Pensar en verano es pensar en buen tiempo, en playa y, por supuesto, en vacaciones. Para algunos afortunados ya llegó el momento de disfrutar de las primeras escapadas y, aunque todavía no es tan fácil como debería, planear unas vacaciones junto a nuestro mejor amigo es posible. Cada vez son más las playas que cuelgan el cartel de perros bienvenidos y los alojamientos que saben que son un miembro más de la familia y que como tal se merecen disfrutar de unos días de relax y de contacto con la naturaleza.
La clave, como para casi todo en la vida, está en la organización. Y para ayudarnos en esa tarea están páginas como playasparaperros.com que cuenta con un listado oficial actualizado de playas españolas en las que los perros son bienvenidos. La información es muy completa: Descripción, cómo llegar, horarios, normas, servicios, enlaces de interés, opiniones de otros usuarios y alojamientos cercanos que admiten mascotas. El portal es un proyecto de Redcanina. También hay información valiosa sobre playas para ir con perros, organizada por provincias, en la página web de la Guía Repsol.
Tips para disfrutar de la playa con tu perro
Una vez elegido el destino y reservado el alojamiento, cartilla sanitaria en mano, tú y tu perro estáis listos para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Para que todo salga de maravilla y puedas sacar el mayor provecho a estos días de descanso al aire libre, sigue las siguientes recomendaciones:
Evita las horas más calurosas.
El calor afecta a los perros con mayor rapidez que a lo humanos. Así que en la medida de lo posible, evita la playa en las horas centrales del día (De 12 a 17h), ya que son las de mayor radiación solar.
Lleva suficiente agua.
Para evitar la deshidratación y la tentación de beber agua salada, es muy importante que el perro tenga acceso a agua potable y limpia en todo momento. Recuerda que, aunque no sudan, los perros se refrescan jadeando y al hacerlo eliminan vapor de agua por lo que un buen suministro de agua fresca es clave para que disfrute del día en la playa.
Asegúrate de que tenga sombra.
Es fundamental que el perro tenga un lugar fresco donde descansar y echarse una buena siesta entre baño y baño. Por ejemplo, junto a ti, debajo de una sombrilla. Siempre con el cuenco de agua cerca.
Deja que se familiarice con el lugar.
Hay perros que son auténticos nadadores y aman el mar. Otros, no tanto. Sea cual sea el caso de tu mejor amigo, no intentes que se bañe apenas llegue. Para sentirse seguro, es importante que se familiarice con el entorno primero. Acompáñalo a explorar la zona, deja que huela y que sea él quien decida si quiere o no bañarse y cuándo hacerlo.
Ponle protección solar.
Los perros también pueden quemarse por el sol. En tiendas especializadas venden protectores solares diseñados para perros. Consúltalo con el veterinario y sigue atentamente las recomendaciones de uso del fabricante. Evita siempre las cremas que contengan fragancias y óxido de zinc ya que puede resultar tóxico para los perros.
Protege sus almohadillas.
A pesar de tener una piel resistente, preparada para los cambios de temperatura, el calor de la arena puede quemar la zona de las almohadillas, provocando dolorosas heridas. Mientras más hidratadas estén, menos probable es que se vean afectadas. Para mantenerlas en buen estado, puedes utilizar una crema hidratante específica para este fin. Y como medida de precaución extra, en la playa mójale las patas cada cierto tiempo.
Termina la jornada con un baño de agua dulce.
Para eliminar los restos de arena y sal que pudieran irritar la piel del perro, es recomendable enjuagarlo con abundante agua dulce al salir de la playa.
Y por favor, no lo pierdas de vista en ningún momento. Además, recuerda llevar suficientes bolsas para recoger excrementos y desperdicios. Es importante que cuando te vayas la playa esté tan limpia como cuando llegaste. Para poder exigir nuestros derechos tenemos que cumplir con nuestros deberes. El primer paso para luchar por más playas dog friendly es cuidar las que ya lo son. ¡Feliz verano!