Montar es igual a aparearse, claro. Y los perros, cuando se trata de una monta natural, esto es, motivada por cuestiones de apareamiento, las llevan a cabo únicamente entre macho y hembra y con el fin de tener descendencia.
La otra opción de monta natural pasa por cuestiones de jerarquía y dominancia, entre perros que no formen parte de la misma manada (donde no es necesario establecer roles).
Así
pues, cuando lo hacen dos del mismo sexo, o con un ser humano, o de
manera compulsiva cuando la hembra no está en celo etcétera, responde a
otras cuestiones que quedan muy lejos de las meramente sexuales. Como
norma general, es un método efectivo por el que calmarse, por lo que una
monta antinatural puede ser un problema si nuestro perro abusa
de ello, puesto que responde de un estado continuo de infelicidad, y
puede derivar en un comportamiento compulsivo que afecte negativamente
su relación con otros animales o personas.
Hablábamos de infelicidad, porque normalmente, una situación así suele ser consecuencia de estrés, frustración, o exceso de entusiasmo, por lo que es nuestro deber tratar de poner solución. Y estamos en condiciones para ello.
Primero, previniendo: si percibimos que el perro necesita saciarse física y mentalmente, proporcionémosle los estímulos necesarios
(sin pasarse de la raya, pues se caería en el mismo problema). También
es probable que veamos una monta antinatural tan sólo en casos
concretos: visitas, excesos de determinadas actividades... si fuera el
caso, hay que prestar especial atención en su estado anímico para
trabajar su calma y hacer que se acostumbre a tales situaciones.
No
se trata, en todo caso, de una solución inmediata. Tenemos que armarnos
de paciencia tanto con ese proceso de calma, como si tenemos que
enfrentarnos a montas no deseadas en compañía de otros animales con los
que mantiene un comportamiento inadecuado. Si al dejar a nuestro colega
cuadrúpedo en el parque vemos que es hostil con quienes le rodean,
tendremos que depositar nuestros esfuerzos en una alteración de su comportamiento mediante estímulos distintos, así como estar seguros de que tenga bien aprendida la llamada.
Paciencia, actitud positiva y buenos estímulos conseguirán que desaparezcan las montas compulsivas de nuestra mascota.