcalde del municipio de Nordkapp (que incluye Honningsvåg), Kristina Hansen, y el gerente del proyecto Sigurd Berg-Hansen visitaron Montrose en noviembre de 2008, y lanzaron una campaña para recaudar fondos para comprar e instalar una estatua de bronce duplicada de Bamse en la costa en Honningsvåg, que actualmente tiene alrededor de 250,000 visitantes anuales. En diciembre de 2008, la Ministra de Defensa de Noruega, Anne-Grete Strøm-Erichsen, anunció que su ministerio apoyaba el proyecto Bamse en Honningsvåg y otorgaría 70,000 coronas a la estatua conmemorativa. El 16 de mayo de 2009, el cortador de la Marina Real de Noruega, MV Leikvin, transportó una estatua de Bamse desde el puerto de Leith, Escocia, hasta Honningsvåg. El 19 de junio de 2009, escolares de Honningsvåg y de Montrose revelaron la estatua en el puerto de Honningsvåg, frente al museo (que cuenta su historia en detalle). Las bandas combinadas de la banda de gaitas de Skolekorps y Lathallan School entretuvieron junto a la gran multitud de seguidores de Escocia, Noruega, Suecia y Canadá. La nueva estatua de Bamse en Honningsvåg se enfrenta al suroeste hacia Montrose, y la estatua escocesa se enfrenta al noreste hacia Honningsvåg.


La réplica en Honningsvåg

Durante 2016 se plantó un bosque de 17 acres en Guards Lonning, Nether Wasdale, Cumbria en honor a Bamse. El esquema Bamse's Wood fue apoyado por la Comisión Forestal.
La regata anual de la Copa Bamse, organizada en el Dartmouth Yacht Club, recibe su nombre en su honor, patrocinada por la Convoy Cup Foundation.